Manuel Franco. Afiliado a CCOO.- ¡Hola, compañero Eduardo! Has escrito un comentario que me resulta difícil de entender. Parece que me pides información sobre un cambio en la posición sindical respecto de la gestión de los fondos Miner que no creo se haya producido y mucho menos para enmendar. Aunque no pueda dar cuenta de ello hago un intento de aclarar las diferencias entre un sindicalismo consecuente y combativo y un sindicalismo de moqueta sobre la reconversión industrial, cuyo último capítulo se cerró con los fondos Miner.
“Para mí ese Plan fue el mejor que hubo, entre otras cosas porque incorporaba por primera vez medidas de acompañamiento social. Cascos fue receptivo con el Plan y el proyecto del campus, aunque las negociaciones fueron muy intensas, duraron mucho tiempo. La consecución de este Plan creo que es la expresión de cómo la unidad de acción puede funcionar sin que nadie arrastre a nadie. Compartimos proyectos y creo que el campus fue la estrella del Plan”
Quien así se expresa en AtlanticaXXII -revista digital asturiana- es González Hevia, Secretario de la federación minera asturiana de CCOO durante las negociaciones de los fondos Miner. El campus al que se refiere pertenece hoy al largo inventario de proyectos ejecutados en desuso o infrautilizados financiados con los Miner.
Analicemos objetivamente la declaración del compañero González; “ese plan fue el mejor que hubo”, la evidencia es que en toda la geografía acogida a esto fondos hay despilfarro y falta de adecuación de las inversiones públicas y los empresarios se han forrado con las subvenciones y agotadas éstas se han ido con los bolsillos llenos.
Parece que la única explicación posible es la mala gestión, por lo que la reclamación de una auditoría independiente es perfectamente asumible. Todo es mejorable y por supuesto era posible un mejor control. Pero esto no agota el fondo del asunto. Tampoco lo vamos a agotar ahora, pero si le vamos a dar algo más de amplitud desde el punto de vista político.
El entusiasmo de la clase trabajadora durante 76-78 sufrió un duro revés con los Pactos de la Moncloa y La Constitución. Los deseos de cambio se expresaron después en el terreno electoral, 1982.
Desde 1979 se abordó con una política sindical, más que incorrecta, desastrosa, la reconversión industrial. La ausencia de un frente único entre UGT y CCOO jugo un papel nefasto, ambas cúpulas dirigentes partían de los mismos utópicos principios, tratar de domesticar el capital con ayuda del poder político, discrepaban en el ritmo y la presión a ejercer, se enfrentaban y competían. Tras la unidad de acción la división más perniciosa fue la de afrontar importantes reconversiones de forma regional; por ejemplo: La industria naval, ¡Salvar La Bahía de Cádiz! ¡Salvar Cartagena! ¡Salvar Ferrol!; Igual que en la reconversión del acero, Sagunto, Bilbao, Avilés. En cuanto a los monopolios estatales no se les dio un carácter público más que en las declaraciones, reduciendo la participación a los trabajadores afectados y transmitiendo un mensaje desesperanzador de fondo y mitinero de forma en lugar de objetivo, realista, consecuente y científico.
Claro, para quienes renunciaron a las ideas y a un programa independiente de clase por indicación de los señores Felipe, Santiago, Nicolás… en pro de “nuevas” y desempolvadas recetas del baúl del socialismo pre-marxista, eran objetivas; el capitalismo es el único sistema posible… ésta es su máxima. Eran realistas; sobra acero, sobran barcos, sobra carbón… es culpa de Seúl (Corea). Y… más claro; si es el único sistema posible ha de ser científico… aunque una burbuja especulativa, lo más parecido a ciencia con que se la puede comparar es con la teoría de que El Mundo descansa bajo las patas de un elefante.
Me explico, el humano llegó a la Luna el siglo pasado, ha desarrollado las tecnologías de la telecomunicación, vivimos el mundo del conocimiento y… los capitalistas españoles, franceses, alemanes, británicos…, estos señores tan influyentes, inteligentes, emprendedores, líderes… construyen en el Estado Español más de un millón de viviendas que no han podido vender, en USA tres cuartos de lo mismo, en Islandia montan una estructura piramidal de ahorro, en… En todos los casos la factura la pagamos los trabajadores. Esta es la Europa social sin conflictos políticos entre las clases sociales antagónicas que tan buenos resultados “nos” ha dado, desde el punto de vista de los ex-compañeros Toxo, Méndez, Rubalcaba y cía. que relevan a los mencionados antes.
La crisis deja al descubierto el carácter ingobernable, aleatorio, supersticioso del capital, y desvela la realidad; el aparato del estado, que se supone al menos está al corriente, es el guardián fiel de los intereses particulares de las 500 familias que controlan más de la mitad del PIB (Solo las 35 mayores empresas del Ibex controlan un tercio del PIB).
En cuanto a la unidad de acción entre los sindicatos, a la que creo se refiere González Hevia, mejor que yo se expresa un trabajador de una empresa en lucha a través de una hoja repartida entre sus compañeros que ha hecho llegar a la redacción de elmilitante.net.
“La unidad sindical no es más que la unidad de acción de los trabajadores. Dicha unidad jamás puede ser utilizada para frenar o ralentizar el movimiento, al contrario; una unidad que no garantiza el avance no es útil y corre el riesgo de inyectar entre los trabajadores el veneno de la división. La unidad, para que sea efectiva, debe provenir del órgano que garantice la mayor participación de los trabajadores, es decir, la asamblea general de trabajadores. Se trata por tanto de supeditar los acuerdos de convocatoria a la mayor participación de los trabajadores en dichos acuerdos. Así y solo así las decisiones que se adopten serán ampliamente democráticas. En definitiva, podríamos decir que la máxima flexibilidad en el debate ha de ser compatible con la máxima unidad en la acción”. Pero la unidad de acción se produjo solo por arriba, pocas asambleas conjuntas y de ellas muchas con la derrota pactada.
Los resultados de afrontar la reconversión aceptando falsas premisas quedaron claras mucho antes de la crisis, solamente estuvieron disimuladas por la burbuja inmobiliaria. Estos fueron: Aceptar pérdida de empleo y cierres definitivos sin alternativa de futuro, que no se recuperan jamás –la tasa de paro en los últimos 24 años 1990-2013 ha estado nueve años por debajo del 15%, que corresponden con lo más activo del boom inmobiliario, y diez por encima de 20%-; un nuevo revés para la participación de los trabajadores en nuestras organizaciones; y la auto-justificación de esta desastrosa política, frases como “la gente no se mueve” “no hay condiciones” “los trabajadores nos hemos aburguesado” nos suenan.
A la burguesía le salió casi gratis la reconversión industrial. Las jubilaciones anticipadas y ayudas estatales con las que indemnizaron la pérdida de empleo, las volvemos a pagar el conjunto de la clase obrera vía cotizaciones sociales e impuestos; las ayudas europeas, también salen de esfuerzo de los trabajadores europeos e inmigrantes.
El carbón
La unidad de acción entre CCOO-UGT aún con las limitaciones impuestas por una política reformista fue muy positiva por principio. Por un lado las movilizaciones frustradas de CCOO en solitario amansaron, aún más, a sus dirigentes, por otro la utilización de la UGT por parte de Felipe González para hacer tragar los ajustes demandados por el gran capital erosionaron la relación entre ambos. Fruto de la unidad, y de un movimiento de lucha estudiantil vinculado a la clase trabajadora, fue la Huelga General de 1988.
La localización de la mayoría del sector del carbón en Asturias, aunque fuera un factor menor, pudo ser determinante. También lo pudo ser la habilidad negociadora del entonces Secretario del Soma-UGT, quién para algunos era una especie de cacique sindical. O que Álvarez Cascos fuera asturiano y Aznar aún no se sintiera fuerte para seguir los pasos de Margaret Thatcher. Yo me inclino porque de entre los factores, influyó y no poco, la alta tasa de afiliación y la disciplina característica del oficio minero, dispuestos siempre a desafiar los mismísimos decretos europeos si les quitan el pan.
Los fondos Miner llegaron y se presentaron como el “gran éxito” de la constancia en la negociación “combinada con presión”. Desde aquellos fondos Miner los “éxitos” se han limitado a que una multinacional invierte y crea tantos puestos de trabajo aunque a cambio haya que bajarse un “poquitín” el salario; y si se trata de un posible ERE y no se puede presentar los resultados como un éxito se hace un referéndum, que es tan democrático como las lentejas, porque la pregunta la pone siempre el propietario.
Hacer política ficción es tan absurdo como corregir el destino de la historia. Huyo de ambas cosas y para contrastar veamos en una aproximación qué hubiera defendido una política sindical coherente y combativa y qué objetivos perseguiría con ella.
Explicación paciente de las consignas: ¡Nacionalización sin indemnización, salvo casos de necesidad comprobada, y bajo control de los trabajadores de las industrias reconvertidas! De esta consigna se deriva la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial si no hay carga de trabajo y subsidio de desempleo hasta nueva ocupación laboral. Los puestos de trabajo son el patrimonio de la clase obrera, un puesto de trabajo destruido representa un joven sin futuro, una comarca sin empleo es una comarca empobrecida.
Ah, claro, que no he caído en que estas demandas son “imposibles” sin una lucha generalizada de la clase obrera por transformar la sociedad en líneas genuinamente socialistas… precisamente este es el objetivo. Pero ¿qué ocurre cuando no se dan las condiciones para esa lucha generalizada por la transformación social? Pues que gracias a estas consignas el precio de la destrucción de empleo que aportan los capitalistas aumenta y que son los trabajadores en asamblea quienes deciden cuando es el momento y qué clase de acuerdo hay que aceptar.
Los fondos Miner han fracasado o al menos están llenos de agujeros oscuros por donde se ha cambiado el dinero de bolsillo, de bolso y de pantalón. Claro que ha habido “errores” de gestión aunque ninguna de las personas implicadas en su destino hayan hecho autocrítica pública. Pero el error fundamental que critico en los artículos de opinión, compañero Eduardo, es gestionar el capitalismo en lugar de desvelar su esencia individualista, amoral, reaccionaria y expropiadora, y su funcionamiento anárquico y destructivo.
Si los fondos Miner hubieran sido la última salida posible a la reconversión de la minería y hubieran contado con la participación en su aceptación de los trabajadores, ahora, que no dice nada la valoración de que fue un muy buen acuerdo y cobra vida propia la de, pan para hoy y hambre para mañana, que propusimos la corriente El Militante, al menos se podría reaccionar. Con la que está cayendo estamos seguros que sí, al menos los dirigentes reformistas podría señalar a los responsables de la destrucción de empleo en lugar de encender humo para ocultarlos.
Los Miner no suponían una solución con mucho futuro. Y aunque la mejora de la gestión mediante la participación democrática de los trabajadores de las empresas y vecinos de las comarcas hubiese prolongado sus efectos es muy dudoso que sobrevivieran a la crisis.
Dónde estamos hoy
Las condiciones para una lucha por la transformación social maduran a velocidad de vértigo. Las direcciones de las organizaciones obreras históricas PSOE, CCOO, UGT se empeñan en frenar este proceso acelerando el de divorcio entre estas y la clase a la que dicen representar.
La infiltración de ideas burguesas en los dirigentes de la “izquierda” es tal que están destruyendo las organizaciones con tal de evitar el inevitable enfrentamiento de clases. Solo la entrada de trabajadores en estas organizaciones cambiaría su rumbo y las personas que ocupan la dirección, pero ese proceso no se va a dar mientras el PSOE, las CCOO y la UGT, sigan siendo la muleta que sujeta al gobierno reaccionario de Rajoy y a los capitalistas que representa.
Mientras esto no suceda, la clase obrera y la pequeña burguesía empobrecida buscarán otros cauces para expresar su rechazo a la injusticia social.
Quienes se creyeron algo más de los fondos Miner se podían hacer esta pregunta: ¿Qué tal otros Miner con el dinero de las reducciones de cargas sociales de los últimos quince años? Dan para mucho y son salario arrancado a los trabajadores para que “reinviertan” los empresarios. Los marxistas rechazamos la subvención como solución pero no como conquista. Los fondos en cuestión fueron la exigua conquista frente a la atroz derrota… más de cien mil empleos destruidos y la angustia de la población de sus comarcas.
En cuanto a lo del agua estoy de acuerdo contigo, es un escándalo que unos tengan más fácil su acceso que otros. Que en pleno Siglo XXI un bien único como el agua esté en manos de intereses privados dice muy poco del progreso social. ¿Dónde ha quedado el programa socialdemócrata?
La postura democrática es la que decidan los habitantes, la postura coherente es que si algún grupo de personas en torno a una actividad o servicio pude usar ese agua para fines conocidos por los afectados -habitantes de la cuenca- pues simplemente la usa haciéndose responsable del mantenimiento de la instalación, si hay otros fines que nos interesan, pues nueva negociación, nueva información propia, de otros entornos y especializada de hidrólogos y nueva decisión. La única garantía jurídica debe ser que el agua no pertenece al suelo, sino a quienes pisan sobre su entorno y cuenca fluvial.
Espero, si no haberte aclarado dudas, sí haberte aclarado mi posición. No, yo no estuve allí, fueron otros los sindicalistas quienes además, son personas como González Hevia, que saben lo es bajar a la mina, personas que dieron mucho de su tiempo y esfuerzo “encontrando” una quimera que sus dirigentes les señalaron. Personas que como tú, espero, hacen lo que consideran mejor por su pueblo. Pero eso no basta, además de voluntad, hay que hacer lo correcto: Un análisis objetivo de la realidad y no confundir este con los deseos.
Esperando que el mundo sea un pañuelo y me regale la satisfacción de conocerte en persona.
¡Salud Compañero!
Joder en Puertollano os ha faltado sacar a hombros y hacerle el paseíllo a los que se han enriquecido y han mal gastado los fondos miner en proyectos inútiles.¿Cuantas mariscadas y comilonas han caído gracias a dichos fondos amigo sindicalista?
plan miner en puertollano: (solo un ejemplo)
– el terry. 6000000de euros y ni un puto puesto de trabajo creado.
en el cártel del terry pone que «con el visto bueno» de los sindicatos.