Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Ofrecer un punto de vista intermedio sobre los transgénicos, sin considerarlos extremadamente peligrosos, como hacen las organizaciones ecologistas, ni la panacea, como ven desde las empresas tecnológicas, para que cada cual forje su propia opinión. Éste era el objetivo de la charla organizada por Ecolugar que impartían esta tarde la bióloga Lourdes Mateos y la ingeniera técnica agrícola Sara Rodrigo en la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real.
Lourdes Mateos explicaba que los transgénicos son seres vivos a los que se les introduce ADN externo para aportarles propiedades nuevas. «Lo que se pretende hacer con esto, al conseguir nuevas características, es obtener nuevos tipos de cultivos y nuevos animales que nos permitan estudiar enfermedades. Las repercusiones que pueden tener son bastante controvertidas, por eso, a través de esta charla, vamos a tratar el tema desde un punto de vista objetivo».
Durante la disertación se abordaron asuntos relacionados con la legislación europea a este respecto. Una legislación bastante «restrictiva», a juicio de Sara Rodrigo, «en cuanto a los análisis que las empresas se tienen que realizar antes de realizar un transgénico a calle, que se basan en criterios medioambientales y de salud humana, pero que no tienen en cuenta los aspectos sociales ni cómo pueden influir en el medio en que se liberan».
«En la UE tenemos admitidos para el consumo humano: soja, maíz, algodón en forma de aditivos, remolacha y colza», enumeraba esta ingeniera técnica agrícola. «Éstos son los alimentos que podemos encontrar en los mercados, tanto para consumo humano, especialmente en forma de aditivos, como para consumo animal». Añadía que, principalmente, se utilizan para consumo animal y que, en cualquier caso, debe informarse de su presencia en el etiquetado, siempre y cuando superen el 0,9% dentro de la composición de dicho alimento.
«Vamos a abordar una serie de aspectos que la sociedad, en general, no conoce; porque escuchan la palabra transgénicos y, o bien se van a la opinión proveniente de las organizaciones ecologistas, que los consideran extremadamente peligrosos, o bien las que proceden de las empresas biotecnológicas que aseguran que son la panacea y la solución a muchos problemas sociales. Queremos dar un punto de vista intermedio de la situación actual y que cada persona tenga su propia opinión sobre este tema», comentaba Rodrigo.
Por último, comentaba que el maíz es el cultivo transgénico más extendido y que desde hace más tiempo lleva implantado en España. «La soja también porque muchos ingredientes de las conservas de alimentos llevan, por ejemplo, lecitina de soja, que puede ser transgénica. El algodón se utiliza como espesante», decía. Finalmente, recordaba que todos los alimentos elaborados con transgénicos deben llevar en el etiquetado la indicación OGM (organismo genéticamente manipulado), OMG o, directamente, transgénico.
