1.- Elige el tono adecuado
Para conseguir un efecto natural, elige el tono más parecido al color de tu piel, ni más claro ni más oscuro. Si quieres conseguir un tono más bronceado aplícate polvos de sol sobre la base. Cuando vayas a comprar tu base no temas probarla en tu rostro, la pigmentación del antebrazo no coincide con la de tu cara.
2.- Cantidad
No es necesario que apliques la base sobre todo el rostro. Aplica una pequeña cantidad en la zona central y difumina hacia fuera. Si además utilizas una brocha cubrirás mejor las imperfecciones, necesitarás menos cantidad y el resultado es mucho más natural.
3.- La textura
Dependiendo de tu tipología cutánea podrás utilizar una textura más densa o más fluida. Las más fáciles de aplicar son las fluidas y en el mercado encontrarás muchas marcas que a pesar de ser muy fluidas cubren perfectamente.
4.- Acabado
Ten siempre en cuenta que tu piel debe estar perfectamente hidratada, no intentes conseguir un acabado jugoso tan solo con tu base de maquillaje ¡no lo conseguirás!. Como primer paso cuida tu cutis e hidrátalo adecuadamente. 
Para conseguir un acabado satinado aplica sobre tu base polvos, colorete e iluminador.
5.- Menos es más
Si piensas que por poner más cantidad de base te durará más horas, estas en un error. Cuanta más cantidad apliques en tu rostro antes aparecerá el efecto “desquebrajado”.
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