Juan Fernando Ruiz. Concejal del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Ciudad Real.- El Grupo Municipal Socialista ha defendido la Transparencia como el mejor ejercicio de gobierno para transmitir a los ciudadanos confianza, respeto y honradez y garantía de buen trabajo en la gestión municipal. Desde el comienzo de la legislatura hemos denunciado el oscurantismo con el que trabaja el equipo de gobierno liderado por nuestra alcaldesa, Rosa Romero.
Hemos reclamado sin descanso que el Ayuntamiento sea un “edificio de cristal” para que así, todos los ciudadanos sepan qué se hace con su dinero y como se decide la gestión de sus derechos y deberes.,
Pese a nuestro esfuerzo, la realidad es otra:
Rosa Romero insiste en ofrecer una imagen desvirtuada con la que engaña a sus vecinos y vecinas: una doble imagen, de apertura, amabilidad y mano tendida de cara a los resultados que espera alcanzar, otra vez más, en su renovación como candidata a la alcaldía, frente a la intransigencia y la falta de consenso social que aplica en sus actuaciones de gobierno.
El pasado Pleno Municipal, (como tantos otros) fue claro ejemplo de ello:
El concejal responsable de hacienda trataba de enmascarar como una “colaboración público-privada” lo que todos entendemos que es otra privatización en la recaudación tributaria, muy costosa y poco eficaz.
La concejal responsable de Bienestar Social fue incapaz de reconocer que la propuesta de reforma del Estatuto de Personas Discapacitadas que nuestro grupo ha elaborado en consenso con las distintas asociaciones, ha sido el acicate que le ha impulsado a trabajar en el mismo sentido, pero con peores resultados y siempre por detrás.
La concejal responsable de Movilidad, tras obtener nuestro voto favorable a la adhesión al Programa de Ciudades en Bicicleta, (está por la primera vez que ellos votan sí a alguna de nuestras mociones) arremetió contra todos defendiendo lo indefendible: que su gestión no consigue que esta ciudad esté preparada para asumir la bicicleta como un medio de transporte alternativo.
Ella fue también la protagonista de otra mascarada en un tema fundamental: asumir que más de 8.000 vecinos y vecinas de esta ciudad han manifestado su protesta más enérgica a la ampliación de la zona azul, y han registrado en el ayuntamiento sus firmas para ello. Piden, en un acto de democracia participativa, que Rosa Romero realice una consulta popular en la que todos expresen su opinión al respecto. Pero algo tan importante como esto fue desatendido y desvirtuado, convirtiéndolo en un “rifirrafe político” que nada tenía que ver con la realidad.
La Concejal de Educación dormitaba para soñar con un apoyo a la Universidad de Castilla la Mancha por parte de su regidora, Dolores de Cospedal; un onírico apoyo desde el Ayuntamiento que,, al despertar se esfuma dejando tras de sí la triste realidad de una Universidad que se hunde, sin recibir la ayuda necesaria para poder ofrecer la enseñanza de calidad que había consolidado.
La comparecencia de la concejal responsable de Recursos Humanos, solicitada por nuestro grupo para pedir responsabilidades por la grave negligencia cometida en el despido injustificado de 10 trabajadores, que ahora han de ser readmitidos en sus puestos por sentencia judicial favorable, y plantear las consecuencias que este hecho tendrá para el consistorio y los ciudadanos, terminó siendo una “pantomima” dado que la concejal traía su intervención preparada previamente por escrito, sin haber tenido conocimiento de cuales serian las preguntas a las que tendría que responder; se limitó intentar en vano justificar su actuación, evitando así reconocer su responsabilidad y su falta de rigor, que debería terminar con la dimisión de su cargo, tal y como reclamábamos desde nuestro grupo.
Por todo esto, el pasado Pleno fue fiel reflejo de ese “cristal tintado de oscuro” con el que Rosa Romero mantiene parapetado el Ayuntamiento: un cristal oscuro que permite ver de dentro a fuera distorsionando y manipulando la realidad , pero que oculta impunemente la nefasta gestión que realmente realiza el equipo de gobierno; un “cristal blindado” contra las demandas de los vecinos y vecinas de la capital, que se sienten abandonados y no encuentran el modo de ser escuchados por una Alcaldesa despreocupada por su ciudad y por quienes están sufriendo las consecuencias de su mal gobierno.