Miguel Ángel Ruiz.- La agencia EFE publicó el pasado jueves un tuit haciendo referencia a otro del presidente del gobierno Mariano Rajoy, y para etiquetarlo incluyó el hashtag #rajoymariquita. Tras este patinazo la agencia de comunicación pidió perdón rápidamente con otro tuit en el que explicaba que la etiqueta era “ofensiva” y Rajoy zanjaba la polémica aceptando las disculpas.
Hasta aquí los hechos, pero de algo tan anecdótico me gustaría hacer alguna reflexión ¿Por qué se da por sentado que llamar a alguien mariquita es ofensivo? ¿Por qué se utiliza tanto ese calificativo con el ánimo de ofender o como insulto? Que una palabra se use de ese modo solo dejar ver la homofobia que aún hoy existe en nuestra sociedad, homofobia que sigue latente o incluso me atrevería a decir que está creciendo de manera proporcional al aumento de la visibilidad de un colectivo que aún tiene muchísimo por lo que luchar.
Conseguida la igualdad jurídica hace ya algunos años, falta aún mucho por camino por recorrer para que esa igualdad sea real, y situaciones tan “cómicas” como la del hashtag así lo demuestran. A día de hoy no resulta políticamente correcto en ningún ámbito cargar contra el colectivo gay pero siempre hay quien suele aprovechar la mínima oportunidad para la burla y el ataque, sutil, pero ataque a fin de cuentas.
Queda claro que el dichoso hashtag tiene muchísima mala baba pero no se debe, no se puede permitir que descuidos de ese tipo sirvan al final para atacar a un colectivo cuya única pretensión ha sido siempre exigir el respeto y la igualdad con los demás.