Manuel Fuentes Muñoz
Estos días se celebra en Guadalajara el I Congreso Nacional de la Red de Ciudades AVE, con el que se pretende crear un foro de debate en torno al tema de la implantación de la Alta Velocidad en España, sus consecuencias socioeconómicas y su perspectiva de futuro. Entre sus actividades está prevista la participación de distintos colectivos sociales que, de una u otra forma, se han visto, o se pueden ver afectados por este nuevo servicio de transporte.
La extraordinaria importancia que para estas ciudades ha supuesto la llegada del AVE, es incuestionable. El desarrollo urbanístico y demográfico de Ciudad Real, son un ejemplo directamente vinculado, al menos en parte, a la puesta en servicio de este medio de transporte hace casi catorce años.
Sin embargo, es a los ciudadanos que hacen uso de este servicio, en general, y a quienes utilizan diariamente estos servicios, en particular, en quienes tiene una relevancia especial la implantación de este servicio, por afectarles laboralmente, en sus economías familiares y, en definitiva, en sus propios hábitos de vida, al residir a más 200 kilómetros de su lugar de trabajo.
La Asociación de Usuarios de Alta Velocidad, nació por evidentes necesidades reivindicativas para la mejora y la recuperación de la calidad en el servicio de este transporte de viajeros que, desde el pasado mes de enero se ha visto mermada, ostensiblemente. Sin embargo, no es menos cierto que la vocación de esta asociación, va más allá de ese hecho y pretende dar a conocer a la opinión pública las características especiales de estos usuarios habituales –que poco tienen que ver con aquel modelo ideal que RENFE imaginaba-, y las condiciones en las que, a su juicio, se debe prestar este servicio, para el que, entre otras actuaciones, resulta imprescindible una verdadera coordinación entre instituciones, ya que la actual resulta manifiestamente mejorable.
Con el fin de aportar la experiencia de más de trece de años en la utilización de estos trenes y con el objetivo de conseguir que este transporte sea un medio ágil y adecuado a las necesidades de los usuarios habituales actuales y futuros, de aquí o de cualquier otra ciudad española, la AUAV ofreció su participación en este foro, ofrecimiento que, inicialmente, fue recibido con agrado por la secretaría del Congreso. Sin embargo, el Comité Organizador, en el que está presente RENFE como sponsor y patrocinador, decidió, a primeros de septiembre, rechazar nuestra intervención.
Es evidente que la empresa pública ferroviaria no tiene interés alguno en reconocer, públicamente, la legitimidad de los usuarios habituales para intervenir en la defensa de sus intereses y en comunicar a la opinión pública su punto de vista sobre un servicio que, pese a las tropelías cometidas con nosotros por parte de la compañía y pese a las demandas planteadas, seguiremos defendiendo como medio de transporte moderno y útil para estas ciudades, lo que debe revertir en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.
Se dice que el estado de derecho se basa en la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos. La más genuina manifestación de esta participación es el ejercicio del derecho al voto, aunque no es menos cierto, que el movimiento asociativo es una forma de intervención ciudadana muy importante y arraigada en nuestra sociedad, con la que se pretende hacer llegar a las instituciones y sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas concretos que afectan a las necesidades de colectivos no mayoritarios de la sociedad, pero que sirven de termómetro para el conjunto de los ciudadanos.
Este y, no otro, era el interés por el que la AUAV, pedía participar en este foro de Guadalajara. Con la ausencia de los usuarios de este servicio, en este I Congreso, creemos que quedarán insuficientemente representados los colectivos sociales a los que afecta el AVE y se incumplirá uno de los principales objetivos de este evento. Será, por lo tanto, una nueva oportunidad perdida debida, en gran parte, a la falta de sensibilidad comercial de la actual operadora ferroviaria que aunque no quiere seguir siendo pública, tampoco sabe actuar como empresa privada.