El proyecto de ‘Ciudad satélite’, quedaría redactado en 1926 de forma definitiva, reduciendo las viviendas de las 220 iniciales a las 26 que serían las que se ejecutarían. Alternativas al alojamiento popular que plantearon el conflicto entre la racionalidad tipológica y la racionalidad urbana, haciendo bueno el punto de vista debatido en el informe de 1915[1].
“Mientras unos sustentaban la opinión que debía empezarse en la quiñonada del Marqués de Casa Treviño… otros eran de opinión que se gestionara un solar dentro del casco de la población, de los muchos que existen”. La práctica vino a confirmar las enormes dificultades de producir una actuación capaz de erigirse en verdadero ensanche de la ciudad moderna, pese a las presiones que pedían una expansión fuera del recinto semiderruido de las murallas.
La indagación distributiva de la casa colectiva que se produce en estos años, está referida a la casa escalera. Definición tipológica constituida por una o más viviendas por planta, en inmuebles de varias alturas; obtenidas por aplicación de disposiciones estructurales más resistentes. Son los casos, entre otros, de los inmuebles de Calatrava 8, María Cristina 3 o Vía Crucis 2. Resueltos con la combinación del muro resistente de ladrillo y la disposición interior de elementos metálicos, posibilitando una flexibilidad en las particiones que no siempre se lleva a cabo.
El Estatuto Municipal de 1924 contemplaba diferentes medidas de control urbanístico municipal, otorgando protagonismo a los Ayuntamientos en la iniciativa urbanística; desde los Planes de Ensanche a las operaciones de Reforma Interior pasando por el impulso urbanizador. 
Impulso urbanizador que en la Segunda República será visto como la “savia del progreso y la higiene”. Los grandes lemas de la campaña electoral de 1931 están referidos, justamente, a esos grandes temas. Así la conjunción Republicano-Socialista, producía su Manifiesto que era revelador de las carencias urbanas. “Solucionado este asunto vital, -agua y alcantarillado, cuyas obras resolverán además el problema del paro, que con gravísimas proporciones se presenta en la capital, abordaremos de cara y resolveremos con urgencia los de pavimentación, urbanización, lavaderos y baños públicos”…“Estudiaremos, resolveremos después el problema de la enseñanza, no porque ceda de importancia a ningún otro, sino porque la angustiosa urgencia del primero hace pasar – al segundo plano los demás. Una política pedagógica bien orientada dignifica a un Ayuntamiento. Nosotros sabemos toda la seriedad que extraña el pensamiento de que en la Escuela popular se forja el porvenir de la ciudad y de la Nación. Escuela nacional hasta más allá de los límites exigidos por la legislación vigente. Cantina escolar, Ropero, escolar, jardines infantiles y Colonias escolares. El más olímpico desprecio ante los atracos dé toda suerte de escuelas de carácter confesional”…“En materia de Hacienda municipal estableceremos el impuesto sobre el aumento del valor debido a la urbanización…”…“Casa de Socorro, Audiencia, Cárcel, Mercado, nombres viejísimos, siempre nuevos entre los asuntos pendientes de nuestro Ayuntamiento, hemos de ir a su resolución a rajatabla, convirtiendo en hechos los eternos propósitos siempre diferidos”[2].
El clima sostenido, tras la victoria electoral queda reflejado en la prensa del momento; donde tras las primeras actuaciones que abre el impulso nuevo, se produce la conferencia de Emilio Bernabéu, promovida por la FUE en la que se afirma: “En cuanto al presente–dice-ya lo veis vosotros. Sería redundancia por mi parte hablar de ello. En lo que al porvenir se refiere, lo poco que se deja percibir no puede ser más halagüeño. Por estar Ciudad Real en el centro de España, por los proyectos de ferrocarriles, por los adelantos de la ciencia en materia de aviación y por la resolución del problema sanitario del alcantarillado, el porvenir de Ciudad Real no se puede presentar más diáfano, ya que todo esto unido hará de nuestra amada capital un gran de centro de población”[3].
En septiembre de 1932 se aprueban las nuevas Ordenanzas Municipales de Ciudad Real compuestas por 812 artículos y cuyo contenido trata de ser “un código local comprensivo de preceptos de policía y buen gobierno aplicables a la vida de un pueblo dadas las exigencias modernas. En su formación se ha atendido no solamente al elemento material sino también al moral y social de la población, con reglas de urbanización, higiene, seguridad personal y esparcimiento que la vida moderna impone y con otras de educación y cultura que la sociedad reclama, todas ellas encaminadas al progreso de la ciudad y al bienestar de sus habitantes”[4].
La Memoria de ‘20 meses de tarea municipal’ (1933), es un reflejo evidente de los esfuerzos con que el Ayuntamiento Republicano-Socialista acomete las obras precisas para la transformación de la ciudad. A través de la lectura de sus páginas se desprende no solo la voluntad de transformar esa realidad anémica de la ciudad, sino que se detecta un claro sentido de intervención pública. Las mejoras introducidas en la ciudad en unos años así lo demuestran. Se construye la Nueva Casa de Socorro, se inician las obras de la Nueva Cárcel (la anterior databa de 1400) se crea el Grupo Escolar Pablo Iglesias, los Juzgados y la Audiencia se realizan también en estos años. Se podría decir que con la actuación del citado Ayuntamiento se introduce en la ciudad un buen soplo de aire fresco. Valga como ejemplo la eficiencia de la inspección urbanística y el cobro de las sanciones por infracción de ordenanzas. En 1929 se incoan 64 multas, que suponen 225 pesetas de recaudación; frente a las 165 de 1932, con un monto de 1.400 pesetas. El capítulo de Urbanismo de la citada Memoria se abre con las palabras siguientes: “Ciudad Real, fuerza es reconocerlo, venía sufriendo cierta atonía ciudadana, que encuadraba mal con su nombre de ciudad. Cierta apatía, cierto abandono, o un poco de miedo, en acometer sus necesidades, hizo que éstas se apoderaran del ánimo de los gobernantes y se trocaran, de simples necesidades, que sienten todas las modernas ciudades, en problemas de difícil, o casi insoluble solución”.
[1] MUÑOZ DE MORALES, «Memoria a cerca del estado de la Cooperativa de Casas Higiénicas y Baratas de Ciudad Real durante 1914», Ciudad Real 1915, págs. 7 y 8.
[2] ‘El bloque Republicano-Socialista a los electores de Ciudad Real’. Vida Manchega, número 3.323, 26 marzo 1931
[3] ‘Las conferencias de la FUE. Ayer habló don Emilio Bernabeu Novalvos’. Vida Manchega, número 3.529, 28 de noviembre 1931.
[4] «Memoria sobre la gestión municipal desde el 15 de abril de 1931 hasta el 15 de abril de 1932, presentada a la Corporación Municipal por su secretario y letrado asesor». Ciudad Real 1933, pág. 25.
Periferia sentimental
José Rivero
