La Unidad de Neonatología, vinculada al servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, atiende todos los años una media de 160 niños prematuros, lo que supone un 8% aproximadamente del total de nacidos que está en unos 2.000 bebés al año.
Se considera bebé prematuro al nacido antes de cumplir las 37 semanas de gestación (en total son 40 semanas), aunque existe una diferenciación en base al peso que presenta y a la edad gestacional que determina si el bebé es un gran prematuro, cuyo peso estaría por debajo de los 1.500 gramos, o si se trata de un prematuro tardío que ha nacido entre las 34 y 37 semanas de gestación.
Los cuidados deben extremarse en estos bebés, sobre todo en los grandes prematuros que suelen presentar dificultades relacionadas con el sistema nervioso central y el aparato respiratorio, ya que sus pulmones no han alcanzado aún la madurez necesaria.
En esta fase son imprescindibles los cuidados de los profesionales sanitarios que prestan además apoyo a los padres tanto durante el tiempo de ingreso como en el proceso de cuidados en el domicilio.
Humanizar el entorno de cuidados
Tanto el parto antes de que el embarazo llegue a término, como adaptarse a los cuidados que necesita un bebé prematuro, son causas importantes de estrés para los padres, quienes encuentran apoyo en los profesionales sanitarios.
Uno de los problemas que más preocupa a los padres en los primeros meses de madurez de su bebé es la alimentación, ya que los niños prematuros deben iniciar de forma lenta y progresiva las tomas para que su sistema digestivo vaya adaptándose.
Este tipo de intervenciones diseñadas por los profesionales del servicio de Neonatología y Pediatría se desarrollan en un espacio cálido y agradable, ya que aporta grandes beneficios humanizar el entorno en el que deben permanecer algún tiempo los recién nacidos.
Durante este periodo los padres son partícipes de los cuidados y del desarrollo de su bebé, fomentando el contacto piel con piel con sus progenitores que aporta grandes beneficios en la adaptación del bebé al entorno y al desarrollo neurológico del prematuro.
Para ello desde la Unidad de Neonatología se fomenta la incorporación de cuidados centrados en el desarrollo y en la familia, reproduciendo situaciones cotidianas en las que los profesionales sanitarios enseñan a los padres consejos posturales o medidas de confort para el bebé en las que se evite la luz y el ruido.