Puertollano, ciudad desahuciada o una ciudad combativa (III)

Manuel Franco.- Puertollano, España, Europa… En octubre de 1934 el llamamiento a la Huelga General de las organizaciones que componen la Alianza Obrera prende en Asturias. A pesar de la represión posterior la clase obrera asturiana con los mineros a la cabeza ha conseguido frenar el avance del fascismo internacional.

Este no es un ente multiestatal pero sí una entente de caudillos fanáticos de la patria, pro capitalistas aunque dirigen sus iras verbales contra los monopolios y los banqueros, ultranacionalistas, muy anticomunistas, nada demócratas y poseedores de una moral “verdadera”. Su estrecha base social son sectores de la pequeña burguesía desencantada de la derecha y de la izquierda y elementos del lumpemproletariado. Sus financieros la banca y los grades industriales; a pesar de los riesgos de dejar el aparato del estado en manos de trastornados es la única baza que le queda al gran capital, en democracia ganan las izquierdas y son incapaces de controlar los “desmanes huelguísticos” de los obreros y jornaleros del campo, que amenazan la legalidad de la propiedad privada sobre los medios de producción social, los capitalistas optan por aplastar nuestras organizaciones.

Las primeras Alianzas Obreras surgen en Cataluña en 1933 propuestas por el Bloc Obrer y Camperol, organización comunista catalana no dirigida desde Moscú y por la Oposición Comunista surgida de la lucha contra las políticas de la burocracia estalinista, más tarde se unirían formando el POUM, Partido Obrero de Unificación Marxista. A esta AO se suma el PSOE que tiene muy poca base en Cataluña. La experiencia de los decretos del gobierno de derechas y el peligro de llegada del fascismo por la vía parlamentaria provocan la reacción de los trabajadores. Las discusiones internas en el PSOE se saldan con un giro a la izquierda en la dirección de la UGT, el PSOE y las JJSS (más tarde JSU dirigidas por el PCE). ¡Antes Viena que Berlín! era la consigna obrera en Madrid durante las jornadas de octubre tras las experiencias de Alemania y Austria. Los socialistas asumieron la iniciativa de las Alianzas Obreras en el resto del país, el PCE se mantuvo al margen hasta que Stalin viró en su política sectaria sobre la socialdemocracia para aplicar una de alianzas con las “fuerzas democráticas”, la CNT se opone a entrar y hasta llega a considerar “autosuficientes” sus propias fuerzas para rechazar el fascismo, aún fuera de estas están en primera línea de lucha. En Asturias la tradición obrera condiciona la política, tanto de UGT-PSOE a la izquierda, como de CNT sobre el sectarismo de la FAI, a ella se suma el PCE.

Las tradiciones de unidad de acción en las minas, con la incorporación de la CNT en la Alianza Obrera de Asturias fueron el elemento determinante para que las AA.OO. de Asturias se organizaran y eligieran desde abajo en asambleas y se extendieran a otras fábricas y tajos en lugar de nombradas desde arriba en función de la representación atribuida como sugería el PSOE y se hizo en el resto del Estado. Esto favoreció la iniciativa de los trabajadores demostrando que iba más lejos que la de los dirigentes.

Puertollano también fue parte activa de aquellos acontecimientos. “También conviene destacar la huelga general que duró todo el mes de septiembre de 1933, aunque la conflictividad tuvo su punto culminante en 1934 cuando tuvo lugar otra huelga general de un mes por el despido de dos trabajadores y cuya solución requirió la intervención del Director General de Trabajo; y la huelga general revolucionaria de octubre que, aún sin revestir caracteres violentos, provocó una dura respuesta de la Autoridad Gubernativa que clausuró los locales de las organizaciones obreras y ordenó la detención de destacados miembros del Partido Socialista y la CNT” (Historia Social de Puertollano. Luis F. Ramírez. 2001)

Previamente a estos hechos, en 1931, los capitalistas se deshacen de una monarquía acosada por el empuje de las masas obreras, jornaleras y elementos de la pequeña burguesía urbana. La forma de dominar ahora solo puede ser la democrática-republicana a la espera del momento oportuno para hacer que se estabilice la situación o vuelva el miedo. El desengaño y la represión no tardaron tanto, lo que favoreció el triunfo de la derecha en 1933. La política de entendimiento con la burguesía “democrática-republicana” del PSOE en el primer gobierno no sirvió ni para la reforma agraria, ni para evitar la represión de los jornaleros y trabajadores que luchan por mejorar sus condiciones de vida.

Tras la represión a los obreros y dirigentes de la huelga general del 34, gana las elecciones el Frente Popular con un programa que incluye la libertad de todos los presos. La burguesía ya no puede ejercer su dominio entre la oleada de entusiasmo por el cambio y contra la explotación que ha provocado la victoria electoral del Frente Popular. Los capitalistas a nivel nacional e internacional se echan en manos de los golpistas. La reacción de los trabajadores al golpe es tan combativa que no solo derrotan a los militares fascistas, prácticamente tienen el poder en las principales ciudades; Barcelona, Málaga, Madrid. Por su política estalinista el PCE se somete a la burguesía nacional y llama al orden republicano, la CNT tiene el poder en las calles de Barcelona, lo entrega al gobierno de Companys, eso sí, La Generalitat se ve obligada a aceptar las colectivizaciones. La burguesía de La Ciudad Condal ha huido casi completamente, solo algunos propietarios se quedan a las órdenes de los comités obreros que controlan los transportes, energía, comunicaciones, los hornos de pan, fábricas e industrias medianas, la seguridad, la distribución, explotaciones agrícolas y tierras cultivables. Para los burgueses es un caos además de una expropiación ilegal; para los obreros el trabajo es una fuente de alegría, aumenta la productividad y eficacia; para los estalinistas una aberración teórica, se han adscrito a la vieja teoría socialdemócrata de las dos etapas: 1ª La revolución democrático-burguesa, aunque sin guillotina. 2ª Después la revolución socialista. La consigna ahora es: Primero ganar la guerra, después la revolución. Los obstáculos comerciales y financieros impuestos a las colectivizaciones en el mercado nacional y exterior junto a las necesidades del frente, permiten al estalinismo y la Esquerra recomponer el orden republicano, dan garantías a los propietarios para su vuelta. El ala derecha del PSOE vuelve a abrazar su vieja consigna y derrota a Largo Caballero. Dirigentes de la CNT, que huyó del poder obrero en julio del 36, meses después, entran en el gobierno. El POUM es perseguido. En la URSS, los viejos cuadros del comité central bolchevique sobre los que descansó la Revolución Rusa han sido ejecutados por la burocracia estalinista o han muerto en extrañas circunstancias, quedan Stalin, Krúpskaya…

La represión se extiende desde el primer momento a la Internacional Comunista. La persecución por Stalin de los internacionalistas revolucionarios es igual en Alemania con una política sectaria (1928-1933) que en España con una de colaboración de clases (1936-1939)
El bloqueo internacional a La República solo roto por la URSS favorece el triunfo de Franco, pero el factor determinante fue la política de las direcciones obreras. La CNT, que sí tenía dirigentes, llego más lejos en la defensa de los intereses materiales de los trabajadores y jornaleros, fue la organización en la que se encuadraban los obreros más combativos, sin embargo, los prejuicios anarquistas en su dirección facilitaron la vuelta del poder burgués en Catalunya durante julio de 1936. La UGT como la organización más numerosa nunca estuvo a la altura de la situación revolucionaria abierta en el 31, entre zig-zas, a derecha e izquierda en función de la situación, tuvo el momento de mayor independencia de clase en el 34, pero lo dilapidó en los sucesivos gobiernos que prácticamente solo alumbraron la libertad de los presos políticos. El PCE, que hasta el año 32 es apenas un pequeño grupo, da un salto en el 34 ganando influencia en el movimiento socialista, se fusionan las JJSS y con la guerra gana influencia por la ayuda técnica y militar de la URRS al Gobierno del Frente Popular es el más firme valedor de una burguesía “progresista” que realmente se agazapa tras el sable del general fascista Franco. Los errores teóricos y programáticos de los dirigentes contribuyeron decisivamente en la llegada de la noche oscura. El miedo se instala en lo más profundo, la represión es brutal… empieza la contienda en Europa.

En periodos de enfrentamiento agudo entre las clases solo suelen suceder dos cosas, o el triunfo del programa de la clase obrera o el aplastamiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población.

Pero acabada la guerra en Europa se inicia un periodo de prosperidad por la combinación de varios factores; mercados a reconstruir, políticas keynesianas, nuevas ramas de la industria a desarrollar, miedo a la clase obrera y un serio competidor en el desarrollo de la sociedad humana, un sistema económico alternativo que estaba demostrando como se deja la Edad Media y se entra en un mundo, culto, científico, con alto desarrollo industrial y tecnológico en menos de treinta años a pesar de los zig-zas estalinistas y las vidas que costaron.

En el Estado Español no suena la misma música. La autarquía demostró su agotamiento a pesar del INI, la economía no podía desarrollarse más. No será hasta la entrada de inversores americanos, que además de exigir la consabida garantía jurídica reclaman mejoras en la preparación y condiciones de la “mano de obra”, que empieza a mejorar la situación de los trabajadores y pequeños propietarios, se cuenta para ello con la ayuda “amiga” de la administración USA. El desarrollo, aún general, favoreció más a los núcleos industriales en detrimento de los rurales alterando la composición de clase y fortaleciendo a la clase trabajadora en detrimento del campesinado. La autarquía sirvió para beneficio de los de siempre y los nuevos ricos falangistas, la apertura para los negocios fáciles de los de siempre, los pelotazos urbanísticos de los de siempre y para nutrir de mano de obra barata y muy rentable a los capitalistas americanos y otros inversores.

Paralelo al desarrollo industrial empiezan a surgir los primeros núcleos de obreros organizados en la clandestinidad, están formados por trabajadores de familias simpatizantes ugetistas sin dirección y obreros católicos de base avanzados, el miedo los mantiene aislados del resto de trabajadores. La intervención del PCE fue determinante para superar ese aislamiento adaptándose a la estructura jurídica del franquismo y a sus sindicatos. La huelga de 1962, cuyos ecos sonaron rotundo en Puertollano, no solo supone un duro golpe para el régimen franquista, inicia también el despegue del movimiento obrero organizado en condiciones de clandestinidad y con una nueva capa de dirigentes. A pesar del riesgo, muchos militantes del PCE sacrificaron el estar de sus familias por la militancia clandestina, comprometían su patrimonio, si perdían el empleo tenían que emigrar a otra ciudad, algunos acaban en la cárcel y en manos de los torturadores de “El Régimen”. Las Comisiones Obreras nacen en aquellos años y se convierten en la peor pesadilla de la dictadura y la patronal que la sustenta, y en una herramienta de los trabajadores totalmente desprotegidos ante la arbitrariedad patronal.

De aquellas CCOO a las de hoy media un acontecimiento vital para entender el presente, la ciada de la dictadura que veremos en el próximo articulo.

En el periodo que acabamos de resumir los trabajadores de Puertollano fueron tan protagonistas como los de Barcelona, París o San Francisco… otra ocasión en que la clase obrera pudo marcar el orden del día del devenir de la sociedad.