“Habría que llegar a hacer un pacto por el menor”, ha dicho Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, que ha clausurado esta tarde en el aula magna del edificio de Servicios Generales del campus universitario de Ciudad Real el Foro de Juventud, organizado por la Diputación Provincial.
“Cuando el ordenamiento jurídico habla de persona menor de edad se está refiriendo a 18 años. Sin embargo tenemos edades intermedias que nos están volviendo locos y el legislador está perdiendo el norte y el sentido común”, ha matizado el juez, puntualizando las notorias contradicciones que presenta el sistema jurídico en España en torno a este tema.
Su intervención se ha basado principalmente en la problemática de los menores, “no de los jóvenes”, ha recalcado, y sobre las relaciones entre padres e hijos en el entorno de la escuela y de los problemas sociales.
Con anterioridad, Nemesio de Lara, presidente de la Diputación Provincial, ha hecho de introductor del conferenciante, mostrando su admiración por él y calificándole de juez valiente y sincero, “que dicta y tiene sentencias ejemplares”. Además se ha referido a él como un gran comunicador “porque habla muy clarito, como hay que hablar por otra parte, y sobre todo porque es una persona que cree en el gran poder de la educación y en el gran valor de la educación, haciendo ver las grandes contradicciones en las que andamos inmersos sobre todo aquellos que tienen o tenemos capacidad de decisión política”.
Emilio Calatayud ha defendido la idea de que habría que llegar a un pacto por el menor, porque en ese término o en ese estatus se barajan edades muy contradictorias que están planteando muchos problemas. “Hay que redefinir lo que es un menor y actuar como tal en consecuencia”, ha dicho, profundizando en ese límite de la edad que establece que un menor pasa a ser mayor de edad cuando cumple los 18 años. “Nosotros venimos del Derecho Romano y una manifestación de éste es el principio de seguridad jurídica y una manifestación de la seguridad jurídica es el cómputo del tiempo. Por lo tanto eres menor de edad hasta el minuto antes de cumplir los 18, por principio de seguridad”.
En esas contradicciones ha dirigido su intervención, aclarando que nuestro sistema jurídico se rige en el tiempo, mientras que el anglosajón se basa en la madurez. Ha señalado que no tendría problema en regirse por la madurez, pero para todo. “Madurez para sacarnos el carnet de conducir, ¡pero cuánto inmaduro hay conduciendo! Madurez sería para votar en las elecciones, ¡pero cuánto inmaduro vota! Madurez para ser votado, ¡pero cuánto inmaduro es votado!”.
Calatayud ha puesto ejemplos muy claros: “Una criatura de 12 años puede comprar la pastilla del día después y sin embargo no puede consentir relaciones sexuales. Una chica de trece años y un chico de trece años pueden consentir relaciones sexuales, lo cual me parece una auténtica barbaridad y, sin embargo, no puede ser acusado de un delito porque no tiene 14 años. Una chica o un chico de trece años pueden consentir relaciones sexuales, pero sin embargo no pueden hacer testamento”.
Más adelante ha seguido dando pinceladas de esos contrasentidos. “Una chica de 16 años puede abortar sin conocimiento ni consentimiento de sus padres y sin embargo no puede comprar tabaco, o para ir a prestar declaración delante de un juez necesita ir acompañada de sus padres. Estamos perdiendo el norte”, ha precisado, especificando que son contradicciones en las que prima más el derecho a la intimidad de un chaval de 14 años que el derecho de formación y educación que tienen los padres. Ha sugerido que habría que matizar todas estas cosas, “aunque para eso están los políticos”.
Finalmente ha hecho una llamada de atención a los medios de comunicación y ha apelado a la ética profesional de quienes trabajan en estos medios, “sobre todo a la televisión, que está creando una juventud pero no está reflejando una juventud”.
Sería harto interesante que el señor Calatayud explicara cómo es que en las comparecencias de los juicios de faltas que redactan los funcionarios de Justicia los jueces y secretarios, que no están presentes en la declaración, firman luego como si hubieran estado presentes. Lo digo porque yo he redactado cientos de declaraciones como esa que luego el juez y el secretario han firmado como si hubieran estado allí.
Claro que yo hablo como funcionario de justicia, no manejo datos de comisiones internacionales ni estadísticas ni nada de eso. Puede que yo fuera una excepción. También quiero contar aquí que hace un par de décadas un fiscal nos obligaba a redactarle un resumen de los juicios de falta para poder él dictaminar. O sea, el menda ese, el fiscal, NO SE LEÍA LOS EXPEDIENTES.
Digo yo que el señor Calatayud, que tan escandalizado está por las adolescentes con ganas de folleteo, podría decir algo también de sus compañeros jueces que NO LEEN LAS DECLARACIONES NI ESTÁN PRESENTES EN ELLAS Y LUEGO FIRMAN COMO QUE ESTUVIERON.
Saludos al señor Calatayud de parte de un funcionario de justicia que sabe de algunos jueces cosas que no se cuentan luego en la prensa.
El Pisuerga o la gallina.
Saludos