En suma, todo y todos apuntaban, nos apuntaban y se apuntaban, al año mágico de 2005. Incluso dos años antes, el razonamiento publicitado recogía todas las valencias del progreso. Así la felicitación navideña del Alcalde de la ciudad, Gil Ortega, en las páginas impresas de ‘La Tribuna’ era un puro gesto de búsqueda de números redondos, o de seises como veremos. Felicitación que estaba regida por un inequívoco aroma triunfal de temporada alta y que resonaba bajo la advocación admirativa y contundente de ¡Despegamos!
Como si quisiera unir, paradójicamente en ese despegue que corta y separa, las recientes vicisitudes aeroportuarias del Quixote Airport, con el celo por exhibir sus logros gestores que circunscribía a 6 hitos 6 –por eso los seises–, como las piezas lidiables de alguna afamada ganadería de bravo. Los proyectos que jalonan esa ruta del despegue alcaldable eran, a saber: Nuevo Hospital, Autovía, Parque Industrial Avanzado, Museo del Quijote, Destino Turístico y –the last but not the least– Aeropuerto.
En esa senda y júbilo por el despegue, el texto de Gil Ortega participaba sospechosamente de las mismas valencias de otro texto encomiástico y cargado de símbolos, como el redactado por Muñoz Coronel en la Guía turística de ECA de Ciudad Real 2001, que nos avisaba de otro movimiento súbito: “Ciudad Real, catapulta al futuro”. Entre la paleotecnología bélica de las catapultas lanzaderas y el ánimo pulcramente neotécnico del Alcalde en erigirse en capitán de la aeronave, todo respondía al mismo juego metafórico del impulso y del movimiento acelerado. Impulso y movimiento que no dejan de recordarnos su esencia de desplazamiento que arranca, quita y suelta. Vaya usted a saber que se arranca o qué se quita. Impulso que aún olvidaba que esta ciudad está regida por el número 8, y que el 6 es sólo el reflejo del conflicto del hexagrama de Salomón, pero no del conflicto de Francisco Gil Ortega.
Año del Centenario, el 2005, de la publicacion del primer tomo de ‘El Quijote’; año en que se celebraba, además, el 750 Aniversario de la fundación de la Ciudad originaria y empobrecida, llamada ‘Villa Real’ y año del comienzo de la segunda etapa del Plan Estratégico. Onomásticas, vividas como paraguas de asuntos revueltos, y de las que quedaron como referencia testimonial impagable, los números que se dedicaron desde la revista ‘Formas’ a ambas celebraciones[1].
Pero también, año memorable para los negocios inmobiliarios[2], como jaleaban los Ministros de Economía y de Vivienda del momento. Es decir, la celebración del ‘750 Aniversario’ ciudadano, así como el llamado ‘Año Quijote’, habían sido las puertas abiertas a una ‘Nueva Visión Quimérica de la Ciudad’, y sobre todo a una ‘Nueva Visión Imparable de los Negocios Inmobiliarios’ que duermen silenciosos en la ciudad y que sólo esperaban la oportunidad para ser despertados y atizados; como la mano becqueriana que toque el piano en el ángulo oscuro. Y ya veríamos qué partitura ejecutaban los esmerados pianistas y los despiertos acompañantes desde la oscuridad de la esquina del salón.
Año éste mágico del 2005, en que aún se podía asistir a unas pomposas y prometedoras ‘I Jornadas sobre las actividades económicas y las transformaciones urbanísticas’, organizadas por el Ayuntamiento de Ciudad Real, contando con la colaboración de la, hoy desaparecida APEC, y de la Cámra de Comercio e Industria. Y, esto es lo significativo, con el patrocinio del Aeropuerto Don Quijote, el Reino de Don Quijote, Caja Rural, Banesto y Grupo Trusam. Lo que no vieron buena parte de los patrocinadores, es que las transformaciones en curso, los harían desaparecer a ellos mismos, como un Saturno devorado por sus hijos.
Pero la mirada de 2005 era aún la de la Tierra Prometida, de manera precipitada como si de una videncia se tratara, por mucho ponente científico que hubiera en el panel de intervinientes y por mucho responsable politico que bendijera las celebraciones. Presidentes de instituciones diversas; Concejales responsables o no tanto; Gerentes del ramo; Directores Generales; Arquitectos abundantes; y Catedráticos reunidos, daban buena cuenta del sortilegio de los llamados enfáticamente como ‘Nuevos Horizontes’. Incluso Carmen Casanova, a la sazón Gerente de Urbanismo de Ciudad Real, formuló el sortilegio de “Ciudad Real necesita una pequeña revolución urbanística”. Pero ¿Quiénes serían los directivos de la revolución? Y ¿quienes serían los revolucionarios de salon y carpeta? Pero ¿revolucionarios de qué y cómo? Además de ello, ese año denso de celebraciones y onomásticas, abria el arco temporal de la segunda etapa del Plan Estratégico de Ciudad Real, como ya hemos señalado, y que según se indicaba, se llevaría a cabo durante el período 2005-2015, como el descubrimiento de un enorme yacimiento de ¿oportunidades? Que apuntan hacia el año próximo de 2015.
Oportunidad pues de la conmemoración, no de la ‘Ciudad Real’, sino de la ‘Ciudad Virtual’, contando como una nueva figuración, con límites excepcionales. Nueva Ciudad concebida como una Arcadia Inmobiliaria que limita al Norte con el ‘Reino de Don Quijote’, al Sur con el ‘Quixot Aeropuerto’, al este con el ‘Complejo Dulcinea’ y al oeste, con tierras de pan llevar. Para restituir estos nuevos límites físicos, emblemáticos y recreativos, la Lógica argumental de un Topos nunca poseido por sus súbditos y vasallos. Por eso, ‘Otros espacios’ (u otras especies de espacios, siguiendo a Pérec) durante su vida atribulada, viven esa suerte de aventura interminable de búsqueda y añoranza de su idealidad y de su conquista por fijar su razón de ser; por entender su pertenencia
Nacieron con un estigma natural, hijos del Topos, del sudor y del barro, y pretenden, con el paso del tiempo, adquirir el Logos geométrico del que originariamente carecieron. Parte de su existencia, como los hijos desterrados, es, y será, un deambular a la búsqueda de unas razones poderosas, cristalinas y fundacionales, que lo expliquen y aclaren; como hacen esos hijos reclamando la herencia familiar debida a la sangre y no a los apellidos.
Esta duplicidad de miras y de miradas, fue sagazmente captada por Villegas cuando nos advierte: “Hay un hecho que no considero totalmente casual. Me refiero a la duplicidad de fechas de la Carta Puebla (1255) y la organización del núcleo llevada a cabo por Alfonso el Sabio (1262). Duplicidad no sólo temporal, sino espacial; toda vez que la fundación de Villa Real se ubica sobre un núcleo preexistente y a caballo de una red elemental de caminos. Ambas realidades -Pozo de don Gil y red caminera- son la parte del Topos, a la que hay que oponer el Logos de cierta planificación y su posterior formalización e institucionalización jurídica. “Lo que parece fuera de toda duda es que el hecho de la fundación jurídica fue precedente y que, con posterioridad, el monarca – o sus allegados- se preocuparon de la organización del espacio urbano”.
De tal suerte que este diálogo de la envolvente física exterior -la cerca murada- con otra envolvente interior – la plaza central– nos ha ido permitiendo verificar ciertos rastreos, ciertas indagaciones y otras suposiciones. No en balde el mismo Villegas hablaba de la Plaza como elemento centralizador –y no sólo en el ámbito físico– y como elemento diferenciador y emergente. Plaza en la que, nuevamente y como en la cerca exterior, van a operar el Topos de la confluencia caminera y el Logos de un orden ausente y por ello, añorado.
Todo ello producido en vísperas de 2015, año de la publicación de la Segunda Parte del Quijote, y justamente a los 10 años transcurridos ya de la otra fecha crucial como fuera la de 2005. Celebrando en ella, tanto el ‘750 aniversario de la fundación de la ciudad’, como la publicación de la Primera Parte del Quijote. Y estableciendo esos diez años, no sólo el trayecto de la memoria, sino también el recorrido desde los orígenes del Boom Inmobiliario al Estallido de la Burbuja y al Más Severo de los Hundimientos. Un recorrido análogo al viaje descrito por Groucho Marx, como el verificado ‘De la misera a la más absoluta pobreza’.
[1] VV.AA. ‘IV Centenario Quijote’. Formas nº 11, 2º trimestre 2005.
VV.AA. ‘750 aniversario. Ciudad Real’ Formas nº 12, 4º trimestre 2005. En este número ve la luz la primera versión del trabajo ‘De Ciudad Real: Topos y Logos’, que andando el tiempo iría modificándose y creciendo hasta la extensión publicada actualmente en ‘MiCiudadreal’ desde el 4 de julio de 2013.
[2] MURILLO D. ‘Los efecto del ‘Boom’ inmobiliario llegan a Ciudad Real’. La Tribuna 28 de diciembre de 2005.
Periferia sentimental
José Rivero