Cada vez que oigo la palabra ‘think tank’ me echo a temblar, por mucho aire anglosajón que quieran darle al término y por muchos aromas de sabiduría salomónica de ‘Centro de Estudios Neoliberales’ con que quieran perfumar la prosa estúpida y la estrofa abigarrada. Una prosa que quiere aparentar neutralidad científica y asepsia funcional, cuando sabemos todos que soporta sobre sus espaldas toneladas de ideología rampante y grumos secos de una ‘Lucha de clases’ de carácter inverso y de filiación neoconservadora.
El despropósito del marxismo teórico y de la marxiología histórica, ha sido el de dar argumentos de combate a sus oponentes seculares. Es decir enseñar a los antagonistas del combate histórico, formas de resistencia y de conquista. Es decir, aquellos estrategas asalariados que decían sin rubor, que la ‘Lucha de Clases’ era un invento de los filósofos del ‘Proletariado Unido’ y de la Internacional Comunista, utilizan ahora (lo vienen haciendo de manera descarada desde 1989, fecha en que se produjeron hundimientos y desapariciones) la navaja teórica del enfrentamiento social, o la lógica tensa del choque de la ‘Luchas de clases’; aunque desplegada desde las trincheras de la patronal y desde la apariencia de normalidad ideológica. Una patronal que en su Asamblea General de junio pasado, se presento con el lema floreado de “Tiempo de valores, tiempo de personas”. Es decir los ‘valores contables’ que de eso se trata, por delante de las personas, que valen poco y cuentan menos.
Cada vez que oigo la palabra ‘think tank’ y sus predicciones de futuro, me echo a temblar. Y tiemblo más si escucho sus prédicas y vaticinios de armonía económica y de paz social; o de ‘Futuro Sostenible’. Me ocurre algo parecido, aunque diferente, a lo que decía el doctor Joseph Goebbels, Reichsminister für Volksaufklärung und Propaganda-RMVP del Tercer Reich. “Cada vez que oigo la palabra Cultura, saco la pistola”. Pues eso, deberíamos decir: “Cada vez que oigo la palabra ‘think tank’ deberíamos sacar la pistola”.
Viene todo ello a cuento de las celebradas palabras (¿o son otra cosa?) de José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y presidente de la Comisión de Economía de CEOE. El mismo intelectual que en la sesión citada del pasado junio de la patronal, expuso su saber sobre ‘Las claves de la economía española’ y que hoy desvela tontamente. Parece ser que la clave es tanto la piedra maestra que sujeta el arco, como el artificio para poder abrir la caja fuerte y salir corriendo. Y por lo confesado, el pasado día 21, por Feito la clave de la economía española, no es el endeudamiento excesivo de sectores públicos y privados; tampoco el apalancamiento de la economía española en su conjunto; ni los efectos diferidos de la burbuja inmobiliaria; ni siquiera la crisis financiera que ha llevado a la nacionalización de Cajas de Ahorro. La Clave de la economía española son las pensiones, por lo que Feito acaba de pontificar desde ese ‘think tank’ de la patronal española CEOE, sobre nuestro futuro, que quieren suyo y sólo suyo.
Olvidando Feito, que el púlpito utilizado para su declaración es una imponente plataforma ideológica y empresarial, que carga las tintas sobre los asalariados y trabajadores como únicos responsables del caos económico. Olvidando el latrocinio practicado por el anterior Presidente del Organismo tutelar de su ‘think tank’, Díaz Ferrán, hoy en prisión. Y olvidando la catástrofe en la gestión de la CEOE de Ciudad Real, que la ha llevado a su desaparición. Aunque dejando deudas que ya veremos quién paga.
En una demostración todo ello, del juego que obtienen los intelectuales (¿…?) asalariados de la patronal en su fogueo verbal. Aunque Feito, visto desde cerca, asemeje más a un comisario de Orden Público que a un pensador social reaccionario. Sus declaraciones sobre la necesidad de elevar la jubilación a los 70 años, fijar la cotización mínima en otros cuarenta años y reducir la prestación de desempleo, dan para reinventar la ‘Lucha de Clases’ promovida ahora desde las filas patronales y no desde el Movimiento Obrero. Declaraciones que prolongan las palabras de Juan Rosell, presidente de la CEOE, la pasada semana, sobre la necesidad de trabajar sin cobrar, el primer año. Que prolonga la sentencia de Olli Rehn Vicepresidente europeo en ejercicio, quien avalaba para la salida de la crisis en España, la rebaja del sueldo medio un 10% en dos años. Obviando ambos, Roseel y Rehn, el declive de las rentas salariales, que en 2011 solo fueron el 46% del PIB, frente a las rentas empresariales, que por primera vez superaron a las rentas salariales, con el 46,2% del citado PIB. De igual forma que Feito omite que el peso actual de las pensiones en el PIB (en torno al 11%) es inferior a buena parte de la media comunitaria. De tal forma que lo afirmado por Vicenç Navarro, el mismo mes en que Feito indagaba en las claves citadas, dejaba en evidencia a todos ellos. Así, afirmaba Navarro: “España tiene uno de los Estados del Bienestar más pobres de la UE-15, unos de los salarios y de las pensiones más bajos, y todavía quieren recortarlos más y más”. Por eso “Cada vez que oigamos la palabra ‘think tank’, deberíamos sacar la pistola”.
Periferia sentimental José Rivero
Lo has bordado Rivero. Que mediocres y súbditos del pensamiento hejemonico pretendan sentar cátedra y crezcan como setas debe ser denunciado. Hay que destriparlos en el sentido dialectico.
Me imagino que eres el último en aplicar el corrector ortográfico.
En cuanto a decir majaderías, te vas a quedar muy arropado con el profesor catalán Vicente Navarro.
Te prometo que te perdonan por ser una víctima más de la LOGSE.
La Paca, yo también me apunto a ser maJadero con J.
Tanto las majaderías de Rivero como la que ha escrito el último mono son las únicas que nos van a salvar de los heGemónicos Think tank que hay en España a sueldo de PP y PSOE.
Sorteando las maniobras de distracción orquestadas desde los poderes económico y político y sin perder la noción exacta de la realidad, algo demasiado frecuente en estos tiempos convulsos en los que «todo lo que era sólido se desvanece en el aire». Bravo, sr. Rivero.