La editorial Cuarto Centenario presentó ayer en el Convento de Santa Fe de Toledo el libro El fuego griego. Memorias de El Greco en Castilla-La Mancha. El acto contó con la participación del consejero de Educación, Cultura y Deporte, Marcial Marín, el director de la Fundación El Greco 2014, Jesús Carrobles, el periodista y escritor, Baltasar Magro, que actuó de moderador, y los autores de la obra: el catedrático, Miguel Cortés, y el fotógrafo, David Blázquez.
Con esta cuidada edición, la editorial Cuarto Centenario se suma a la conmemoración del IV Centenario de la muerte del Greco. El libro presenta un recorrido apasionante y único por las tierras de Castilla-La Mancha con la guía de las obras de El Greco que se pueden contemplar en los pueblos y ciudades de la región.
El editor, Paco del Valle, destacó que “el Greco es universal. Su obra se encuentra diseminada por los museos del mundo y también puede apreciarse en la tierra en la que dejó su huella imperecedera. Y esta obra, que asombró a los románticos, despertó señas de identidad española en el alma de los escritores de la Generación del 98 y fascinó a las vanguardias, está, en buena parte, en estas páginas”.
El fuego griego. Memoria de El Greco en Castilla-La Mancha, que cuenta con un documentado y sugerente texto de Miguel Cortés Arrese y un trabajo fotográfico extraordinario de David Blázquez, ofrece “un acercamiento singular a la pintura de uno de los más grandes artistas de la historia, a la vez que promociona y difunde la cultura, favorece el conocimiento de los tesoros patrimoniales y difunde unos valores creativos y humanos que trascienden horizontes y fronteras”.
En la presentación del libro se puso de manifiesto que, desde la rehabilitación del pintor en los primeros años del siglo XX, su obra se ha convertido en una imagen de marca de la ciudad de Toledo y de Castilla-La Mancha entera. La aparición de nuevas obras del Greco en aquellas primeras décadas del siglo X en Almadrones, Cuerva, Daimiel, Huete, Las Pedroñeras, Malagón o Sigüenza, que se unieron a las ya conocidas de Illescas y Orgaz, reveló que la procedencia geográfica de los clientes del pintor cretense era más amplia de lo que se pensaba tradicionalmente, alcanzaba a todas las provincias que hoy forman Castilla-La Mancha; cuadros de devoción en su mayoría, de expresión apasionada y tratamiento plástico libre, que demuestran que el fuego griego se extendió por los campos de greda y almagra, poblaciones de romántica silueta y llanuras esmeraldas, mesetas y serranías, las tierras de Castilla-La Mancha a las que también alcanzó su memoria.
En la presentación, Baltasar Magro, Marcial Marín y Jesús Carrobles, coincidieron en destacar el cuidado diseño del libro, el valor extraordinario de la mirada que nos traslada Miguel Cortés con su texto y el magnífico trabado fotográfico de David Blázquez.