José Arias Mora. Ingeniero Agrícola y del Medio Rural.- Los lugares y caminos que describe Cervantes en la primera parte del Quijote, incluido el Lugar de la Mancha, son ya conocidos, y están publicados. Mis investigaciones se han basado principalmente en datos y elementos geográficos, pero en algunos casos, los lugares geográficos han quedado sobre marcados por su asociación a sucesos que ocurrieron en ese lugar.
Como resultado he podido construir unos trayectos continuos y concretos, en los que he ido localizando arroyos, montañas, caminos, molinos, ventas, pueblos y los lugares de las aventuras que nos describe Cervantes en el Quijote.
Las longitudes que facilita Cervantes son ciertas y de gran exactitud. Como consecuencia, en el itinerario estudiado, se pueden verificar en todos los casos. Así se cumple que desde el sitio de la aventura de los Yangüeses, a una “pequeña legua” (cap. XV, I) existiera un camino, donde descubrió una venta, o los “cien pasos” (cap. XX, I) que existen desde el camino por donde iban hasta el molino batanero, las ocho leguas a Almodóvar desde la sierra por donde andaba el loco, las dos leguas desde el encuentro de caminos al camino de Murcia, las más de treinta leguas desde El Toboso al Puerto del Mochuelo (por los alrededores andaban D. quijote y Sancho) y por supuesto, como ya he afirmado en todas las demás ocasiones.
También se aprecia que Cervantes conocía perfectamente los trazados de los caminos y las cañadas, de las zonas donde sitúa a sus personajes, y sus solapamientos, por lo que podía localizar a D. quijote y a Sancho en un camino Real como cuando salen de la venta y enseguida en una vía pecuaria, pues por el mismo camino le venían ovejas, ya que en este tramo coinciden camino y cañada y con estos conocimientos va situando a sus personajes según le conviene, pareciendo que cambian de escenario, sin faltar a la realidad geográfica.
Las descripciones que facilita de los sitios son totalmente realistas, así en la Batalla de las Ovejas, cuando detalla “retirémonos a aquel altillo que allí se hace” (cap. XVIII, I), refiriéndose al accesible Puerto de Veredas, donde se unen las Cañadas Soriana y Segoviana, continuando ambas en la Cañada Mayor de Alcudia, que también describe, “que por aquel mesmo camino de dos diferentes partes venían” (cap. XVIII, I), o en “la gente de una aldea que allí junto estaba venia en procesión a una devota ermita que en un recuesto de aquel valle había” (cap.LII, I), refiriéndose al pueblo de Villamayor de Calatrava y a la ermita de Tirteafuera, que está situada en un alto, y el lugar de penitencia en Sierra Morena “al pie de una alta montaña, que casi como peñón tajado estaba sola…” (cap.XXV, I), del que yo anuncio, que debe de existir ese paisaje, confiando como siempre en Cervantes, pero que no he podido comprobarlo y que posteriormente en el blog, http://juanboscocastilla.blogspot.com.es/2013/06/los-pedroches-cervantinos.html , lo describe de la siguiente manera: “en tanto que para Arias Mora dicho lugar es el tajo por el que el arroyo de San Juan cruza de Norte a Sur la sierra de la Umbría de Alcudia, lugar al que en Torrecampo he oído llamar como el Charco del Mar Infierno, que conozco personalmente y recuerdo impresionado, y que es fácil localizar desde casi cualquier punto de Los Pedroches porque supone, en efecto, un tajo rocoso en mitad de la cuerda de las montañas”.
También se han dado algunas “casualidades”, así cuando di por seguro, el lugar del encuentro con los Yangüeses después de tener en cuenta que debería estar a menos de una legua de la Venta, en un punto de la Cañada Real Soriana Oriental y tener agua y pastos, vi que el topónimo del lugar eran Prados del Retamar y Yenguas.
Pero lo más gratificante y significativo en la localización de los lugares es cuando Cervantes nos cuenta algo muy especifico, que solo puede estar referido a esos lugares.
Así, en la Batalla de las Ovejas, relata el encuentro de dos formaciones militares dirigidas por un rey y un emperador, los cuales van acompañadas cada uno por tres caballeros poderosos, aquí, utiliza sus conocimientos sobre Cañadas. Sabe que en ese punto entroncan dos de las principales Cañadas de la época, la Soriana y la Segoviana y que a cada una de ellas se le unen tres Cañadas muy importantes.
En el regreso de D. Quijote a su Aldea una vez localizado en las cercanías de Villamayor de Calatrava, el descansadero, donde el boyero soltó a sus bueyes, por las distancias y por los paisajes, descubrí que desde allí se veía la actual carretera por donde camina la romería de la Virgen del Rosario a Tirteafuera, y de la que habla la leyenda que ya se celebraba en el siglo XVI, por lo que fue fácil relacionar lo que narra Cervantes con la tradicional y actual romería.
“la gente de una aldea que allí junto estaba venía en procesión a una devota ermita que en un recuesto de aquel valle había…” (cap. LII, I).
Pero la relación que advertí entre el cruce de caminos que narra Cervantes y la Virgen de Palomares, que tiene en el referido cruce una ermita, fue la clave para encontrar El Lugar dela Mancha.
“En esto llegó a un camino que en cuatro se dividía, y luego se le vino a la imaginación las encrucijadas donde los caballeros andantes se ponían a pensar cuál camino de aquéllos tomarían; y, por imitarlos, estuvo un rato quedo, y al cabo de haberlo muy bien pensado, soltó la rienda a Rocinante, dejando a la voluntad del rocín la suya, el cual siguió su primer intento, que fue irse camino de su caballeriza”. (cap. IV, I).
“Cuentan los más ancianos que en el paraje de Palomares, araban la tierra varios gañanes de distintas localidades, cuando uno de ellos, al echar el surco, encontró una imagen de una Virgen. Sorprendido, llamó al resto de los labriegos disputándose de inmediato la adquisición del hallazgo. Entonces decidieron subir a la Virgen a un carro y dejar que los bueyes decidiesen el camino el camino que tenía que seguir la tan venerada imagen”. (Panel informativo situado en la Ermita. Junta de Castilla-La Mancha).
Como insinuaba al principio en este escrito, trato de reivindicar que Cervantes tenía un plan geográfico perfectamente definido y sumamente conocido por él, cuando escribió la primera parte del Quijote y que su recorrido, ya es conocido.
Supongo que habrá que cambiar mentalidades y sobre todo los planos de las rutas del primer y segundo viaje de D. Quijote, empezando por los de Tomás López.
Mis trabajos sobre los viajes de la primera parte del Quijote están publicados en el libro: LA RUTA DEL SEGUNDO VIAJE DE DON QUIJOTE DESDE TIERRAS MANCHEGAS HASTA ANDALUCÍA y en el blog: http://losviajesdelquijote.wordpress.com/
[…] [3] Arias Mora, J. 2014. El viaje de don Quijote por tierras Manchegas. Micr.es diario digital ciudadano. [en línea] El viaje de Don Quijote por tierras manchegas […]