La pobreza, cuanto más cotidiana, más invisible parece volverse a los ojos de la sociedad. Hay quien la soslaya evitando mirar a los costados cuando camina por nuestras calles. Este ciudadano en apuros, apostado en la calle General Aguilera de Ciudad Real, no está dispuesto a que engañemos a nuestra conciencia con excusas.
He pasado hace un momento por la calle que empieza a llenarse de gente que mira entre asombrada y apenada la sorprendente imagen, la pobreza absoluta marcada en una sábana; contrasta con la gente entrando y saliendo de las tiendas ( Sfera, Máximo Dutti…) con bolsas para realizar algún regalo o para adquirir alguna prenda con la que engalanarse para despedir el año.
No tengo palabras para definir la manera en que últimamente se convive en el centro de la ciudad : gente pidiendo, durmiendo en los bancos…al otro lado de la calle: caballitos, árbol…
Cuidado con la exhibición de la pobreza. A veces es un camelo. Hay una cosa que se llama dignidad. Yo no me pondría jamás de rodillas ante el mundo para pedir pan, antes haría otras cosas.
Seguro que cuentas con alguna información y puede ser que exista mucho camelo.
Yo tambíen buscaría el pan hasta debajo de las piedras, pero me arrastraría si fuera necesario para alimentar a los míos.
Yo empecé a verlo así cuando hace un par de semanas me bajé a la plaza mayor/pilar y esa zona con mantas, una bici vieja y todo lo que tenia en mi casa para darle a los sin techo que ultimamente hay…me bajé sobre sobre las 3 de la tarde, cuando esa zona está mas tranquila, y magia! No habia nadie pidiendo! Aparecen solo cuando baja la gente de compras. Eso me pareció sospechoso, si de verdad no tienes nada hasta el punto de tener que pedir, no tienes nada, ni a donde ir! Donde se meten entonces? Empecé a fijarme y parece un trabajo de 6-8 horas diarias al dia lo que tienen. No digo tajantemente que sean unos camelos, pero me chirrió mucho.
La otra noche, ví como un coche matriculado en GB recogía a la rumana que pide en Mercadona…Cuidadín con estos..
Estoy con Manuel V., o así he querido interpretarlo leyendo, quizá por error, entre líneas: en caso de extrema necesidad, el pan hay que buscarlo donde lo roban…
Como de costumbre por estas latitudes, sobra cristianismo y falta amor propio, una carencia más extrema que cualquier pobreza material, pues es responsable, entre otros desastres, de haber confundido la dignidad (que es obra propia) con la limosna de lo humano.