Santos G. Monroy.- El puertollanero Miguel Belló se antoja como un personaje digno de las epopeyas espaciales de Isaac Asimov o Arthur C. Clarke, como uno de esos científicos heroicos de la odisea interestelar a la búsqueda de los orígenes del Universo. Lo cierto es que este ingeniero ya ha entrado en la historia de la humanidad como parte del equipo que trazó y calculó la trayectoria de la sonda Rosetta que ahora, diez años después de su lanzamiento, ha alcanzado con éxito el cometa 67P. La operación es considerada como un hito de la aventura espacial, a la altura del primer viaje del hombre a la Luna.
Y ahí estaba este puertollanero hace una década, junto a Enrique González (quien actualmente también trabaja con Belló como director del proyecto de satélites orbitales Deimos Castilla-La Mancha) haciendo cálculos para la Agencia Espacial Europea, calibrando su palo de golf galáctico para acertar con la sonda en una piedra desconocida que vaga por el espacio a 500 millones de kilómetros de distancia.
Miguel Belló es ahora director de Deimos Space y está fuera del proyecto Rosetta. Motivos laborales le impidieron acudir al centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea para asistir, el pasado 12 de noviembre, al momento del anclaje del módulo Philae. Pero confiesa que ha vivido la aventura con una «sensación indescriptible». En declaraciones a Onda Cero Puertollano, Belló reconoce que este proyecto ha sido, sin duda, el más ambicioso de todos en los que ha trabajando en los últimos 30 años. «Es la primera vez que un ingenio del ser humano se posa en un cometa, que es el material más inalterado del universo, y que puede tener las claves del origen del Sistema Solar«, explica.
Belló recuerda que fue un trabajo de muchas horas que acarreó muchos quebraderos de cabeza. Nos lo creemos, sin duda. Era la primera vez que se hacía. Era algo más complejo que el cálculo de un viaje a Marte. «Se trataba de ver cómo nos aproximábamos a un cuerpo muy irregular, con forma de pato; un cometa que deja una estela de hielo que puede impactar con la sonda y, para rizar el rizo, con un campo de gravitación muy pequeño que podría provocar que el módulo Philae rebotara contra la superficie», explica.
El propio Belló veía este momento como un episodio de ciencia-ficción. Ahora, tras años de navegación, incursiones en el espacio profundo y encuentros planetarios para tomar impulso orbital, el sueño se ha cumplido gracias a genios como este puertollanero. Tras 57 horas posado en la superficie del cometa, el módulo Philae ha conseguido enviar, justo antes de quedarse sin batería, los datos recogidos en sus sensores. Quién sabe si en ellos, algún día, descubramos las claves del origen del Cosmos… y de nosotros mismos.
Gracias chaval.A seguir así. Eres el Fernando Alonso de Castilla la Mancha. En Asturias, Fernando es un heroe. Aqui, deberias de serlo tambien.
Gracias otra vez.
Un superdotado de matrículas de honor en ingeniería aeronáutica. Lo peta, este va pa premio nobel.