Grupo Municipal Socialista de Alcázar de San Juan.- En Alcázar no va a quedar nada, incluso peligra la democracia. ¡¡¡Queremos votar¡¡¡ gritaban miles de alcazareños durante estos días. Lo hacían incluso después de que 10 concejales les hubieran negado ese derecho impidiendo la consulta popular sobre la venta de Aguas.
Mal ejemplo y daño irreparable a la política democrática por que, cómo van a creer los ciudadanos en los políticos, sus representantes, si cuando piden la palabra y alzan la voz les tapamos la boca y decidimos por ellos.
Yo no sabría explicarlo, pero sinceramente creo que un político demócrata está inhabilitado para pedirle el voto a sus vecinos después de negárselo cuando se lo pedían.
Cómo no van a pensar esos miles de ciudadanos que pedían votar que los políticos sólo les pedimos el voto para lo que nos interesa a nosotros, si cuando ellos quieren decidir sobre lo que les preocupa, les afecta y les interesa les negamos la oportunidad.
Tiene la democracia tantos detractores que estos comportamientos la hacen más vulnerable, débil. Por ello vienen de quien vienen, que no son otros que los que no creen en ella.
En unos tiempos donde cualquier demócrata estaría preocupado en cómo extender y ampliar los mecanismos de participación, de transparencia, de compromiso ciudadano con la gestión de los asuntos públicos, el gobierno de coalición de Alcázar, desde el primer día ha cerrando todas las vías que se abrieron con los ayuntamientos democráticos, despreciando cuanto le proponen los ciudadanos y a los mismos ciudadanos.
Parece broma, pero el gobierno de PP y CxA reiteradamente ha insultado y despreciado a los vecinos: Podedumbre, palmeros, “lo peor de la sociedad”, etarras, terroristas, manipuladores o títeres, según conviniera, son algunas de las perlas que han proferido contra los vecinos de nuestro pueblo.
Este gobierno ha engañado, “chuleado”, insultado, desprestigiado en lo personal y lo profesional a los dirigentes de los movimientos ciudadanos. En su delirio autoritario ha llegado a criminalizar a alguno de ellos o ellas por una supuesta militancia política.
Por suerte la ciudad y los ciudadanos han vuelto a estar por encima de sus gobernantes. “Alcázar no se merece este gobierno”, rezaban algunos carteles y, en efecto, el comportamiento de los vecinos ha vuelto a situar a este pueblo en la vanguardia de las ciudades que luchan por la libertad y la democracia de los ciudadanos. Alcázar es mucho Alcázar y ha despertado su vena progresista, abierta, cosmopolita. Y lo ha hecho frente a un gobierno que puesto a destrozar, estaba incluso acabando con los valores que nos han caracterizado va ya para doscientos años.
Lo hemos dicho algunos en voz alta, otros lo han pensado, pero ahora lo han sentido directamente miles de vecinos y vecinas: tenemos un gobierno alérgico a la democracia. Un gobierno autoritario.
Cuando un gobierno insulta a sus vecinos, no contesta a sus preguntas y el alcalde permite que los concejales del gobierno abandonen con desprecio el Pleno mientras los ciudadanos preguntan o se quejan, se está atacando a la democracia. Cuando un gobierno elimina todos los órganos de participación ciudadana (Cultura, Deportes, Empleo, Festejos, Desarrollo Económico, Gobierno participativo,…) y el alcalde no deja votar a la oposición (llegando a votar por ellos), no permite que le hagan preguntas en los Plenos, creerán que están acabando con la opinión discrepante, pero lo que están acabando es con la que enriquece y suma.
Por fortuna, es imposible ahogar las ansias de libertad de un pueblo. Por fortuna nuestro pueblo quiere ser libre y sabe defender ese derecho. Y se lo ha demostrado al Gobierno municipal. El primer gobierno municipal que a fuerza de no ser demócrata ha tenido que llamar a los Cuerpos de Seguridad del Estado para protegerse, de sus vecinos. Un equipo de gobierno que ha confundido la reivindicación pacífica de sus ciudadanos con un acto de delincuentes a los que había que agotar hasta la extenuación: Ciudadanos protestando tratados como secuestradores, ladrones o terroristas.
PP y CxA están acabando con muchas cosas en nuestro pueblo, pero los vecinos ya les han dicho que la libertad no se toca y que la democracia es sagrada. Antes o después les pasarán factura.
Qué alegría de pueblo, que “orgullo de pueblo” decían cientos de manifestantes. Y es verdad, miles de ciudadanos en la calle sin un mal incidente, pacíficos, contundentes en sus reivindicaciones pero educados, tolerantes, respetuosos con la ciudad y con los adversarios de los que solo han recibido desaires, provocaciones una detrás de otra, insultos, comparaciones delirantes (hasta terroristas se les dijo a los vecinos), mentiras y más mentiras.
Que alegría de pueblo, porque no hay mayor alegría que reconocerse entre los que defienden su libertad y la de todos, defendiendo y reclamando su derecho a hablar, su derecho a decidir, su derecho a votar.
Felicidades Alcázar.
