David García Huertas.- En la tranquilidad de una noche cualquiera, abrir un libro y pasar página por página saboreando cada letra, cada palabra, cada frase, hace que alrededor de ti se dibuje un panorama de convivencia de ideas. La impaciencia lleva a muchos a leer directamente el final por si el argumento no gusta al menos ya saben el final, así pues, podrán leer el libro entero pero no saborearán el dulce néctar de ese mundo paralelo que se hace realidad conforme avanza la libro, esa historia irreal que confluye por nuestra mente.
Algo así pasa en la vida, muchos son los que se saltan etapas de la vida para vivir una más adelantada, cuando la vivan y quieran volver atrás ya será demasiado tarde, su vuelta atrás será en vano, ya que el tiempo no descansa.
Una buena vida no es sólo aquella que se vive entre riqueza, despreocupaciones y con alguien a tu lado como marca la tradición y un rito de paso a seguir. Una buena vida es aquella que se vive entre riqueza intelectual, en estar preocupado por todo lo que nos rodea social, política y económicamente y sobre todo una buena vida se puede vivir en soledad o en pareja. Algunos acabarán en pareja por miedo a la soledad, otros simplemente una noche les llevó allá y otros por desesperación de no morir solos.
Desesperación, muerte, soledad, aspectos nefastos que atormentan al ser humano. La desesperación con una dosis de tranquilidad y de trabajo se puede solucionar, la muerte no la tiene y es por eso que la gente se asusta, nadie sabe que pasará, por eso hay que vivir la vida. Esto no quiere decir que todo sea fiesta y despreocupación, esto significa tener ideales, trabajar para que estos se cumplan, luchar para que todos vean si valen o no tus ideas y así poder defenderlas con todos los argumentos. Soledad suele ir ligado a nocturnidad, donde el corazón le arrebata a la razón muchas veces su predominio, razón que volverá a predominar por la mañana al alba, La soledad no debe verse como algo nefasto.
La crisis que azota el mundo no sólo es económica, también es social, muchos no sabemos que nos depara la vida, no sabemos si estamos acertando en los caminos que escogemos y ni tan siquiera sabemos si hacemos lo correcto, pero se debe hacer el camino desde una óptica honrada, sin masacrar a los demás, simplemente haciendo nuestro trabajo y persiguiendo las metas. Quizás la soledad sea mi destino, pero me niego a abandonarla por el simple y mero hecho de que la mayoría no quiere estar sólo. No cabalgaré de allá para acá, ni dormiré allí ni aquí, conocer es andar, y andar poco a poco es conocer en profundidad, pasos a seguir para poder llevar a cabo el abandono solitario de la vida con un resultado óptimo. Los que hoy se mueven por el interés, la soledad bordeará su alma, ya que en el fondo no se fiarán de nadie, aquellos que caminan sin negras intenciones y con un corazón y un alma puro, no sólo estarán haciendo un bien a la especie humana, sino que será el orgullo de su antepasados.
Disfrutar, no es sinónimo de perder las señas de identidad, al igual que defender una manera de entender el mundo no es ser estricto es simplemente como en el ámbito personal que cada cual sabe que es lo que quiere y que le interesa, luchen por ello pero siempre sin abandonar la educación que nos han aportado.
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Hermoso texto. Totalmente de acuerdo con lo expresado.
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