Agustín Suárez-Bárcena González
Soy un joven vecino de Ciudad Real de los que leen los periódicos y, un verano más, presencio con asombro un nuevo “culebrón del Consejo Local de la Juventud”. Lo que pasa es que, cada día, creo (y hablo también por amigos) que este Consejo le ha cogido el “gusto a las cámaras”.
Hace tiempo que no vemos ninguna actividad, hace ya demasiado que las asociaciones (disculpen si no digo a la que pertenezco por no querer hablar por quienes no he consultado antes de enviar esta carta) no reciben apoyo del consejo, ni formación… Sólo hay un Consejoven político, unipersonal en los medios de comunicación, destructivo… Como joven que vive la noche de Ciudad Real, reconozco que el botellón es un tema que afecta a la juventud; pero también somos muchos los que, a parte de disfrutar de manera cívica en la calle, somos voluntarios en asociaciones, somos gente que participa y colabora con la sociedad. Sin embargo; parece que esto no vende para el órgano que, en teoría, debe defender la imagen de los jóvenes. Por cierto, “agradecer” a todos aquellos que, por no saber comportarse, han conseguido darnos imagen de sucios, borrachos, maleducados, vandálicos… Vosotros y sólo vosotros vais a conseguir que nos prohíban hacer de todo y que nuestros vecinos nos huyan.
No sé qué aspiraciones políticas tiene o tienen algunos de los miembros de la permanente del Consejoven (ni me importa), no sé cómo ni cuándo acabará el nuevo “culebrón del verano”; pero sólo sé que antes, el Consejo Local, funcionaba y tenía buena relación con todas y cada una de las administraciones y que hoy no tenemos ni lo uno ni lo otro. También sé que la imagen que los “jóvenes Ciudadrealeños” dejamos es mala (y se empeora con algunas apariciones en prensa). Y, por último, sé que la gente que sale en las fotos haciendo declaraciones superan (algunos ya en mucho) los treinta años de edad y no me siento, como joven, identificado con ellos.
El motivo de esta carta pública es un ruego: Limpiemos la imagen de los jóvenes. Por favor, trabajemos todos juntos por regenerar el movimiento asociativo, demos alternativas coherentes a los jóvenes y dejemos las apariciones en prensa y “asentadas” para los políticos y sindicatos (que curiosamente son las organizaciones que apoyan esas medidas). Hagamos actividades y que el Consejo, cumpliendo con su obligación, apoye, dé cobertura y haga de enlace con administraciones para que podamos realizarlas. Lo demás, politiqueos.