Los alumnos del CEIP San Isidro de Daimiel han tenido que ser evacuados esta mañana después de que se detectara un fuerte a olor a gas. Aunque las primeras estimaciones apuntaban a una fábrica de aceites cercana, el origen del vertido aún no ha podido ser determinado por los técnicos. Según han relatado fuentes del centro, en todo momento se han seguido los protocolos de seguridad y no se ha producido ningún incidente. Todos los alumnos y el cuerpo de profesores se encuentran en perfectas condiciones, aunque las clases siguen suspendidas.
Al lugar han acudido dotaciones de Emergencia 1006, Sescam y Guardia Civil. También se ha trasladado el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, así como el coordinador de Educación, Miguel Morales. El Colegio San Isidro tiene matricaludos a 185 alumnos.
El Ayuntamiento descarta que haya toxicidad
El suceso está siendo investigado, a petición expresa del alcalde, Leopoldo Sierra, quien aseguró que los niveles de toxicidad eran prácticamente inexistentes. «Queda descartada una fuga de gas natural». El primer edil mandó un mensaje de tranquilidad a los daimieleños ya que los desalojos de empresas y colegio se han desarrollado sin incidentes y ha emplazado a tener más datos para hacer una valoración más exhaustiva. “Llevamos trabajando en ello y queremos saber qué ocurre”, afirmó. En este sentido descartó cualquier problema de gas o de combustión de la caldera del centro educativo.
En principio confirmó que se ha iniciado una investigación a petición expresa municipal. Entre tanto, “parece ser que viene motivado de forma aérea, ya que en la red de saneamiento los indicadores tampoco detectan alarma alguna, al menos, en esta ocasión”. “Las investigaciones están en marcha y a partir de ahora, técnicos y agentes de calidad medioambiental, están recogiendo muestra”, comentó.
Con esa información, decía Sierra, “se nos ha transmitido tranquilidad ya que, argumentaba el alcalde, “según bomberos del 1006 que actuaban de oficio en la zona, los niveles que se detectan ni siquiera alcanzan la alarma de precaución mínima en la atmósfera.
Por lo que, en teoría, “la situación no debe revertir en problemas de salubridad en la población”. A partir de ahí, y teniendo en cuenta ese mensaje tranquilizador, se ha iniciado un proceso de reuniones con técnicos de distintas administraciones y fuerzas y cuerpos de seguridad para iniciar una investigación, al tiempo que se informó a los grupos de la oposición, quienes mostraron su disposición a colaborar en todo momento. Sierra insistía que el objetivo es determinar en qué términos se da esta situación, saber cuál es la causa que la origina y la correspondiente intervención al respecto.
En lo que respecta al colegio, desde el cuerpo de Bomberos se informó que el desalojo ha sido una medida de carácter preventivo, pero que el porcentaje de probabilidad de intoxicación fue en cualquier caso insignificante.
Así las cosas, la actividad lectiva en el colegio San Isidro, el más cercano a la zona industrial, se suspendió el lunes. Los trabajadores de CIDRA y Faiges, donde se detecta mayor concentración de olores, volvieron a reincorporarse a sus puestos a las 13:00 horas, después de que los efectivos de bomberos de 1006 confirmaran que se ha detectado un olor pestilente pero en ningún caso alcanza unos parámetros mínimos de intoxicación.
El alcalde daimieleño agradeció el apoyo sanitario que se ha dispuesto toda la mañana, así como el de Protección Civil, Bomberos, Guardia Civil, SEPRONA y Policía Local y 112.
Qué raro «huele» eso. Tiene pinta de vertido ilegal a la milla, a ver si el Seprona pone todo su celo profesional en controlar el entorno de Las Tablas de Daimiel, no vaya a ser que algún desalmado esté tirando productos químicos por la alcantarilla. No sería la primera vez.