El Ayuntamiento de Manzanares, con la colaboración de todas las asociaciones de vecinos de la localidad, celebró por segundo año el Día del Manzanareño Ausente, con el que distinguió a distintas personas que, por diferentes motivos, salieron de esta ciudad hace años pero siguen manteniendo con ella un estrecho vínculo. Como “Ilustre manzanareño ausente” fue proclamado Antonio Herráiz Romero, más de 40 años afincado en Cataluña, donde trabajó como metalúrgico y fue árbitro de fútbol, actuando como linier el partidos de 1ª División.
La comisión organizadora del acto acordó conceder esta distinción a Herráiz Romero, que pese a la distancia y el tiempo lleva 44 años sin faltar a sus dos citas anuales con Manzanares, en Navidad y en verano. El “ilustre manzanareño ausente” 2014 nació en una familia numerosa muy humilde, con muchas dificultades, a las que el hambre obligaba a rebuscar en huertos y a vender arena que se utilizaba para fregar. Con quince años emigró a Cataluña, allí encontró trabajo de metalúrgico y después fundó una cooperativa de recambios para la SEAT. Su afición por el fútbol le llevó a convertirse en árbitro nacional. Llegó a ser juez de línea en partidos de 1ª División en los años setenta y fue presidente del Comité Técnico de Árbitros de fútbol de la Delegación de Vallés Occidental en Tarrasa durante 18 años.
Antes de conceder esta distinción, el alcalde entregó un diploma a cada uno de los “manzanareños ausentes” propuestos por las asociaciones. Todos ellos mostraron su agradecimiento y amor a Manzanares en sus emotivas intervenciones.
A propuesta de la Asociación de Vecinos Barrio del Río Azuer fueron reconocidos Epifanio Miñano Romero, taxista en Madrid; y Antonio Fernández-Vazquez Maeso, enólogo en Jerez de la Frontera. La AAVV del Nuevo Manzanares propuso al citado Antonio Herráiz Romero y al joven arquitecto Antonio de la Cruz Moraleda Rodríguez, afincado en Madrid. Los reconocimientos hechos a propuesta de la AAVV Barrio del Río fueron para Ana Gómez-Pastrana Merino (Murcia) y, junto a la AAVV Divina Pastora, para la familia Nieto-Márquez Camacho, representada por Francisco Javier y Clara, que brindaron uno de los momentos más emotivos del acto celebrado a mediodía del domingo en la Casa de Cultura.
La AAVV Divina Pastora también presentó a Dolores García-Moreno Jiménez, profesora de inglés afincada en Carranque. Por la AAVV Avenida del Parque se reconoció a José Peñuelas Fernández-Pacheco, hostelero en Playa de Aro (Gerona); y a Antonia León Díaz-Madroñero (Alicante). Finalmente, la Asociación de Vecinos de San Blas presentó a Jesús Celedonio Iniesta Ruiz-Peinado, directivo de Bankia en Madrid.
El acto, que comenzó con un improvisado saludo musical por parte de la Tuna de Manzanares, contó con las intervenciones de los portavoces de los Grupos Políticos Municipales del PSOE y PP, y fue clausurado por el alcalde. Antonio López de la Manzanara, que tuvo palabras para cada uno de los distinguidos, agradeció la colaboración de las asociaciones y dijo que, como otros muchos actos, el reconocimiento a los manzanareños ausentes surgió como una propuesta ciudadana, en este caso de la familia Nieto-Márquez Camacho. El primer edil pidió que las futuras corporaciones sigan manteniendo estos reconocimientos.
Tras la foto de familia conjunta entre los miembros de la Corporación Municipal y los “manzanareños ausentes”, el homenaje continuó en el patio de columnas del Centro Cultural “Ciega de Manzanares”, donde quedó inaugurada la exposición “Destino Manzanares”, que en diferentes paneles muestra fotografías y aspectos de la vida de cada uno de los distinguidos.
Manzanareños Ausentes 2014
Epifanio Miñano Romero
Salió de Manzanares con veinte años buscando un futuro laboral que su encontró en Madrid junto a su esposa. Allí sigue 44 años después, con dos hijos y un nieto. En ningún momento ha perdido el contacto con Manzanares pues aquí tiene a sus padres y hermanos y buena parte de la familia de su mujer, casa y sus raíces. Por ello siempre ha regresado a su pueblo cuando el trabajo se lo permitió, primero como administrativo y después como taxista hasta su jubilación. Su primera infancia transcurre entre la Calle del Carmen donde nació, el colegio de las MM Concepcionistas y la Academia Lope de Vega, donde cursó estudios medios, y la oficina de Correos, donde ejerció su primer trabajo como cartero interino, siguiendo los pasos de su abuelo Juan José.
Antonio Fernández-Vázquez Maeso
Nació en Manzanares en el seno de una familia numerosa. Su padre, Don Alfonso Fernández-Vázquez Úbeda, además de maestro, era agricultor y vitivinicultor, de dónde surgió la vocación que ahora le ocupa como enólogo en Jerez de la Frontera. Su infancia estuvo unida a recuerdos en el pradillo de las Monjas. Fue monaguillo en las monjas de clausura, recibió clases de guitarra con D. Jesús Cañadas. Estudió bachillerato laboral en la Calle del Carmen, en la modalidad agrícola-ganadera, especialidad de enología, y posteriormente se fue a Madrid a la escuela Politécnica de Ingenieros Agrónomos. Ha trabajado en Badajoz y La Coruña antes de llegar a Jerez, donde lleva treinta años inmerso en el mundo del vino.
Antonio de la Cruz Moraleda Rodríguez
Como el anterior distinguido, también es hijo de un maestro, de D. Antonio Moraleda. Su niñez y sus recuerdos se centran en su barrio, el Nuevo Manzanares, donde se pasaba las tardes jugando e imaginando construcciones, sobre todo estadios de fútbol. Del instituto se fue a Madrid a estudiar arquitectura, que era su vocación desde pequeño. En la capital tiene su propia empresa, aunque no ha dejado de visitar Manzanares en puentes, vacaciones, etc, pues aquí están sus familiares y amigos. Sus lazos volverán a estrecharse con Manzanares, pues es el arquitecto que ganó el concurso de ideas para la reforma de la plaza de la Constitución y casco antiguo de Manzanares, con cuyo proyecto se pondrá manos a la obra en los próximos meses.
Ana Gómez-Pastrana Merino
Hija de “Pepe el de la eléctrica” y “Lola la peinaora”, nació en la Calle de las Cruces. Su infancia estuvo unida al Paseo del Río y a la Feria del Campo, con su padre siempre pendiente de que no faltase la luz en el recinto. Fue al Colegio del Corral del Concejo. Luego formó parte de la primera Promoción de Bachillerato Femenino. Sus recuerdos de juventud giran entorno, entre otras cosas, al “JACE”, los carnavales y la catequesis. Un accidente de su madre determinó su vinculación con la sanidad, trabajando en distintos departamentos y hospitales. En 1992 conoció al que hoy es su marido y por circunstancias familiares y profesionales se trasladó hasta el Mar Menor (Murcia). En su despacho tiene un póster de la plaza de las palomas, lo que hace que todos los días vea a su pueblo, al que sigue muy vinculada por lazos familiares.
Familia Nieto-Márquez Camacho
En 1942 contrajeron matrimonio Manuela y Ángel, empleado de Aguas Potables. Fijaron su residencia en “Los Romeros”, desde dónde se abastecía de agua a Manzanares. Allí nació su primer hijo. Tres años después se trasladaron al núcleo urbano de Manzanares, donde la empresa les facilitó una pequeña vivienda en el llamado “Lavadero”, situado en el Paseo del Río. Allí nacieron el resto de los hermanos. Fue una familia humilde pero con grandes valores humanos y familiares. Pasaron por distintos colegios: MM Concepcionistas, Corral de Concejo, escuela de D. César y el Instituto de la Calle del Carmen. Toda la familia tuvo que salir de Manzanares, los padres se quedaron en Ciudad Real. Todos conservan los principios que les inculcaron y Manzanares siempre está en sus vidas así como su gran fervor a Nuestro Padre Jesús del Perdón.
María Dolores García-Moreno Jiménez
Nació en Manzanares en una familia sencilla en el barrio de la Divina Pastora, asistiendo a allí al colegio del que conserva gratos recuerdos y posteriormente, pasó al instituto Sotomayor. Su niñez y adolescencia estuvieron vinculadas al mundo del deporte, como gran jugadora de baloncesto, aunque su amor por los idiomas determinó sus estudios superiores, formándome en Inglaterra, Irlanda y Alemania. Trabaja como profesora de inglés en el instituto de Carranque (Toledo) y viene a su pueblo tanto en fines de semana como en fechas señaladas, como son las fiestas de la Divina Pastora o el día de Jesús.
José Peñuelas Fernández-Pacheco
Su vida es la clásica de un emigrante. Nació en una familia humilde. Su padre era trabajador del Ayuntamiento en varios oficios. Su madre, “La Pacheca”, era una mujer luchadora para llevar el sustento a casa. Empezó a trabajar desde muy niño. Después se fue a Madrid a trabajar en un bar de barrio y posteriormente, cuando contaba tan sólo con 14 años, se fue sólo a trabajar a Playa de Aro (Gerona) donde tuvo la suerte de trabajar en una cafetería enorme, que fue para él una escuela de hostelería. Hace diez años creó su propia empresa.
Antonia León Díaz-Madroñero
Nacida en Manzanares, en la calle Carrilejos, sólo pudo ir al colegio del Corral del Concejo durante dos inviernos, donde aprendió “lo justo para defenderse en la vida”, debido a que ya de muy joven tuvo que empezar a trabajar en el campo como la mayoría de la gente en esa época. Estando aún en Manzanares se casó a los 22 años y ahí es cuando tuvo que emigrar debido al trabajo de su marido. Una vez en Alicante, fue madre de tres hijos. Se separó y tuvo que luchar mucho para poder sacar a sus hijos adelante. Ya jubilada, mantiene su vivienda en Alicante, aunque uno de sus hijos reside en Manzanares donde se casó y tiene dos hijos.
Jesús Celedonio Iniesta Ruiz-Peinado
Sus primeros recuerdos de Manzanares pasan por el “Bar La Paloma”, propiedad de sus padres, frente a la ermita de la Paz, así como su primera procesión de Semana Santa al lado de su padre para acompañar al patrón, sus paseos por la feria en los paseos del río junto a sus abuelos, cuando todavía pasaba el Azuer con sus mosquitos. Su primera etapa de formación fue en el Colegio Don Cristóbal y posteriormente estudió en Buitrago de Lozoya (Madrid). Posteriormente llegó su segundo adiós a Manzanares, primero a Valdepeñas y posteriormente a Madrid, donde desempeña su actividad profesional con importantes responsabilidades en Bankia. Casado y con hijos, hace cuatro años fue el pregonero de las fiestas de Nuestro Padre Jesús del Perdón. Y el pasado mes de febrero fue ordenado por el Obispo Diácono Permanente.