Fermín Gassol Peco.- Si tuviéramos que elaborar una lista con los temas más universalmente tratados, temas manidos en conversaciones a los que se recurren todos los días o son estudiados en la profundidad de los ámbitos filosóficos y científicos más avanzados, el concepto o la idea de “tiempo” figuraría en primer lugar, creo que sin ninguna duda.
Un experimento llevado a cabo hace algunos meses por un grupo de físicos descubrió que la luz no es el elemento que viaja a mayor velocidad. Estos científicos han demostrado según parece que ciertas partículas subatómicas sin apenas masa llamados neutrinos han sido capaces de desplazarse más rápido que la luz en un trayecto de unos setecientos kilómetros. Este sorprendente hallazgo parece ser que deja en evidencia la teoría de Einstein quien consideraba y así se creía, que la luz era el elemento que se desplazaba a mayor velocidad en el universo. Una consecuencia derivada de esta revelación, dicen, es la posibilidad de viajar hacia el pasado. ¿Viajar hacia algo que ya sucedió? ¿Una “utopía” que puede convertirse en realidad dentro de…miles de años?
Para el hombre la posibilidad de dirigirse hacia el pasado es un concepto aberrante. La estructura mental del ser humano y su experiencia permanente nos dice que estamos configurados para caminar hacia el mañana más próximo y no hacia el ayer más o menos lejano; que la vida nos lleva hacia lo que ha de venir y no hacia lo que ya ha sucedido.
Sin embargo podríamos estar ante un descubrimiento que demostraría lo que de manera vulgar nos sucede cuando nos encontramos parados dentro de un tren, situados junto a otro que también se encuentra detenido en la vía de al lado. En el momento en que uno de los dos convoyes comienza a andar, la sensación total es la de que ambos se mueven cuando en realidad lo hace solamente uno de ellos. Lo que estos científicos estarían descubriendo ¿sería el mismo fenómeno que produciría el movimiento extremadamente rápido de un hipotético tren con millones de vagones que se moviera en sentido circular alrededor de otro tren que permanece parado?
Porque la pregunta se podría plantear de otra manera: ¿Se mueve el tiempo o nos desplazamos nosotros? ¿Es la vida del hombre algo estático sobre la que pasa el tiempo a una velocidad uniforme y que puede alterar acelerándola de tal manera que podamos ver, podamos situarnos en un pasado cada vez más remoto? Puede ser ésta otra posibilidad sobre la que debieran investigar estos físicos; cuanto más rápido pasara el tren más posibilidades tendríamos de poder “ver” lo que ya pasó hace más o menos tiempo, sin movernos del sitio.
Los descubrimientos científicos sobre el tiempo y todos aquellos que sin duda vendrán más adelante lo que están demostrando es que el tiempo es un concepto que los hombres utilizamos para manejarnos y orientarnos, pero nada más. ¿Alguien “ha visto” alguna vez el tiempo? ¿Alguno sabe decirnos “cómo es, qué forma tiene”? ¿Sabemos de su inicio y su final? Porque a fin de cuentas ser y tiempo son realidades finitas.
Einstein, quien podría ser el gran perjudicado de esta historia, como genio que fue ya la atisbó; para él su “imposible posibilidad” se convirtió en condicionante cuando dijo que: “Si pudiéramos enviar un mensaje más rápido que la luz sería como mandar un telegrama al pasado”. Qué pena que Einstein no esté aquí ahora para poder enviarlo porque parece ser que con este experimento ya se puede enviar alguno aunque sea muy breve y muy pequeño. Pero todo se andará;…cuestión de tiempo…o de nosotros mismos.
Cuidado Fermín, que te cuelas en el mundo cuántico, y tiene mucho peligro!!!
Recuerdo cuando hace años tuve la inmensa suerte de conocer a Ignacio Cirac, a quien vamos a ver muy pronto con el Nobel de física en la mano (Cirac es uno de los investigadores en óptica cuántica más importantes de mundo). Pues a lo que iba, en una conversación en la que estábamos cuatro personas, comenzó a divagar sobre este tema en el que te has metido y, los que le estábamos escuchando, nos estuvimos comiendo la cabeza durante mucho tiempo. Es jodido cuando la ciencia se mete dentro del ser-existir tal y como lo hemos entendido siempre y se abre la puerta a que no sea así…con todo lo que conlleva saber que puedes volver en el tiempo hacia atrás, matar a tu padre y no nacer….uyuyuyyyy.
En fin, me he quedado con el dato que das sobre si es «la vida del hombre algo estático sobre la que pasa el tiempo» y la sensación es la de que eso es lo que le ocurre a la inmensa mayoría. Imagina el número de suicidios que se produciría si la gente, cuando llega a los cincuenta, pudiera y tuviera capacidad para evaluar su vida teniendo en cuenta todas las opciones y oportunidades a las que no ha podido acceder.
No sé si me explico. Desde mi punto de vista no religioso, soy un bicho que voy a vivir una media de 80 años y luego me apago y punto ¿No es una pena saber que no voy a disfrutar de la inmensa mayoría de las maravillas que existen en el mundo? ¿Y si eres alguien que no ha acertado con trabajo, familia, amigos etc etc ? La verdad es que tiene que ser muy duro hacer esta evaluación y que te salga de cero patatero ¿No?
Quizá, como comentábamos el otro día, vamos a quedarnos en el Carpe Diem y no urgar en el más allá cuántico. O si, porque lo mismo en la vida paralela nos va mejor. Uffff, me voy a la piltra que mañana hay que currar…
Poder regresar al pasado tendría como todo en la vida sus pros y sus contras. La positiva, poder «ver» aquello que sucedió, desvelando incógnitas y la negativa la imposibilidad de poder cambiarlo. Bueno a fin de cuentas y como titulo a mis artículos se trata de un Entretenimiento. Un saludo.