La Sexta y Puertollano: Ciudad desahuciada o una ciudad combativa

Manuel Franco. Afiliado a CCOO.- Pronto se extinguirá el fuego cruzado de acusaciones entre los políticos locales y se apagará el calentón en las llamadas redes sociales provocado por el reportaje de La Sexta y reflejado en la prensa local. No tardando mucho aparecerán nuevos “escándalos” que provocaran el mismo sonido repetitivo de caja de música rota.

Parece pues buen momento para adentrarse en el meollo de la cuestión más allá de la responsabilidad actual de quienes en nombre de toda la ciudad, tan indignadamente, con patético griterío, se lanzan reproches y acusaciones mutuas, PSOE, CCOO, PP, olvidados en el reportaje y solo señalados por Santos G. Monroy en este medio; “más de dos décadas de clientelismo institucional”. Al menos un medio se precia de contarnos lo que cada día saben más trabajadores de Puertollano, y de todo el Estado español: Que los representantes públicos y/o electos ponen más empeño en encubrir delincuentes que roban las arcas públicas que en señalarlos.

Puertollano y su comarca se desintegran como otras comarcas industriales o donde se montaron burbujas inmobiliarias. Solo es un caso especial de los efectos de la crisis capitalista en cuanto a la apuesta por la energía solar. Otras comarcas también sufren el desempleo en toda su crudeza (familias sin ningún empleo) y cuentan con los mismos agentes actuales de Puertollano PP, PSOE… salvo en las nacionalidades históricas donde cambian las siglas pero no la política.

Buscar las claves del deterioro de Puertollano dentro de la propia localidad es un error. Esto no quita la responsabilidad de los ejecutores locales, autonómicos y estatales durante los últimos 25 años y de quienes dictaban sus políticas; Banca, IBEX35 y CEOE. Eso sí, siempre de común acuerdo a la legalidad internacional aunque nadie les haya elegido.

Este artículo pretende ser la presentación de una serie de ellos abordando las causas socio-económicas, políticas e ideológicas de la crisis que tanto está afectando a Puertollano, al Estado español, a la CE y a todo el sistema de “libre mercado”.

La justificación; los actores indignados. Detrás de esta indignación PSOE-PP-Grupo municipal IU huele muy mal y nadie aporta explicación. Otros “agentes” que podrían arrojar luz se sitúan detrás de la pestilente bulla. Es el caso de un veterano sindicalista; aunque nunca tengo en cuenta, por el respeto que como lectores me merecen, los comentarios en la web, esta vez merece la pena una excepción con el compañero Jesús Camacho con quién, si no recuerdo mal, compartí una reunión preparatoria con criterios muy enfrentados sobre las acciones a tomar frente a la reconversión del acero común (Aristrain-Villaverde, principios de los 90) o más recientemente (2003) en el conflicto de contratas de REPSOL y del Complejo cuando, junto con el resto de dirigentes regionales y de federación, tuvieron que llamar al Secretario General de CCOO-CLM para convencer a los trabajadores de que aceptaran el acuerdo de plus parada y dieran por finalizada la huelga que ellos mismos (COOO-UGT) promovieron con acertado ímpetu y decisión.

Pero no son las viejas batallitas por las que hago esta deferencia con el responsable provincial de CCOO, sino por el contenido de las irracionales críticas a Santos G. Monroy, solo explicables en marco de una relación personal que no tiene ningún sentido difundir en un medio de comunicación. ¿Cómo es posible si no algún reproche, cuando las declaraciones de Monroy en La Sexta podrían apuntalar la política sindical desastrosa de la negociación y el acuerdo como mejor herramienta posible?

Santos afirma en el reportaje: “Para que vuelva la industria tenemos que aceptar que haya subvenciones”; y continua refiriéndose al despilfarro de dinero: “tendremos que aprender de los errores”. Básicamente a esto se reduce la política sindical de los últimos 25 años; cuando no queda más solución: subvención; cuando algo sale mal: buscamos o tapamos, según sea el caso, el error sin plantearnos ni los nuevos escenarios ni los caminos que históricamente han dado resultado.

Por supuesto hay más de una diferencia fundamental entre el agente social y el profesional periodista. El primero tiene responsabilidad, complicidad al menos, con el destino de las ayudas y Fondos MINER y la escamotea. El segundo no tiene ninguna responsabilidad pero no escamotea la información que como periodista puede dar. El primero mira el recorrido andado y lógica y humanamente trata de salvar su prestigio personal. El segundo mira el negro futuro y trata de empujar junto con la mayoría de conciudadanos para recuperar la actividad industrial y un futuro de estabilidad. Nos ponemos de este lado y abordaremos de forma constructiva las diferencias, que adelanto no serán las del experto de El País que responde a Santos en los ocho minutos que Puertollano se asomó al resto del Estado desde una cadena televisiva.

No vamos a arrojar más luz sobre los responsables de que a La Sexta, Puertollano le parezca una ciudad desahuciada. Tampoco es el objeto de estos artículos aunque algún actor salga “bien maquillado”. La intención es señalar el camino recorrido rascando un poco más no solo para ver los pequeños errores en los detalles, que no cambian lo sustancial, sino los errores de bulto y como estos errores de concepción se incrementaban a la par que se liberaban las direcciones de los sindicatos de clase del control de sus afiliados y los trabajadores con elevada conciencia política abandonaban sus organizaciones; PSOE, PCE…

Mirando al futuro como Santos y miles de vecinos más, dejaremos a quienes a veces tienen pesadillas por su total incapacidad y se sienten desbordados cada vez que trabajadores y vecinos nos movilizamos sin su total “aprobación”.

Y no, no va a ser una mirada neutral, será la mirada de quiénes generamos riqueza: El trabajo. Y una mirada posicionada en las ideas del socialismo revolucionario, hoy más vigentes que cuando dieron origen a la formación de los partidos socialistas 1870, y comunistas después 1920, por todos los rincones del Planeta.

En periodos de estabilidad Puertollano no existe para el resto del Estado. Pero por su particularidad industrial y moderna, en periodos de crisis profunda, o es una ciudad desahuciada o es una ciudad combativa. En cualquiera de ambos casos no son solo las causas locales las que determinan las crisis de nuestra ciudad. Como ciudad industrial, es su ínfima participación en el mercado mundial, la respuesta del movimiento obrero organizado por un lado, de la patronal y la administración por otro, los elementos que determinan los efectos de la crisis capitalista.

El PSOE y las cúpulas de los sindicatos de clase han ocultado el sencillo mecanismo por el que la riqueza generada por la clase obrera acaba en manos de unos pocos en lugar de reinvertirse en la sociedad. Han claudicado y por el camino algunos se ha entretenido quedándose un pellizquito de tal riqueza como es costumbre entre el PP o cualquier otro partido burgués. La burguesía española no vivió su periodo revolucionario (1789-1848) la tradición rentista colonial la convirtió en una de las burguesías más parasitas. Los partidos que ha construido son máquinas para transvasar los ingresos del estado a sus negocios particulares. Ayer, hoy, y, mañana si la clase trabajadora les dejamos.

No nos iremos tan lejos en la historia, nos bastara, por ahora, partir desde el llamado estado de bienestar en los países capitalistas desarrollados y las peculiaridades (40 años de dictadura y opresión franquista) del Estado español donde nos detendremos de manera particular en la llamada Transición.

Para acabar, por mi parte al menos, con el rifi-rafe provocado por La Sexta y meternos en el próximo artículo hasta llegar al origen y destino de los Fondos Miner, sin premuras condicionales ni referencias personales de inmediatez; diremos algo sobre la cadena televisiva, aún a riesgo de adentrarme en un terreno que no domino.

Un mass-media es una poderosísima herramienta de comunicación. Su uso democrático es incompatible con la obtención de beneficios. Como gran industria de la comunicación: ¿Por qué no compartió La Sexta su equipo, experiencia y objetivos con los medios y trabajadores del sector en la comarca? Lo más probable es que no fuera un equipo como tal; un jefe, encargado o responsable que cobra el doble que el resto de sus compañeros a los que se les paga un salario muy inferior a su disponibilidad (entre 1000 y 1500 € si no menos), que destruye toda motivación. Claro, tampoco les pagan para ello, las decisiones han sido tomadas en un despacho a puerta cerrada por unos profesionales muy creativos, pero pensando mas en los niveles de audiencia que en el periodismo. Algo positivo: Hicieron que los cómplices locales se señalaran solos.