El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) ha compartido con expertos, profesionales y asociaciones de pacientes las líneas estratégicas del Plan de Crónicos y Pluripatológicos, en el que está trabajando Castilla-La Mancha desde hace más de dos años, y que ya está dando sus primeros pasos como proyecto piloto en Guadalajara.
El gerente del SESCAM, Luis Carretero, ha recordado que Castilla-La Mancha tiene una elevada dispersión poblacional, con una media de edad cada más envejecida que está cambiando el perfil del paciente. Por ello, ha reconocido que “este plan es una de las apuestas más importantes de este equipo”.
Con este objetivo, ha explicado Carretero, “nos hemos apoyado en cuatro pilares fundamentales: prevención, capacitación del paciente y del cuidador, procesos asistenciales integrados y un sistema de continuidad asistencial”, al tiempo que ha resaltado la importancia de impulsar el trabajo en equipo de todos los profesionales del ámbito sanitario y sociosanitario en esta línea.
Así, el gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha indicado que, además de los equipos multidisciplinares, es esencial “que se implique más al paciente en el cuidado de su salud, lo que se potenciará a través de proyectos como la Escuela de Pacientes”.
Actualmente se está llevando a cabo un proyecto piloto en tres zonas básicas y el Hospital de Guadalajara, con un total de 230 pacientes, iniciativa que una vez evaluada se extenderá al resto de la comunidad autónoma.
Por su parte, el viceconsejero de Sanidad y Asuntos Sociales, Jesús Galván ha resaltado en su intervención el apoyo del Gobierno regional a este plan, “como una de las prioridades de esta legislatura, integrando lo social y lo sanitario”.
En esta jornada de debate ha intervenido como ponente el ex consejero de Sanidad del País Vasco y asesor del Gobierno Obama, Rafael Bengoa, quien ha resaltado la importancia de integrar nuevos desarrollos tecnológicos en la asistencia que se presta al paciente crónico y pluripatológico.
El ex consejero vasco ha hecho hincapié en la apuesta por un paciente formado, ya que “presenta una mayor y mejor adherencia al tratamiento y, además, resulta entre un 8 y un 21 por ciento más barato al sistema sanitario”.
