Una tuna a la puerta de una iglesia da pie a pensar que su interior se está celebrando una boda. Pero la primera impresión no siempre es atinada y bien es cierto que hay que mirar el interior (en este caso, de la iglesia). Y allí que se fue la tuna de los salesianos de Sevilla al finalizar la misa a cantarle a María Auxiliadora ante la sorpresa de los feligreses.