Con la misma delicadeza e ilusión con que se abre por primera vez una cajita de bombones, este domingo 14 de septiembre el Teatro Municipal de Almodóvar del Campo volvía a destapar las esencias más auténticas de su original impronta neoclásica. La representación en Feria y Fiestas de ‘El Eunuco’ ha servido para vestir de largo este recinto, nacido en 1845 para bien de la cultura local.
Tras casi dos meses de discretas tareas que han devuelto la elegancia propia de su estilo constructivo y han permitido poner al día recursos imprescindibles como la climatización, la iluminación o el sistema de sonido, el Teatro Municipal ha sido el primer protagonista con mayúsculas de su reapertura y se ha redescubierto a sí mismo cual insigne templo para las artes dramáticas y musicales.
“Éste era un espacio que, evidentemente, con el paso de los años había perdido el sabor con que nació y más si tenemos en cuenta que ya han pasado por él casi 170 años; por tanto, era necesario revivir ya el estilo neoclásico con que se levantó”. Son las palabras de alcalde, José Lozano, que en la víspera del reestreno ofreció a los ciudadanos la oportunidad de comprobar el resultado de las acciones acometidas, en una jornada de puertas abiertas.
Con el noble fin de hacer posible la restauración cromática y la dotación de moderno equipamiento que en nada altera su fisionomía y, bien al contrario, potencia su versatilidad como escenario, el Ayuntamiento adjudicó la ejecución de los trabajos especializados a El Corte Inglés tras sacar a licitación el proyecto. También confió en el buen criterio de una experta en lides de creatividad artística por herencia primero de su abuelo Cruz y de su padre, Pepe Rey.
Realizado previamente un concienzudo trabajo de contextualización histórica de esta joya arquitectónica de estilo italiano, con planta de herradura y patio de butacas bordeado por plateas y dos anfiteatros, bajo una forma elíptica apta para potenciar la acústica, Aurora Rey Aragón se decantó por una combinación de grises, rojo burdeos, dorados y azules como tonalidades más adecuadas para restituir la impronta majestuosa del recinto.
“Todos los colores son preciosos, pero no todos corresponden a un tipo de edificio, unos son adecuados y otros no se pondrían nunca”, refiere esta entusiasta vecina para concretar, a continuación, que las tonalidades de la época coetánea al Teatro almodovareño son de “tipo pastel” para estos edificios caracterizados por su belleza y elegancia arquitectónica.
Y en este sentido “hemos jugado con la gama de los grises: el claro para todas las paredes y el oscuro contrastando las molduras y la portería. Y con ellos el dorado, en una tonalidad antigua para las columnas”, describiendo así la zona que antecede al escenario. Refiriéndose ya a éste añade que “va enmarcado en dorado, lo cual nos ha permitido realzar el azul fuerte del nuevo telón de terciopelo que da sensación de profundidad y todo ello enlaza con una franja roja granate que va a abrazando todo el patio de butacas, desde el frente del escenario y la nueva sillería que se ha instalado también en esa misma tonalidad”.
De hecho, con el fin de ganar en confortabilidad para los espectadores, el Consistorio ha renovado en su integridad las butacas instaladas en el patio y también en los dos anfiteatros cuyas plazas quedan numeradas a partir de ahora, colocando además nuevas sillas en cada una de las plateas. El concejal José García-Minguillán, encargado de coordinar todas las tareas, explica a este respecto como “gran ventaja que se mantiene la capacidad y eso era también uno de los retos porque las dimensiones de las antiguas sillas ya no se ajustaban a normativa y hemos conseguido unas similares que sí respetan las distancias mínimas establecidas”.
En los dos vestíbulos existentes, el del recibidor y en el del primer anfiteatro se ha jugado también con el denominado “azul anochecer” cuya cálida tonalidad, según Rey Aragón, “te recoge, te envuelve y te da tranquilidad”. Una diferenciación cromática que, tal y como apunta, “nos permite distinguir muy bien los diferentes espacios que atesora nuestro Teatro y así logramos que parezca mayor el edificio”.
Al margen de lo estético, también se ha pretendido aportar una faceta divulgativa. Algo que se ha conseguido a través de una cuidada selección de cartelería retrospectiva y artículos de prensa de antaño, en algún caso localizados en la Biblioteca Nacional, que retrotraen a momentos inolvidables de actos y representaciones en la larga trayectoria del recinto cultural.
Así, dice Aurora Rey, “sus paredes nos están hablando del gusto de Almodóvar por las obras de teatro, las compañías, los precios y los momentos en que más se representaba”, como eran marzo por la feria o en septiembre por las fiestas. Pero también era lugar de encuentro en Carnaval o en Navidad, época ésta última que en 1915 vivió el estreno de sendas obras originales de dos dramaturgos locales, María Teresa Villa y Emilio Gallego, como así se refleja en el vestíbulo de entrada que también engalanan dos grandes espejos.
Asimismo, cada una de las plateas rinde tributo a dramaturgos y músicos. Las de la parte izquierda llevan por denominación los nombres de Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, José María del Valle-Inclán, Federico García Lorca y Antonio Buero Vallejo. Y sus gemelas del ala enfrentada hacen lo propio con José Serrano, Amadeo Vives, Ruperto Chapí, Tomás Bretón, Jacinto Guerrero y Pablo Sorozábal.
Además, una de las plateas ha visto adaptado su acceso para personas que acudan en silla de ruedas, pudiendo dar cabida a la vez a cuatro. Y en el cuarto de baño se ha colocado una puerta corredera para facilitar también su uso por espectadores con discapacidad física.
Un último elemento que se ha renovado íntegramente para el disfrute de todo el público es el sistema de climatización, dado que el existente no funcionaba. En su lugar “se han colocado cuatro máquinas más modernas, de menor consumo y un sistema multituberas para una mejor distribución del aire”, apunta García-Minguillán, quien asegura que en función del grado de satisfacción que produzca se irá adecuando hasta alcanzar un óptimo rendimiento y equilibrio climático en todos los espacios.
Por otro lado, los munícipes confían en que los nuevos elementos habilitados en el plano técnico resulten atractivos para que más compañías de teatro visiten la localidad. En este sentido, estas fiestas patronales sirven de estreno al equipamiento en sonido e iluminación, integrado este último por nuevas hileras de focos que dan mayor juego escenográfico. El suelo del escenario ha sido lijado y barnizado y tras las bambalinas, las paredes laterales y del fondo se han revestido de tela negra. En camerinos se ha instalado climatización y se ha renovado parte del mobiliario, conforme a lo que han venido demandando las compañías.
Otras actuaciones menores que han contribuido a elevar el marchamo del Teatro Municipales han sido la nueva iluminación en plateas y baños, los cortinajes de todo el patio de butacas y distintos anfiteatros, nuevas hornacinas, la adecuación de los tejados o la señalética de emergencia y las medidas de seguridad. La guinda a todo ello cuelga del tecno del patio de butacas: una coqueta lámpara de brillantes.
Para todo ello se han invertido cerca de los 200.000 euros, de los cuales casi la mitad proceden de fondos europeos y el resto de las arcas municipales. A partir de ahora se quiere reservar tan histórico edificio para actuaciones exclusivamente teatrales, conciertos de música de una cierta entidad o actos institucionales cuya relevancia haga necesaria su utilización. El objetivo es descargar de usos este espacio para que esta restauración perdure en el tiempo.
Por lo pronto, tras el clamoroso triunfo de anoche de Pepón Nieto, Anabel Alonso y Alejo Sauras con ‘El Eunuco’, este lunes 15 de septiembre toca el turno desde la 22,15 horas a ‘Cambalache’, una obra original de Álvaro Sáenz de Heredia con Emma Ozores, Santiago Urrialde y Ferrán Botifoll.