Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Las promesas de participación ciudadana de Rosa Romero no eran más que cantos de sirena. Así lo entienden Manuel Artiñano (PSOE), Carmen Soánez (IU) y José Luis Huertas (FLAVE), quienes, tras la celebración de media docena de reuniones del Consejo de Ciudad, constan que este órgano consultivo municipal no es sino una «pantomima» en la que el resto de consejeros vota sistemáticamente a favor de los postulados del equipo de gobierno, sin apenas plantear debate alguno.
La participación cada vez es menor. En la penúltima convocatoria no pudo constituirse el Consejo de Ciudad ante la falta de quórum. Una semana después, tan solo 8 de los 15 consejeros, el mínimo para poder celebrar la reunión, acudió al salón del plenos del Ayuntamiento para debatir sobre las ordenanzas fiscales. Y porque el equipo de gobierno «tiró de teléfono».
Además, lamentan que la presidenta del Consejo, Rosa Romero, solo haya participado en dos reuniones, siendo una de ellas la inaugural, el pasado 30 de septiembre de 2013. «Seguimos echando en falta a la alcaldesa, que no acude, siendo la presidenta de un Consejo de Ciudad que fabricó cogiendo a la gente más emblemática de la ciudad», comenta Manuel Artiñano.
Otra de las cuestiones que los consejeros díscolos critican es que la convocatoria de las reuniones y la documentación se recibe con poca antelación, sin apenas tiempo para preparar los temas a debatir.
El Consejo de Ciudad se define como «el órgano de participación y de consulta de carácter global que tiene como objetivo debatir y valorar las grandes líneas estratégicas y los asuntos principales en la ciudad de Ciudad Real». Sin embargo, el único debate, siempre infructuoso, es en el que se enzarza el equipo de gobierno con los representantes de PSOE, Izquierda Unida y Federación Local de Asociaciones de Vecinos Alfonso X El Sabio (FLAVE). Éstos lamentan que el resto de consejeros siempre voten a favor de los planteamientos del Partido Popular y que sus intervenciones sean, además de inusuales, someras. Según Artiñano, «los consejeros han perdido el interés porque se sienten utilizados».
Por otro lado, José Luis Huertas, llama la atención sobre el hecho de que en la última reunión solo había cuatro consejeros que no fueran concejales del Ayuntamiento. «Me preocupa que no estemos todos y que los que vienen no hablen».
Para Artiñano, es necesario «dignificar» este órgano en el que están representados «importantes» colectivos de la ciudad, «como empresarios, arquitectos, farmacéuticos, médicos, obreros y vecinos».
Por último, Huertas subraya que el Consejo de Ciudad «no sirve para nada» si no es un órgano cuyas decisiones sean vinculantes y si las reuniones se celebran con posterioridad a que los acuerdos se hayan adoptado.
