La desventura de emprender en Almagro… para quien no es de Almagro

Steve Luyks.- Resulta a veces una ardua tarea, el poder expresar ciertos sentimientos cuando se está viviendo una injusticia. Y aunque solo uno, sabe dónde y como le duelen los callos, queremos dar a conocer, el duro empedrado que hemos tenido que pisar, por si alguno pretende recorrer el mismo camino.
Si os dijéramos que nuestro problema es que apenas tenemos ventas en un comercio de hostelería que acabamos de inaugurar hace poco mas de tres de semanas, cualquiera podría decir, e incluso nosotros mismos diríamos, que esa cuestión es, en última instancia, responsabilidad de uno, y que puede ser el resultado de un planteamiento incorrecto del negocio, o que es un proceso lento, en un pueblo como Almagro que apenas llega a los 10,000 habitantes, donde probablemente sus ciudadanos, acostumbren a frecuentar sus comercios de siempre, y que necesitemos ganamos su confianza con paciencia y buen hacer, y encomendamos a un «boca a boca», como panacea para nuestros consuelos,

Pero la cuestión es que estamos en julio, el mes donde quizás, Almagro sea la envidia turística de muchos de los pueblos del interior, multiplicando sus visitantes por su tan famoso festival internacional de teatro, y donde aparte de la afluencia local, existe un elevado trasiego de visitantes tanto nacionales como internacionales, Y resulta devastador, porque no encontramos otra palabra que exprese de manera fiel lo que sentimos, como después de haber invertido todos nuestros ahorros, y de haber sacrificado el tiempo que debíamos dedicarle a nuestra familia, y del esfuerzo físico y mental que conlleva emprender un negocio de estas características a contrarreloj, para aprovechar la época estival; ver cómo el optimismo que inundaba todas nuestras ilusiones por poder abrir en estas fechas tan importantes, se convertía en una imprudencia por confiar en las palabras de los responsables de gestionar la ciudad, tanto políticos, como la policía local.

Antes de emprender este proyecto, como es de lógica, nos cercioramos evaluando todos los pros y contras de la viabilidad del mismo, para no encontrarnos con sorpresas, fiándonos en algunos casos de la palabra de las personas involucradas y responsables de la gestión y cumplimiento de todo lo referente a la apertura de este negocio, pero lo que está siendo nuestra ruina, es el tema de la terraza. Como todos sabéis, los locales de la plaza son de pequeñas dimensiones, y el principal motor de estos locales son las terrazas. Antes de meternos de lleno, el cabo de la policía local, que al parecer es la persona que decide quien y dónde se pueden ubicar, nos confirmó que no habría ningún problema con su ubicación, y que la misma sería donde corresponde, frente a la fachada del local y abarcando las dimensiones de la misma.

Sin saber por qué, aunque lo intuimos, a pocos días de la inauguración, se personó en el local para comunicarnos que debíamos ubicar las mesas a continuación de las de nuestro vecino colindante, a unos 10 metros de nuestra fachada, alegando que el ya estaba antes que nosotros y que la temporada ya había comenzado. Aparte de la trifurca que se desencadenó como podréis entender, intentamos en vano llegar a un acuerdo, asumiendo incluso cierto desplazamiento pero dejando que algunas de nuestras mesas coincidieran con parte de nuestra fachada, pero sometido por la imposición dictatorial y tan poco amistosa como dialogante, tuvimos que desistir de nuestro intento por razonar con él, y asumir la ubicación designada por miedo al perjuicio que podría provocamos un enfrentamiento menos estoico, como suele ocurrir cuando uno pretende defender sus derechos sin medios y ante actitudes caciquistas de quienes tienen ciertos poderes sobre el resto de ciudadanos.

Como se puede comprobar en la primera foto, la tenaza que se ve desde el interior del local, es la del local vecino y no el nuestro, nadie se puede ni imaginar, cual es la sensación de tener que estar viendo una terraza llena, justo enfrente de tu propio local, mientras la tuya no puedes ni siquiera verla a menos que salgas a la acera, mientras la clientela que se supondría que debía ser nuestra, nos levanta la mano continuamente para que le tomemos nota o incluso les ajustemos la cuenta. Y mientras, intentamos mantener el tipo con una sonrisa fingida, para camuflar una angustia cada vez más difícil de sobrellevar, cuidando de que no se nos note la cara de tonto, eludiendo otra expresión mejor avenida para este caso, que has ido acumulando gracias a, o por culpa a, según se mire, todos los que han fomentado al desarrollo de una rabia basada en comentarios del tipo “yo no lo hubiese permitido”, “a mi no tienen cojones de quitármela” o “sois los más tontos del pueblo”, haciendo de éste dócil y humilde can, un más que rabioso animal.

En las dos siguientes fotos, se puede ver nuestra terraza vacía, y la del vecino con clientes, y como ya hemos mencionado anteriormente, hay cosas que pueden ser responsabilidad de uno, pero cuando ves todas las terrazas llenas, y que tú solo llenas cuando ya no hay sitio en la plaza, la paciencia se agota, y te preguntas una y otra vez que se esta haciendo mal.

Parece bastante obvio por las fotos, una terraza perdida de la mano de Dios, abandonada, a oscuras, y sin un local de referente, parece no tener servicio y estar cerrado el comercio al que pertenece. Aquí es cuando caes en la cuenta de que parte de tus errores es haber renunciado a luchar por lo que uno entiende que debería ser lo justo, lo lógico, lo obvio, tu terraza en tu fachada. Dudamos mucho, que esta situación se de en cualquier otro lugar de España, el vecino con su terraza en su fachada, y además, ocupando la tuya, que la has tenido que desplazar dos fachadas mas allá, ¿dónde esta la ética profesional, empresarial y ciudadana?

Cuando se ha dado en otras veces estas circunstancias en esta plaza, con otros locales, la solución siempre fue la misma, hay constancia de ello, y debería de servir como precedente para todos los demás, cada terraza, en la fachada que le corresponde, y cuando se ha dado el mismo caso que el nuestro, han tenido que saltar la terraza, para colocar las mesas restantes a continuación, y quien no ha podido montar terraza en su fachada y ha tenido que hacerlo en una ubicación distinta, ha sido por cuestiones técnicas, y ni él ni nadie podía hacerlo, pero ese no es nuestro caso.

Si alguien se ha tomado las molestias de leer la ordenanza, puede comprobar lo injusta que nos resulta, la cual se nos antoja en algunos puntos sospechosamente inconstitucional, dado que en uno de ello el ayuntamiento se reserva el derecho de adjudicación o retirada de las terrazas, eximiéndose de dar cualquier tipo de explicación por ello, y sin obligación a indemnizar por los perjuicios que puedan provocar tales decisiones, fomentando el amiguismo y los tratos de favor de manera indemne.

En el último párrafo de la exposición de motivos de la ordenanza dice lo siguiente «Con el fin de regular el otorgamiento de este tipo de licencias, de forma que sea compatible la utilización del espacio público para disfrute y transito de los usuarios de la vía pública con la ocupación de la misma por parte de los titulares de establecimientos y la actividad turística con la conservación del patrimonio histórico, se aprueba la presente ordenanza, en la que se adoptan una serie de medidas tendentes a buscar un equilibrio y distribución equitativa y razonable del dominio público, ampliando los requisitos y condiciones para la instalación de mesas y sillas en zonas de especial interés histórico-artistico». De momento incumplen la tendencia de lo que tienden a buscar, y ni es equitativa ni razonable.

Y en el articulo 7.3 del titulo dos dice «Las licencias concedidas, se entenderán renovadas para años sucesivos, mediante la presentación de la correspondiente solicitud y el pago de la tasa correspondiente y en su caso, autorización expresa de los titulares de los establecimientos de hostelería colindantes cuando la longitud de la terraza exceda de la linea de fachada del establecimiento para el que se solicita la renovación de la licencia, siempre que no exista variación en sujeto pasivo, superficie, tiempo de ocupacion respecto de la inicialmente concedida y se encuentre al corriente de pago de sus obligaciones tributarias y de cualquier otra deuda contraída con el Excmo. Ayuntarniento de Almagro», entendiendo que en este punto precisamente, es donde se intenta preservar los derechos de cada uno y la ética antes mencionada.

Uno nunca puede estar seguro de la licitud de lo que reclama, el ciudadano de a pie, como es nuestro caso, que carece del conocimiento suficiente para afrontar este tipo de situaciones, está desamparado y a una merced sumisa, ante las acciones de aquellos que se aprovechan de esas circunstancias, y en su mayoría, por carecer de recursos económicos suficientes para contratar a personas capacitadas para ello, acaban abandonado cualquier esperanza por sacar a flote lo has dado por hundido. Pero creemos firmemente lo injusta que es esta situación para con nosotros, puesto que los precedentes habidos, no corresponden con la realidad que estamos viviendo.

Quizás estemos cometiendo una imprudencia poco sensata denunciando nuestro caso, y no hemos de negar el miedo a las represalias, pero cuando ves que el mes de julio se va, más con pena que gloria, y que además de no poder recuperar nada de lo invertido, lo vas a perder todo, y probablemente no puedas afrontar ni siquiera el verano, el miedo te sirve como mecha para dinamitar el pesimismo, y aprovechas la onda expansiva llena de confianza, en un último intento por salvar la situación, y no acabar hundido en la frustración de haber sido un pelele a merced de los de siempre.