Eusebio Gª del Castillo Jerez.– El arquitecto y escritor José Rivero presentaba anoche, junto al catedrático de Derecho Penal Luis Arroyo y un nutrido grupo de amigos y seguidores, su novela «Primavera y niebla» en la Librería Birdy de Ciudad Real. Una obra que, como el propio Rivero desgranaba, está dedicada la guerra moderna.
«El salto de la Primera Guerra Mundial a la Segunda es el movimiento y la técnica», explicaba el autor durante la presentación. Citaba a Juan Benet y sus textos sobre la Guerra Civil para poner de manifiesto que los españoles no se enteraban la utilidad de la aviación y los movimientos estratégicos. «Franco buscaba la guerra sentada, la sitkrieg, frente a la blitzkrieg«, señalaba Rivero quien, recordando a Paul Preston, apuntaba que «Franco buscaba una guerra morosa y lenta; quería victorias políticas aunque fueran derrotas militares».
El autor insistía en que, más allá de los personajes que transitan por la novela, el verdadero protagonista es el concepto de guerra moderna. «Ése es el salto de la guerra del XIX a la Segunda Guerra Mundial donde, aparece la máquina y la técnica; y en paralelo, la propaganda, el cine, radio…»
Defendía, frente a la opinión de su editor, plasmada en la contraportada del libro, y del propio Luis Arroyo, el carácter novelesco de su obra. «No es un ensayo, ni una novela ensayo, sino una novela donde se hilvanan elementos reales con elementos ficticios», subrayaba. Rivero alegaba que este ejercicio forma parte del «derecho que tiene todo narrador de inventarse los tiempos, los espacios y los personajes, y tirar de la ficción o la realidad en determinados momentos».
«Primavera y niebla» es la tercera novela de este escritor y colaborador de miciudadreal.es, dentro una cosecha literaria que supera la docena de obras. Por último, José Rivero adelantaba que, para principios del mes de abril, publicará, en colaboración con Diego Peris y en la Biblioteca de Autores Manchegos, un trabajo sobre la colonización de Ciudad Real.
Felicito la publicación del libro, en tanto que acontecimiento con dejes culturales, pero no puedo decir que me fascine el modo de escribir de este autor. Cuantas veces he reatado de leer un artículo suyo, me ha costado siempre pasar del primer párrafo. Le intuyo un estilo farragoso, carente de agilidad, buscando el falso efecto de erudicción, queriendo situar el ego por encima de la belleza de las palabras; oraciones subordinadas a ultranza, árida adjetivación, puntos y coma que no tienen razón de presencia. En definitiva, unos textos de regusto mediocre. Se puede tener impronta de escritura, pero lo que da validez literaria no está al alcance de vanos ejercicios de egolatría.
Pese a mi opinión, le deseo muchos éxitos. Creo que me pasaré sin conocer las evoluciones bélicas.
No tengo el gusto de conocerte también como tu a mi, según pretendes. Lo que no entiendo es como sí no has pasado del primer párrafo de un leve articulillo, pretendes explayarte tanto en inconvenientes que requieren una lectura sosegada. Por ello, tus felicitaciones me parecen envenenadas y falsas. Más allá de ello, sólo puedo decirte que sobre criterios y escrituras hay mucho que discutir.
Deberías leer con el sosiego que recomiendas. He escrito que me ha costado pasar del primer párrafo, no que no lo haya hecho, con el solo fin de formarme una opinión… Ahora caes en el veneno y en la neurosis del ataque personal, sólo porque no te gustan la opinión que me merecen tus escritos y tus ínfulas pseudoliterarias. Aunque sobre criterios y formas de escrituras haya mucho que discutir, no por ello me va a gustar como escribes. A estos efectos, no me es necesario conocerte como persona. Y en cuanto a la opinión que yo te pueda merecer, me es indiferente. En mi modesta opinión, ni por asomo tu escritura se aproxima a la elegancia y el valor literario. Tu vertiente personal, como te he encarecido, no despierta mi interés. Así que no te veas ultrajado.
¡Qué pagaditos de sí mismos están algunos! ¿Qué engolamiento escribiendo!
Vamos a hablar de cosas un poco más terrenales sobre las que sí se puede discutir:
1.- «a mi», le falta la tilde.
2.- «como sí», falta en la primera y sobra en la segunda.
3.- «sólo» no lleva tilde desde la última edición de nuestra fastidiosa y puñetera gramática.
Tienes al menos dos errores en el uso de las comas para hacer aclaraciones.
Pero es mejor ponerse campanudo para replicar con soberbia a otro tío -José Rivero- que… ¡sabe menos que tú!
Tú no sabes lo que yo sé, ni Rivero tampoco. Solamente puedo decir que tal vez en arquitectura no le haga sombra, pero en literatura le doy mil vueltas… Y a ti, por supuesto.
«No tengo el gusto de conocerte también como tu a mi».
¿Será «No tengo el gusto de conocerte TAN BIEN como tu a MÍ»?
Pues Juan, adelante, a ver si nos sorprendes tan gratamente como Rivero con sus excelentes artículos y sus libros.
Yo no tengo problema en leerte. Adelante! Como cualquiera, estoy deseando leer cosas de calidad.
Es que a mi, Rivero hace tiempo que me tiene en el bolsillo. Pienso como Arroyo, para mi ahora mismo es lo mejorcito que hay en muchos kilómetros a la redonda. Y en su caso, el movimiento lo demuestra andando cada semana en MCR y presentando el novelazo objeto de esta noticia.
Ánimo, porque si eres mejor que Rivero, como comentas, no deberíamos perdérnoslo.
MCR está consiguiendo una colección de articulistas y escritores con una calidad digna de mención, una calidad que para sí quisieran algunos medios nacionales.
Pongamos por caso, en contra de lo que sugiere Rivero, que yo ya hace lustros que conozco su forma de escribir y que es cierto el aserto que hago acerca de que es insufrible leerle desde los primeros párrafos.
A modo de ejemplo, remito a un trabajo suyo intitulado ‘Arquitectura moderna y contemporánea’, que forma parte de un libro cuyo título reza ‘La provincia de Ciudad Real (III): Arte y Cultura’ (ISBN:84-7789-032-3). Aquí van dos botones de muestra:
En el primer párrafo (pág 177), más en concreto la primera frase, da una patada al diccionario inventándose dos términos que no existen: edificatorio y propalación. Como puede observarse, la cosa promete para el lector entendido y exigente de cara a un medio escrito y publicado por una institución a la que se presupone cierto prestigio.
La colocación de comas, una cuestión aparentemente sencilla, es otro caballo de batalla para Rivero, como es bien sabido. Debe tenerlas contenidas en una especie de salero y ‘propalarlas’ al azar cada vez que se pone a escribir. En el párrafo 2 de la página 187 nos ofrece otra perlita que atenta contra la sensibilidad literaria:’Su padre Manuel Sánchez Massía, ingeniero del distrito minero había levantado en 1878 la fundición de Nuestra Señora de Gracia en Puertollano’… Adivinen dónde falta una comita.
Etc, etc, etc.
En definitiva, me sobran razones para afirmar que los textos del señor Rivero demuestran la misma destreza y sensibilidad literaria que un lagarto ocelado. No niego su sapiencia y su prestigio en tanto que arquitecto, pero como escritor cero patatero. Leer un texto suyo se asemeja a estar hablando cuatro horas con un charlatán de feria y preguntarse al final: ‘En todo este tiempo que he estado aguantando toda esta andanada de palabras, ¿qué he sacado en claro?’. Y no se trata de una cuestión de dislexia.
Por supuesto, todo esto es una opinión personal y fundamentada, amigo Blisster. Tu amistad o admiración hacia el autor no me va a hacer comulgar con ruedas de molino. Respeto demasiado el arte literario como para asistir impasible a tales disminuciones en sus apreciaciones.
Que pasen un buen día.
Ahora el problema, querido J.V. es la ortodoxia léxica y gramatical de un texto de ¡1986! Por esa razones habría tumbado a Juan Ramón, a Sánchez Ferlosio, a Benet y a García Calvo . El problema, celoso vigilante de la regla, es otro. Es tener ideas o algo que comunicar. Si no, hará buena la creencia del crítico como escritor frustrado. Hay tales ortodoxos que no mueven el pelo de una idea. Y hay, por contra autores que sin producir el brillo pulido y bruñido de la Academia, vuelan alto. ¿Usted dirá de que color son los lagartos ocelados?
Admiración.
Bueno, amigo Rivero, vamos haciendo progresos. Al menos ya no me dices que soy un perfecto desconocedor de tus textos. Has sido sorprendido con el carrito de los helados y recurres a los tópicos: crítico, escritor frustrado, carente de ideas… Un texto escrito en ¡1986! y publicado en ¡1992! Se ve que en seis años poco evolucionó tu estro literario para pulir mínimamente un texto de tanta enjundia. Entonces también invalidamos el tópico de que cuanto más viejo más sabio ( en todo caso, más pendejo). Ni siquiera tienes la humildad de reconocerlo.
El varapalo que tu ego ha acusado continúa en el afán de parangonarte a unos autores a los que no te puedes equiparar aunque te pongas en puntas de pie en las alturas de la torre Eiffel. Consuélate, publicas libros que son lamentados por ti mismo al cabo de los lustros. Eso es todo. El cielo literario te queda muy a trasmano.
Y en vista de que te eriges en paladín de la deficiencia estilística, te dejo un texto para que reflexiones,teniendo en cuenta tu vertiente técnica. Por lo demás, que te vaya muy bien. Sírvete una rodaja de tu propia soberbia y que te haga buen provecho.
Te dejo en tu periferia sentimental, hay guisos literarios más suculentos que los que tú ofreces.
«Ahora hay algo que no interesa demasiado y es escribir bien, a casi nadie le preocupa saber usar las palabras, ponerlas en su sitio exacto. En mis tiempos de obrero yo aprendí una lección que nunca he olvidado: el respeto a las herramientas, las herramientas tenían que estar limpias, tenían que estar cuidadas para que pudieran servirme cada vez que las necesitaba. El obrero que no respetaba sus instrumentos de trabajo era mirado con desprecio por los demás. Por eso yo no entiendo por qué las palabras, que son la herramienta fundamental de la literatura, son maltratadas y hasta ignoradas. Nosotros recibimos una herencia que es el idioma, que lo hablan millones y millones de personas, por eso debemos tratarlo como algo vivo, como algo que podemos hacer vivir o morir (sic)».JOSÉ SARAMAGO ( que no Rivero).
Leer con anteojeras, se llama eso. O incluso, enfermedad de estirpe literaria, que hay muchas. Por ejemplo la sostenida por Umbral contra los anglo aburridos. No me comparo, sino que enuncio como ciertos usos verbales y literarios pueden transgredir las normas convencionales. Nada más. Lo otro será Saber leer, o Saber ver. Ni más, ni menos. Quedo a la espera de sus epifanias literarias, que observarán con gusto en Estocolmo.
Para ser transgresor primero hay que conocer el oficio, no mostrar a cada tacada unas deficiencias que remiten a los primeros cursos de la EGB. No intentes disfrazar de transgresión literaria lo que no es más que ignorancia supina.
Tranquilo, te diré fecha y hora de la retransmisión de la ceremonia en Estocolmo.
Me apena muchísimo que alguien en ciudad real escriba una novela (guste más o menos la prosa del escribiente) y únicamente se congreguen en la presentación sus conocidos y familiares. Esta (in) capacidad de convocatoria dice mucho de la ciudad pues, insisto, el solo hecho de que un ciudadrrealeño publique un libro, debería ser de por sí un acontecimiento local.
Suerte con las ventas.
Coño, Juan, si no te gusta el Rivero no lo leas, pero no te metas con él, hostias, que has escrito veinte o treinta líneas nada más que para ponerlo verde, yo personalmente ni simpatizo ni antipatizo con este señor, pero desde luego me parece una pasada que uno dedique minutos a meterse con alguien cuya obra desprecia, no lo lea usted y ya está, me parece fácil
El Juan Vigil este es el diablo, es que hay que ser mala gente para meterse sin piedad con alguien que no te ha hecho mal alguno.
Ya ves, llevo enarbolado el tridente y mi estela es una nube de azufre… Se trata de literatura, no de ataque personal, como dejé bien establecido en los primeros comentarios. Y yo no he insultado a nadie, señor currante. Muestra la debida templanza, que los insultos emitidos a destiempo hacen crecer los cuernos.
Todo esto me parece pura maledicencia: José Rivero escribe no solo correctamente, sino mejor que bien, con aguda inteligencia y abundantemente servido de ideas y lecturas, aunque pueda parecer de lejos algo frío y novecentista; es uno de los pocos en quien se percibe que sabe afilar un matiz. Descuidos, los puede tener cualquiera, incluso yo, que soy profesor de lengua y cometo más que él, porque Rivero es pulcro, exigente y atildado. Se habrá apercibido que con frecuencia me precipito y no releo ni corrijo lo que escribo, por lo cual repito alguna palabra, incurro en el sinónimo, perpetro una rima, no equilibro las frases, prodigo digresiones o me deslizo a la inconsecuencia, defectos que luego procuro retirar de la mayoría de las copias que archivo en mi blog, pero todo eso se debe a la presión de la urgencia, pues soy consciente de esos defectos. En cuanto al uso de neologismos, lo único que demuestra es que Rivero odia el lenguaje y procura renovarlo y adaptarlo, algo que demuestra su condición de artista de la palabra o escritor, y que de hecho es tan sano que yo mismo lo practico dando rienda a los morfemas libres y rehuyendo con saña sufijos y prefijos ya insignicantes a fuerza de reiterados. Hay que modelar el lenguaje y adecuarlo a la intención y no dejarse llevar por él, y en eso Rivero demuestra su buen hacer. Así que podréis acusarlo de cualquier cosa, pero no de no escribir bien. En cuanto a su novela, bienvenida sea; no pude ir a la presentación porque a la misma hora tenía que presentar la conferencia de un compañero mío, Luis Fernando Rodríguez, sobre la necesidad de planes de lectura en los centros educativos.
El oráculo de Delfos se ha pronunciado. Al menos tienes la honradez de expresar acertadamente los motivos por los cuales tus escritos no entran dentro de mis intereses como lector. La amistad en ocasiones nos pone delante de los ojos las anteojeras que Rivero ayer mencionaba, y en tu caso es más que palpable, siempre en mi modesta opinión. Gracias por dejar bien sentado que eres profesor de lengua; eso supone un consuelo de no pocas proporciones, tanto que sería necesario recurrir a una báscula de camiones para mensurarlo.
En fin, el mundo bulle de buenas lecturas. Voy en busca de ellas a otra parte, porque aquí está claro que he topado con el taller de fabricación de ruedas de molino.
De hecho, Rivero es uno de los columnistas manchegos que leo por calidad de página, junto a nuestros Manuel Valero o Aurora Gómez Campos, así como otros que se prodigan menos pero que valen su peso en oro, como Rafael Robles o Macario Polo. Entre los nacionales, ya fallecidos el costumbrista de izquierdas Umbral y el fachorrendoso Capmany, solo destacan con regularidad como estilistas y muy por encima de los demás Juan José Millás y Antonio Gala y, muy por debajo, Javier Marías, Arturo Pérez Reverte y unos pocos ya más irregulares.
Por otra parte, Rivero, no te quejes. Bajo mis auspicios, se te ha hecho mucha publicidad gratuita. Considéralo una ofrenda amistosa…
No me quejo J.V. Lo de publicidad gratuita es un concepto que se aviene mal con tu purismo literario. La publicidad y el mercado son de otro reino, aunque pareces pedir réditos por tu inefable promoción de algo que no piensas leer. Rara posición. Pese a ello a hay amistades tan mortíferas como los lagartos ocelados venenosos.
Te moló lo de los lagartos ocelados, ¿eh, Rivero? Nada, acuérdate de mí cuando veas uno en tus salidas bucólicas y pastoriles.
Al final me vas a agradecer el enjuague que te he dado. Desde ahora, y de forma casi inconsciente, el calado profundo que mis palabras han tenido en ti, te impulsarán a formarte, tomarte en serio este arte y a tratar con más mimo y cuidado tus textos. Todo redundará en tu beneficio ( y en el de tus incondicionales) cuando te emplees en laborar el sagrado cendal de las palabras.
Le dejo, a modo de reflexión, para usted y para todos los que vieren y entendieren, porque todos somos víctimas en mayor o menor medida de una suerte de fanatismo que nos impulsa a defender y a tumbar , según nuestros gustos y caprichos, todo lo que se menea, las sabias palabras de Jules Renard: «El crítico depende de su gusto y de su humor, pero ha de formarse el gusto y vigilar su humor». Si se ancla en sus gustos y en sus prejuicios,Juan, nunca entenderá nada de literatura, teatro, cine… y, todavía peor, nada de la vida.
Sin pretensiones de erudición( no erudicción, Vigil) ni de untar mantequilla, no puedo estar más de acuerdo con la la lista y prelación de nombres que enuncia Romera. Con todo, y aun reconociendo desde siempre la superioridad que atesoran los estilos de Umbral y Juan José MIllás sobre el irregular -mejorado notablemente en los últimos tiempos- de Javier Marías, éste posee , a mi modo de ver, tal capacidad para profundizar en los complejos entresijos del comportamiento humano hasta en sus más mínimos detalles y matices , que aunque sólo sea por esa virtud ya merece un lugar destacadísimo en la lista de mis preferencias.
En fin, sr. Vigil, Dios nos libre de los hombres de un solo libro.
Hombre, mira por dónde aparece mi amigo laocense. Estoy encantado y agradecido de que hayas pasado el escáner a mis palabras. ¡Ya hay que ser burro para que se cuele una c en la palabra erudición! Adivina adivinanza, ¿qué famoso y reputado autor de estos pagos puso ‘aberración’ con v? Es mala cosa esto de tirar piedras no estando libre de pecado.
¿Y cuál es el ‘solo libro’? Por lo menos he leído dos, ¿apostarías por ello?
Ten piedad de un pobre pecador.
IM-PREZIONANTE EL DUELO ¿Literario?
La verdad es que la insignificante posición de uno (digo lo de insignificante, porque esa es la posición del lector anónimo) sigue estando del lado de Rivero.
Es que, Juan, la sensación que dejas es la de una afrenta personal, lejos de la literaria, enmascarada por un Nick que no sé si es real o falso.
Me uno a los que defienden a un Rivero que nos mete algo de sangre hirviente entre tanta horchata que nos corre por las venas de manchegos pusilánimes.
Por supuesto que puedes calificar como bazofia lo que escribe Rivero, faltaría más, pero el ataque ha sido absolutamente personal y, en mi opinión, desproporcionado.
Asumo como propias las palabras de Romera, puesto que no podría mejorarlas y, al igual que te dije más arriba, lo mejor que puedes hacer es usar el don literario del que presumes para hacernos disfrutar como lo hace Rivero. Incluidos esos fallos que delatad en las subordinadas y que, frente a la historia que cuenta, pintan poco, y que me perdonen los filólogos.
Mira, la arquitectura está en las antípodas de mi profesión y mis intereses personales, pero el viaje del Topos al Logos que hace semanalmente Rivero en MCR es un documento impagable que el Ayuntamiento de Ciudad Real o la Diputación provincial deberían tener en cuenta en sus próximas aventuras como editores. Algunos días lo comento, otros le pongo un emoticón y la mayoría no pongo nada, pero lo disfruto muchísimo, porque es la historia de donde vivo.
De la misma forma que tú y yo, creo que no vamos a ser historia de esta ciudad, en mi caso voluntariamente y porque no tengo nada especial; Rivero o Romera, o Navas o Gassol, Robles o Dueñas e incluso Luis Mario, ya forman parte de la colección más interesante de articulistas con los que ha contado esta ciudad y, espero que MCR sepa guardar como «oro en paño» todo este material en el que bucearán cronistas, historiadores y gente con curiosidad en los próximos años.
También me sumo a los que piensan que, aunque no sean equiparables a Borges, nuestros escritores locales se lo están «currando» y solamente eso ya merece un respeto, porque, a diferencia de nuestros infames políticos locales, ellos juegan con su tiempo, su dinero y eso vale mucho en estos momentos donde reina el yo, me, mi, conmigo tan propio de los neocon que manejan «mi barca que a la deriva me lleva».
En cuanto a lo de haberle regalado publicidad a Rivero con este duelo sangriento, joder, me parece un poco exagerado. Si, total, como dicen los detractores de MCR, esto no lo lee nadie….o sí y por eso el ataque…
En fin, anímate y deleitanos con algo que nos remueva por dentro, como hacen los colaboradores de MCR. Más quisiera yo poder hacerlo, pero el devenir no me ha llevado por el camino de la Cultura, y menos de la literatura. Como a la mayoría que disfruta de esta minoría.
Amigo Blisster, volvemos a lo mismo. ¿Dónde ves ataque personal, insultos por mi parte? Según consta, yo sólo me he ceñido, en virtud de mi libertad de opinión, a señalar las mediocridades varias unos textos que se empeñan en poner en los cuernos de la luna. Si me hubiera deshecho en alabanzas, dispensando jabón a diestro y siniestro, aquí no hubiera pasado nada.
El problema radica tal vez en que soy muy exigente en mis gustos y a mí no me venden fácilmente morcillas de Villarcayo en el puesto de lingotes de oro. Mi intención no es ofender a nadie, y si lo hubiera hecho, vayan por delante mis disculpas.
Si alguien somete sus producciones al escrutinio público, debe ser consciente de las ventajas o los riesgos que entraña: alabanzas y zalemas diversas, o críticas aceradas, como es mi caso.
Ni Romera ni Rivero me inspiran el suficiente interés o animosidad como para consagrarles pensamientos de antipatía personal. Si un zapatero me hace mal un encargo, no tengo por que odiarle; simplemente se lo recrimino y me voy con los aires a otra parte.
Nada personal, amigo Blisster. Simplemente amor por las cosas bien hechas.
El nick es real es un hombre gordinflón con cuenta en facebook que ya no lo encuentras por ningun lado porque para meterse con to Dios precisa estar al margen de las redes y entre sus likes se encontraba Radio María y todo lo relacionado con la iglesia.
Me figuro que Dios no necesita representantes como este hombre.
¡Jeróooooooonimo!
¡Kárate a muerte en Torremolinos!
¡Onanistas literarios que sustituyen la pantalla del ordenador por el espejo con el que se afeitan!
¡Maestros Ciruela que sin «apercibirse» (ja, ja…¡ignorante!), montaron escuela!
Bacines residentes que cuando otros dicen mier.. responden con amén.
Autores que desconocen las reglas básicas de ortografía que en la ESO les exigen a sus nietos.
Censores que desconocen el uso de las oraciones coordiinadas copulativas y -por ignorancia supina- las convierten en disyuntivas mientras presumen de «saber más que tú de Literatura».
Y todo con patadas al léxico, la sintaxis y la humildad.
¡Menuda discusión de argentinos! Merece la pena hacer negocios con vosotros: compraros por lo que valéis y venderos por el valor que vosotros os asignáis.
Vaya, faltaba el imbécil de turno y ¡Sopresa! Ya lo tenemos.
¡De ti se dice que eres el bacín oficial de esta web!
¡Has tardao!
Las justas literarias suelen ser injustas.
Lo importante es que hablen de uno,aunque sea bien.
Y en esa estamos…
Tengo las palomitas y el refresco preparados.
Pepe, sentí mucho no poder ir a la presentación de tu libro. Enhorabuena. Sabes que para mí, aunque no te guste oirlo, eres un maestro y un lujo literario. Un fuerte abrazo.
Gracias F.G. Lo mejor es que, con lo que cae, te traigas el paraguas, chubasquero y botas katiuskas.
Ja,ja,ja..Bailando bajo la lluvia…aunque sea de críticas…que a estas alturas de la película…el agua ya nos resbala por dentro.
¡Qué pasa chicos! Se va uno de fin de semana sin enterarse de que la presentación del tratado sobre la guerra moderna era en realidad el pistoletazo de salida para una orgía literaria con la que daba comienzo el reencuentro de dos viejos amigos Rivero y Vigil (¡que alguien me ponga las comas!).
Está claro que los mejores amigos son los que no se conocen. Como entre los duelistas, uno es mejor en el engaño y otro en la fanfarronería. Y el corro de gente en el mercado muriéndose por intervenir. Y digo yo, ¿porqué, no?. Tampoco se pueden tener siempre a mano frases contundentes a La Rochefaucault. Aquí, en esta buena casa de acogida que es micr.es -no me cansaré de decirlo-, podemos encontrarnos con entradillas que dan lugar a pequeños tratados de chorradas inofensivas. Me incluyo y me parece bien. Cuando se trata de políticastros que incumplen su responsabilidad el asunto es otro.
Pero vamos, intuyendo que muchos anónimos somos de la misma generación, <> reconozcamos que pasamos de ser jóvenes promesas a viejas glorias sin haber ostentado nunca la condición de figuras. Da igual: Os quiero a todos. Debéis contemplar campanarios preciosos, porque tenéis ideas y mascotas singulares (Timon lepidus).
Por cierto, sabréis que hay un lugar reservado en el infierno para los que citan tanto en sus artículos, aunque, como suele decirse, allí van todos los malvados que se precien y no será tan aburrido.
Propongo, casi por último, que en esas presentaciones que pueden ir desde sesudos análisis metaloquesea hasta la última obra del último Pepito pulseras, se lean pasajes o capítulos enteros ¡lo aguantaremos! pero después…copas, señores, será menos pseudointelectual pero más pseudodivertido.
Algo serio. No me resisto. De guerras, en el centenario del 14 y para raros de lo bélico «Acantilados de mármol» de Ernst Jünger
Para raros casi normales cualquier traducción de Saúl Below
¡Ay, ese inglés!
Perdón el libro de Jünger es «Tempestades de acero», no «Acantilados de mármol», del mismo autor y distinta temática.
¡Esa memoria!
Pues lejos de todo este rollo, a mí me parece que Rivero debería aceptar con mayor «deportividad» la crítica, porque a él le gusta mucho ejercerla en estos comentarios…o es que ya no es tan divertida cuando el que la sufre es uno mismo???
Es lo que tiene creer que uno ha de estar siempre rodeado de nubes de incienso. Viene alguien que no opina como a ti te gustaría y se arma la de Cristo es rey.
Ha sido un fin de semana monotemático, y qué pasará que cuando ejerzo una crítica se piensan que lo hago por ataques personales.
En fin, arduos son los caminos de la libertad… y mucho más los de la libre expresión.