UPyD Manzanares.- A partir del 9 de marzo el movimiento social publicitario y parafernálico apoyado por casi todas las instancias en la órbita de la política, fundamentalmente, se empieza a desvanecer hasta dentro de un año. Nos estamos refiriendo, como cualquier lector avispado podrá comprender, al movimiento reivindicativo por la igualdad de géneros, que mejor sería afinar un poco y decir o hablar de la igualdad entre las personas por encima de la diferenciación por géneros.
Porque los géneros no son iguales. E incluso con un poco de atrevimiento diría que ni las personas son iguales, cada quien es cada quien. A donde sí nos hemos de dirigir es a la igualdad en los derechos de las personas, y por cierto en las obligaciones también.
Sin embargo, esta reflexión no debiera ahogar una realidad global en la que si tiene más sentido poner de manifiesto la lucha por la igualdad y el desarrollo de las mujeres. Es la lucha concreta para erradicar y abolir esa especie de esclavismo que se produce en algunos lugares de nuestro mundo, aunque sea en latitudes distintas, por el simple hecho de ser mujer.
En Manzanares desde Unión, Progreso y Democracia también hemos contribuido a ello. Y nos hemos esforzado en hacer públicos nuestros postulados al respecto. Bien es verdad que compaginándolos con algunas críticas cuando hemos observado que desde la corporación municipal se han promovido algunos actos que no hemos acabado, o empezado, a entender.
Celebrar, para revindicar la igualdad, una cata de vinos solo para mujeres impartida por un hombre cuando menos es llamativa. No le daremos más vueltas. Además, pretender que por el hecho de freír un huevo los hombres dejamos de ser machistas es pensar que lo somos aunque no sepamos freír ese huevo.
Asimismo, lo que sí es serio es sostener unos servicios sociales exclusivos para mujeres en el marco de un espacio físico denominado igualmente exclusivo: centro de la mujer. Cuando nos excedemos desordenadamente en buscar la igualdad resaltando la diferencia llegamos al gueto. Cuando en un centro municipal donde las prestaciones sociales tratan de ayudar a los ciudadanos, pero solo en su condición de mujer sobre todo estamos sectorizando dichas prestaciones e infrautilizando su rentabilidad. En UPyD en Manzanares disponemos de información directa y concreta de cómo a un hombre que acudió a pedir soporte al centro de la mujer tras una denuncia (contra él por parte de una mujer que primero le anduvo acosando y después le denunció falsamente) no fue atendido como ciudadano y si rechazado como hombre.
Estas cosas no pasan solo aquí. En otros lugares de nuestra amada geografía española suceden todavía cosas peores. En el parlamentario vasco Gorka Maneiro (UPyD) ha puesto en evidencia la hipocresía y el sectarismo de PNV, EH Bildu, y PSE a la hora de trabajar por la igualdad cuando tienen el atrevimiento de convocar una rueda de prensa para criticar la reforma del aborto y una concentración, en la que sólo han participado parlamentarias, a las que se le impedido participar por el hecho de ser hombre.
A partir del 9 de marzo, y para siempre ha de empezar la callada tarea de la rutina y de la cotidianidad en pro del respeto hacia todas las personas en el ejercicio de los derechos que nos son comunes. Mantener este esfuerzo y denunciar las desigualdades, todos los días del año, también con hechos y no sólo con palabras. Tan sencillo.