Las blancas chardonnay y algo de moscatel han sido las primeras variedades de uva en ser recogidas en La Mancha. Se trata de variedades minoritarias aún, que han tenido una buena adaptación al terreno, pero más sensibles a la climatología estival y por tanto con un ciclo de maduración más rápido.
Es el caso de la provincia de Ciudad Real, donde Bodegas Yuntero (Coop. Jesús del Perdón), en Manzanares, o la cooperativa Cristo de la Vega en Socúellamos, fueron las más madrugadores en iniciar la campaña de vendimia para la cosecha 2014 con pequeñas parcelas de uva chardonnay y moscatel de grano menudo (en torno a los 12 grados), a finales de la primera semana de agosto. También en Ciudad Real, la cooperativa El Progreso, de Villarrubia de los Ojos, ha iniciado ya la vendimia con la recogida de tinto para tempranillo de secano en vaso, “la calidad está siendo muy buena, con menos kilos que otros años, ya que hemos tenido menos lluvia, pero en general, con grado entre unos 12 y 14 grados, una muy buena calidad de los racimos”, apuntó Ángel Atanasio, Vicepresidente de El Progreso. En Campo de Criptana, Ciudad Real, una de las bodegas con DO La Mancha, que habitualmente inicia la campaña con premura es Bodegas El Vínculo, del grupo Tinto Pesquera.
Similares perspectivas se dan para el resto de las provincias manchegas, como Albacete, Cuenca o Toledo, cuyas bodegas ya se afanan en la vendimia. Así por ejemplo, en Tarazona de la Mancha (AB), su cooperativa La Unión confirmó un relativo adelanto en su cosecha con buenos ajustes de calidad para el fruto. Para el caso de la provincia toledana, bodegas como Bogarve 1915, de Madridejos, informaron del inicio de su vendimia a comienzos de la tercera semana de agosto.
En términos generales, se espera un comienzo global de la campaña durante la última semana del mes de agosto, fundamentalmente para variedades blancas tempranas y la mayor parte de las tintas, marcando la recogida de la blanca airén, a principios de septiembre, la cosecha tradicional de la vendimia en La Mancha. Una campaña vinícola, que en ausencia normal de plagas y enfermedades, presenta un estado fitosanitario excelente para la calidad de la uva, con perspectivas para una buena añada que se verán confirmada a finales de octubre.