El Hospital de Toledo abre una unidad para el tratamiento de pacientes con ictus agudo

El Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario de Toledo, dependiente de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, ha puesto en marcha la unidad para el tratamiento de pacientes con ictus agudos. Con esta apertura, la región dispone de dos unidades de referencia.

El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, ha visitado esta nueva sala, con capacidad para seis pacientes en la fase aguda del ictus, que contará con un equipo profesional preparado para responder a las necesidades planteadas por este tipo de patología. Estará ubicada en la cuarta planta del Hospital Virgen de la Salud de Toledo.

A juicio de Echániz, “el Hospital de Toledo está en constante renovación y la Unidad de Ictus es buena prueba de ello. Ponemos las nuevas tecnologías al servicio del paciente. Aquí no solo van a contar con los instrumentos precisos, sino con profesionales que están especializados en atender los problemas concretos de los paciente”, ha añadido.

El consejero de Sanidad ha explicado que “el ingreso en una unidad de ictus produce efectos beneficiosos para el paciente y le aporta cuidados clínicos, información y consejo clínico-asistencial que son importantes para su recuperación”.

El jefe de servicio de Neurocirugía, el doctor Carlos Marsal, ha indicado que con este nuevo recurso se consigue optimizar las estrategias diagnósticas urgentes, para reducir el tiempo desde el inicio del ictus hasta la acción médica terapéutica, dar el tratamiento específico adaptado al subtipo de ictus, etiología, localización y tamaño e iniciar la prevención secundaria.

Para la responsable de la Unidad, la doctora Mar Morín, las unidades de Ictus demuestran un mayor beneficio para los pacientes, ya que se reduce la estancia media hospitalaria, la mortalidad y la dependencia, así como las complicaciones sistémicas y las neurológicas. Asimismo, reducen la mortalidad de los pacientes con ictus cuando se analizan con respecto a las unidades de atención convencional.

La doctora Morín explica que el Ministerio de Sanidad desarrolló en 2009 la Estrategia Nacional del Ictus donde las definía como unidades hospitalarias situadas en áreas geográficas bien definidas, integradas por un equipo multidisciplinar coordinado, especializado y entrenado en el cuidado de los pacientes con ictus y que dispone de protocolos de actuación y manejo del paciente basado en la mejor evidencia científica disponible.

No obstante, la dificultad para crear unidades de ictus en los hospitales hizo que en muchos de ellos se crearan equipos de Ictus, que en la propia Estrategia Nacional del Ictus se definen como un grupo multidisciplinar de especialistas coordinado por un neurólogo que, sin disponer de una estructura geográficamente delimitada, colaboran en el diagnóstico y tratamiento del paciente con ictus y que cuentan con protocolos de cuidados sistematizados.

De esta manera, desde hace algunos años los facultativos del servicio de Neurología, junto con Neurorradiología, la Unidad de Cuidados Intensivos y otros servicios del hospital, formaron un Equipo de Ictus que realiza las técnicas más novedosas para el tratamiento de dicha patología, como fibrinólisis intravenosa o trombectomía mecánica.

Ictus

El ictus tiene un gran impacto en nuestra sociedad. En España es actualmente la segunda causa de muerte en la población general y la primera causa de muerte en la mujer. Además, supone la primera causa de invalidez o discapacidad importante a largo plazo en el adulto y la segunda causa de demencia. Consume un 3%-4% del gasto sanitario.

Las tres cuartas partes de los ictus afectan a pacientes mayores de 65 años y debido a las previsiones de población en las que España sería en el año 2050 una de las poblaciones más envejecidas del mundo, se prevé un incremento de la incidencia y prevalencia de esta patología en los próximos años.

En España ocurren entre 50.000 y 150.000 casos de ictus nuevos al año y en Castilla-La Mancha entre 2.500 y 7.000. La estimación actual es que se produce un nuevo ictus cada seis minutos.

Una atención especializada realizada por neurólogos especialistas en enfermedades cerebrovasculares mejora la evolución de los pacientes con ictus y reduce los costes del proceso. En un estudio realizado en 18 hospitales de España se evidenció que la evaluación por un neurólogo dentro de las 6 primeras horas desde el inicio de la clínica se asociaba con 5 veces menor riesgo de mala evolución.

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