Marchas de la Dignidad Ciudad Real.- Este 14 de abril conmemoramos el 83º aniversario de la proclamación de la II República española; una proclamación pacífica que tuvo lugar en medio de una gran «efervescencia» social y política.
Este año, más que nunca, se hace necesario reivindicar la importancia de este día, en medio de una caótica situación social provocada por una élite política corrupta representada en el bipartidismo, una Banca cuyas leyes se hacen a su medida, y un Gran Capital abocado a una carrera sin fin donde las opciones que parecen contemplarse son seguir arrasando el planeta y sometiendo a las poblaciones hasta extremos nunca vistos, o su autodestrucción.
Estamos «avanzando» a pasos agigantados hacia una situación generalizada de miseria, vista la cual la Monarquía se posiciona, como siempre ha hecho, del lado de los que nos han conducido a dicha situación, y negando los aspectos dramáticos que esta crisis-estafa reviste; usando en cambio el mismo discurso de la élite política corrupta y neoliberal, y de la clase empresarial dominante. Todo esto hace que el descrédito entre amplias capas de la población hacia la institución monárquica y hacia la figura del rey sea cada vez más creciente, y a ello se une el hecho de los casos de corrupción que salpican constatemente a la propia familia real.
Se elige la fecha del 14 de abril porque en ella se puso la primera piedra de un sistema donde los pueblos de España eligieron democráticamente por última vez a su Jefe de Estado, y porque entendemos la II República como una experiencia de desarrollo progresivo de empoderamiento popular, donde se pusieron en práctica las medidas más avanzadas socialmente que se han visto en este país hasta la fecha, interrumpida bruscamente por el golpe militar de Franco con el apoyo de la Alemania Nazi y la Italia Fascista de Mussolini, cercenando para décadas los sueños y aspiraciones de varias generaciones de españoles.
Fue un referente cuyo recuerdo se hace imprecindible, más aún cuando hemos heredado de la tramposa transición un régimen y un Jefe de Estado elegidos por el dictador Franco, y metidos ambos en un paquete indivisible con la constitución del 78, en un vergonzoso chantaje impuesto al pueblo para la «elección» en referendum, dándole un aura democrática a la monarquía completamente falsa. También es un referente porque su recuerdo hace que se impulse la labor de las asociaciones de víctimas del franquismo, en un país cuyas cunetas siguen llenas de muertos sin identificar, y donde los tribunales y la administración abandonan las responsabilidad de iniciar la búsqueda de «verdad, justicia y reparación» que correspondería a cualquier sistema que se quiera llamar democrático. La propia Justicia Internacional y las Naciones Unidas han llegado a describir el caso de España como único entre los paises occidentales y/o industrializados, por ese manto con el que se pretenden tapar décadas de opresión, tortura y asesinato de Estado.
Pero no sólo entendemos la celebración del día de la República como un recordatorio emocionado de lo que fue y pudo ser una etapa de la Historia de España, sino como la puesta en marcha de un proceso compartido por la mayoría hacia la consecución de la III República. No es la instauración de la República el mero hecho de acabar con la monarquía hereditaria, sino un proyecto de democratización radical de todas las estructuras políticas y sociales, con una serie de valores, principios y fines, como el avance hacia una democracia participativa donde cada ciudadano/a sea el/la responsable de las decisiones, el control democrático y público de la economía, el respeto a los Derechos y Libertades Fundamentales de cada persona., un nuevo modelo productivo, una banca pública, el rechazo de la guerra como paradigma para la resolución de conflictos entre las naciones y los pueblos, la laicidad absoluta del Estado, etc….…Un objetivo inmediato es el de la plasmación de un proceso constituyente que venga de la mano de la mayor participación social posible, para que elijamos entre todos en qué clase de país queremos vivir, respetando también las opciones de aquellos grupos y personas que busquen una alternativa de vida social al margen de la decisión mayoritaria, siempre que al mismo tiempo sean respetuosos con esta mayoría.
Celebramos pues, desde las «Marchas de la Diginidad» de Ciudad Real, el día de la República en ese doble sentido, de homenaje a la Segunda República y de anhelo por la Tercera, para que ella nos ayude a hacer realidad esos lemas compartidos por una mayoría de españoles en la jornada histórica del pasado 22 de marzo: «Trabajo, Techo, Pan, y No al Pago de la Deuda»
¡VIVAN LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD!
¡VIVA LA REPÚBLICA!