Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Como si faltaran motivos para estremecerse, la noche descerrajaba sobre Bolaños de Calatrava un aguacero. Frío, lluvia y viento se convidaban al acto en memoria de Pilar de Toro, la joven de Bolaños de Calatrava que murió hace un año en Ciudad Real asesinada por su expareja, el policía local Marcial Vergara, quien posteriormente se suicidó.
Amigos y familiares de Pilar de Toro, visiblemente afectados, compartían con numerosos vecinos de la localidad unos minutos en recuerdo de esta joven bolañega que falleció a la temprana edad de 28 años. «Es como si hubiera ocurrido ayer, como si no hubiera pasado un año», comentaba a este medio una persona próxima a la familia para tratar de explicar el dolor que aún sienten. «Tras una muerte tan cruel, el tiempo no cura las heridas», añadía.
Familiares y vecinos corrían desde la parroquia de San Felipe y Santiago, donde minutos antes se había oficiado una misa, a refugiarse de la lluvia bajo los soportales de la Plaza de España. Allí se daba lectura a un manifiesto en homenaje a Pilar y de condena a la violencia machista, tras lo cual se guardaba un emotivo minuto de silencio.
«Hoy estamos aquí para rendirle homenaje a su memoria y para condenar rotundamente la violencia de género; una violencia que mata, que oprime y arruina familias enteras en cualquier parte del mundo», recogía el manifiesto. «También estamos aquí para exigir a todas las fuerzas políticas que adopten medidas realmente efectivas contra la violencia de género, y voluntad política, ya que las leyes y los discursos son insuficientes para detener este constante derramamiento de sangre. Es necesario imponerse a las injusticias; es necesario que todos y todas estemos convencidos de que no debe haber lugar en nuestra sociedad para aquellos que no respeten la vida ajena».
Hace un año
Pilar de Toro y Marcial Vergara mantuvieron una relación sentimental de cuatro años. Él estaba casado y en trámites de separación, por lo que, durante bastante tiempo, la suya fue una relación extramatrimonial. Según fuentes cercanas a la familia, meses antes del crimen, Pilar denunció a su pareja ante la Guardia Civil de Almagro porque él la estaba «acosando, coaccionando y maltratando». Marcial negó que mantuviera una relación con ella. «Lo hizo porque, como era policía local, si esos hechos se tramitaban como delito y no como falta a él le podría haber supuesto la expulsión del cuerpo». El juzgado tramitó los hechos como falta, pero aun así le impusieron una orden de alejamiento y le retiraron las armas. A favor de Pilar dictó, además, una orden de protección.
La por entonces abogada de Pilar de Toro, Nieves Menchero, recurrió la decisión judicial de tramitar los hechos como falta en lugar de cómo delito, pero Pilar solicitó a su abogada que retirara este recurso porque no quería perjudicar a Marcial. «Ella estaba muy enamorada de él». Pero a lo que no renunció fue a la orden de protección, «porque realmente tenía miedo». El 4 de febrero de 2013 el juzgado decretó el archivo provisional de la causa y entontes levantó todas las medidas que había decretado anteriormente: la orden de alejamiento, la orden de protección y la prohibición de tenencia de armas.
Al día siguiente, Marcial acudía al cuartel de la Guardia Civil para recoger su arma. Dos días más tarde, acababa con la vida de Pilar disparando sobre ella y, poco después, se suicidaba.
Demanda civil
Los padres de Pilar de Toro han presentado una demanda por daños y perjuicios morales causados por la muerte violenta de su hija, ante el Juzgado de Primera Instancia de Almagro, dirigida contra la herencia yacente de Marcial Vergara, representada por sus herederos: su viuda, de la que se encontraba en trámites de separación, e hijos.
«Aunque nada puede compensar tan irreparable e injustificada pérdida, ni mitigar el insufrible dolor que padecemos», según expresan los padres de Pilar, han decidido acudir al amparo judicial para que «sea un juez quien determine, en una sentencia, la responsabilidad por tan execrable actuación».