La granja que crió universitarios

Estanislao Z. Navas.- Hace ya unos artículos nos centrábamos en un edificio de singular historia y diversos usos que varió su uso de Hospicio a institución rectora del mundo universitario en la actualidad, pasando por ser Cuartel de Artillería. Hablamos, en su momento, del antiguo Hospital de la Misericordia, lugar que hoy constituye la sede del Rectorado de la Universidad de Castilla – La Mancha, aquí en Ciudad Real.

Sin embargo, las aulas universitarias tienen un edificio aún más paradigmático que su sede gestora, su centro educativo por excelencia, que ha albergado diversas especialidades en función del desarrollo que se sucedía en nuestra ciudad en tan alta formación. Estamos hablando, por supuesto, del Colegio Universitario.

Han pasado más de dos décadas desde que Ciudad Real se viese impulsada a modo de cohete por sus dos motores conocidos como el AVE y el Campus Universitario. En su entramado urbano, es visible el cambio de fisonomía que se dio en este período a raíz de la influencia manifiesta que tuvieron sobre la ciudad, y, centrándonos en el segundo de ellos, daría lugar a una zona específica cuyo eje central lo constituyen las Avenidas de Camilo José Cela y de los Descubrimientos, además de otros espacios universitarios ubicados a lo largo y ancho de la ciudad.

Remontándonos al que constituiría el germen del actual Campus Universitario –el Colegio Universitario-, cabe señalar que su ubicación estuvo sujeta a distintos avatares burocráticos que hicieron que su construcción se demorase en el tiempo y variase su posible ubicación.

Tal es así cómo nos lo relata don Félix Pillet Capdepón, pues según señala “el Colegio Universitario es el edificio con una historia de mayor transcendencia local, al ser el único centro que no depende directamente de ningún Ministerio.”

Siguiendo a este autor, otrora Decano de la Facultad de Letras ubicada en dicho edificio, su origen es tanto burocrático como económico. El primero de ellos hace referencia a la sesión plenaria del Ayuntamiento capitalino en fecha de 18 de marzo de 1968, a partir de la cual “la Alcaldía propone y es aprobado por unanimidad que, “dependiente de la Universidad de Madrid… solicite del Ministerio de Educación y Ciencia, la creación de una facultad en esta capital de la Mancha… que se ofrezca por acuerdo de este Excmo. Ayuntamiento, el solar que se necesita para la construcción que ha de albergar la pretendida Facultad, donde se ha de asentar la Ciudad Educacional y Deportiva en Ciudad Real, con carácter gratuito y en el denominado Polígono de la Granja”. Y respecto al segundo, en el citado mes “la Caja Rural Provincial propone al Ayuntamiento la creación de una Residencia para Estudiantes o Colegio Mayor en el Polígono de la Granja; ante este hecho, el mismo día 18, en sesión extraordinaria, se acordó ceder con carácter gratuito, a la citada Entidad, una parcela de 7.380 m2”.

Mientras que los trámites que estas propuestas requerían iban avanzando, se gestará la creación del Colegio Universitario celebrándose una sesión plenaria el 20 de octubre de 1969 donde el Concejal Delegado de Enseñanza propondría al Pleno la creación del mismo en Ciudad Real, aprobándose en dicha sesión la propuesta e iniciándose a partir de ese momento las gestiones necesarias que culminarían con su aprobación el 22 de septiembre de 1969. Así se iniciaba el periplo de una futura Facultad o Universidad de la Mancha.

No obstante, desde la puesta de la primera piedra del edificio en fecha de 29 de abril de 1977 hasta el inicio de la construcción del Colegio, para lo cual había sido necesaria una manifestación ciudadana de gran malestar ante la demora del proyecto –unos ocho meses-, habían ocurrido diversos acontecimientos que el Sr. Pillet no señala de la siguiente manera:

“Pero desde aquel septiembre ocurrieron muchis acontecimientos: el 20 de diciembre la Caja Rural Provincial, cuyo Presidente era el mismo Alcalde, D. Luis Martínez, prometía financiar íntegramente el Colegio Universitario. Por esta decisión, la Corporación decidió pedir la Medalla de Oro de la Ciudad para esta entidad, pero de hecho el Colegio entró en una situación de total olvido, al no manifestarse dicha entidad. Hasta que por fin vuelve a solicitar la Caja Rural un solar en el Polígono para construir el Colegio Mayor de residencia de estudiantes, en noviembre de 1972. En enero de 1974 comenzarían las clases en el Colegio Universitario, aprovechando una parte del edificio de la escual de Ingenieros Técnicos Agrícolas; en este mismo mes, la Caja Rural presentaba el anteproyecto del Colegio Mayor, realizado por el arquitecto ciudarrealeño D. José L. Burgos. Este edificio iba a llevar el nombre de “Luis Martínez”, antiguo Alcalde y actual Presidente de la Caja Rural. Pero en abril de 1975, al no haberse construido el edificio para el Colegio Universitario, la Caja Rural decide tranformar el proyecto del Colegio Mayor en Colegio Universitario.

Dicho colegio depende de un Patronato, siendo la Diputación Provincial la entidad titular. La obra de adaptación sobre los planos de Colegio Mayor a Colegio Universitario, fue realizada, en colaboración, entre el arquitecto y los profesores del centro, siendo director D. Manuel Gil Esteve.”

A lo largo de los siguientes once meses, la maquinaria se puso en marcha y el edificio aparecería terminado en septiembre de 1979, ascendiendo su coste final a unos 152 millones de pesetas, inversión que había sido realizada por la Caja Rural Provincial.

Arquitectónicamente el solar ascendía a unos 7.021 m2 y tenía un volumente de 17.854 m3, y sobre él –citando nuevamente al Sr. Pillet- “se alza el edificio con fachadas blancas cerradas con mínimos huecos, zona de porche a lo largo de todo el edificio y cubierto por 150.000 tejas. Su forma semi-octogonal, se presenta un espacio cóncavo orientado hacia el Sur, donde aparece en lo alto de sus tres plantas, una solana corrida; en su planta baja un patio y la cuña saliente del salón de actos que rompe con la continuidad arquitectónica; esta planta ofrece una total transparencia, en un perfecto juego de estructura de hormigón, espacios blancos de la fachada y vidrio, que se conjugan en el interior de la planta con la utilización de ladrillo rojo. Este hermoso edificio viene rodeado de una zona ajardinada y aparcamiento, totalmente inexistente de verjas de protección”, protección que en la actualidad sí existe en el mismo edificio, actual sede de la Escuela Superior de Informática.

La variación del uso del suelo que se cristaliza con la construcción de este edificio supondrá que una zona que iba a ser residencial pasase a tener un uso educacional y deportivo, proceso del que también fue testigo don Cecilio López Pastor y que nos relata de la siguiente manera:

“Así fue, en efecto, aunque el Banco de España, a la petición de licencia formulada por la Caja Rural para construir el Colegio Universitario, opuso obstáculos legales, por considerar que ello significaba una actuación atípica, y denegaba la pertinente licencia, que se consiguió cambiar en intención afirmativa, tras celebrarse una manifestación en nuestra capital, que recuerdo fue de las más numerosas y auténticas de otras celebradas con anterioridad para distintos fines, en la que tuvieron destacada presencia las organizaciones estudiantiles y políticas, que fueron quienes provocaron la manifestación, pero a la que nos sumamos centenares de personas, que el único interés que podíamos llevar era evitar que Ciudad Real perdiera una inmejorable ocasión de contar con un primer centro para estudios universitarios. …

Este retraso en otorgarse la debida licencia para el Colegio Universitario, dilación que para el pueblo en general no tenía justificación alguna, supuso para la Caja Rural Provincial un aumento en el presupuesto para construirlo, de los sesenta millones presupuestados en principio, hubieran de pasar a ciento cincuenta millones, no obstante lo cual, podrían comenzar las obras inmediatamente, gracias a la colaboración, en este caso concreto, del entonces gobernador civil, Eduardo Ameijide y Montenegro, que había sustituido a Andrés Villalobos a partir del 18 de marzo de 1976, y que a su vez sería sustituido por un prestigioso abogado de Albacete, Ramón Bello Bañón, desde el 15 de julio de 1978. Afortunadamente había habido cambio en la dirección del Colegio, pues al primer director, el señor Cid Esteve, que “no era partidario de los Colegios Universitarios”, según propia confesión, le sucedió el doctor Varela Iglesias, que se mostró en todo momento dispuesto a que el Colegio Universitario de Ciudad Real, alcanzase el prestigio a que se había hecho acreedor. Se cumplía de esta manera el deseo demostrado cumplidamente por Luis Martínez Gutiérrez, tanto en el periodo que estuvo al frente de la Corporación Municipal de Ciudad Real, como en su más extensa esencia como presidente de la Caja Rural Provincial, de ofrecer un beneficio, impensable en aquellos tiempos de presupuestos más limitados, para muchas familias de la provincia, aún excediéndose apasionadamente en su órbita competencial. Finalizamos este tema, seguido con tanto interés por quien escribe, en atención obligada con mi profesión periodística, y siempre también deseando lo mejor para nuestro pueblo, diciendo que el proyecto del Colegio Universitario de Ciudad Real, fue construido en el plazo record de once meses, en atención al proyecto del arquitecto ciudadrealeño José Luis Burgos, y por fin el 24 de septiembre de 1979, fue entregado este magnífico Colegio al gobernador civil antes citado, Ramón Bello Bañón, en acto sencillo, y en el despacho del Gobierno Civil, en presencia del alcalde capitalino, Lorenzo Selas, y del representante de la Diputación Provincial, Clemente Cuesta Santandreu, y, claro está, del director del propio Colegio doctor Varela y una amplia representación de los medios de comunicación social, que dimos fe de las firmas de los pertinentes documentos de cesión, por parte del Consejo Rector de la Caja Rural Provincial al Patronato del centro docente. Luis Martínez y sus más íntimos colaboradores, habían cumplido su palabra en beneficio impagable que, sinceramente, en opinión de quién escribe, no ha sido correspondido por quienes mas obligados estaban a hacerlo.”

No obstante, a pesar del gran impulso educativo que constituiría la construcción del Colegio Universitario, esta etapa estaría teñida tanto de luces como de sombras. Así, aunque los centros educativos a finales de la década de los sesenta -1968- que estaban pendientes de construcción suponían unas altas expectativas al unirse al Instituto de Enseñanza Media los edifiocios de la Escuela de Magisterio, Comercio y de Ingenieros Técnicos Agrícolas, el proyecto en marcha del Colegio Menor de la Sección Femenina, “no corrieron la misma suerte la Escuela de Maestría Industrial y la de Ingeniería Técnica Industrial, ya que con fechas de 20 de enero y 22 de junio de 1968, se cedieron al Ministerio dos parcelas, una de 7.000 m2 y otra de 10.000 m2, respectivamente, y al no ser formalizabas en escritura pública, quedaron sin efecto. Estos dos edificios se iban a levantar sobre las dos parcelas existentes al Sur del edificio del Instituto Nacional de Enseñanza Media. El Ministerio de Educación Nacional concedió en el B.O.E. de 20 de septiembre de 1975, un Instituto Politécnico Nacional a Ciudad Real, solicitando al Ayuntamiento un solar de 15.000 m2, sobre una superficie estimada.”

Desde este momento, el germen de la futura –y ya actual- Universidad se había gestado. Ahora quedaba una mayor uniformidad tanto a nivel provincial como autonómico.

Cuando en 1982 se aprueba el Estatuto de Autonomía que da lugar al nacimiento de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, en él se contempla la posible creación de una universidad regional, puesto que –tal como señala doña Mª. Ángeles Rodríguez Domenech- “pese a la novedad de su creación no podemos olvidar que había algunos precedentes históricos de centros universitarios dependientes de otras universidades que sirvieron de estímulo para la creación de la nueva Universidad.” Su creación aparecía regulada por Ley de 30 de junio de 1982, aunque su efectividad no se llevaría a cabo hasta 1985, año en que fue creado el actual Campus Universitario de Ciudad Real.

Además, continuando con la citada autora, “el proyecto de la nueva universidad se va haciendo realidad por fases. Primero se integran los diferentes centros universitarios existentes en la región que, hasta ese momento, habían dependido de distintas universidades, y a ellos se les irían añadiendo, posteriormente, facultades, escuelas y centros de investigación de nueva creación hasta configurar lo que hoy es la Universidad de Castilla-La Mancha.

La UCLM contó, inicialmente, con cuatro campus: Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, incluyendo Almadén dentro del campus de Ciudad Real. En la actualidad extiende sus actividades docentes y de investigación a las localidades de Talavera de la Reina y Puertollano, dependientes, respectivamente, de los campus de Toledo y Ciudad Real.”

Y “la creación del campus universitario de Ciudad Real (1985), como parte de la UCLM (1982), y la instalación de una estación con parada del TAV o AVE en su línea Madrid-Sevilla (1992), han contribuido a intensificar los flujos de conexión con la red de ciudades españolas y a la descentralización de Madrid, como antes lo hicieron Alcalá de Henares y Guadalajara, y en estos momentos lo está haciendo Toledo.”

El Campus y el Rectorado universitario en Ciudad Real han supuesto que la estructura urbana se viese alterada y tal y como señala la citada autora, los cambios se pueden concretar en los siguientes aspectos:

1. La función educativa y cultural se ha consolidado y ampliado, traduciéndose esto en la ampliación de las titulaciones universitarias, la mayor atracción de nueva población estudiantil cuyo flujo incide tanto en los medios de transporte como en la existencia de residencias universitarias o alquileres de pisos, y la reducción del número de estudiantes que, por la carencia de estudios universitarios, se veían obligados a desplazarse a otras ciudades con dicho fin.
2. En el planeamiento los efectos de la existencia del Campus son palpables: su construcción supone un cambio en los usos del suelo en la zona destinada al mismo y al entorno, la morfología de la zona se ha modificado para facilitar el acceso peatonal y rodado desde la ciudad al campus, y se ha incrementado la interconexión con los núcleos próximos a partir del crecimiento de los ejes de comunicación.
3. Junto al planeamiento, la economía de la zona y del resto de la ciudad, también se ha visto afectado, teniendo especial incidencia en el mercado de pisos en alquiler y la renovación de edificios del entorno universitario, y suponiendo un incremento de establecimientos de servicios que atienden a una población terciarizada en lugar de otros usos anteriores como el almacenamiento o el industrial.

Del primer aspecto –el incremento de titulaciones que corre paralelo al de centros de investigación y de formación universitaria-, cabe señalar que el inicio del curso 1985/86 sólo mostraba una oferta de diez titulaciones –sólo diplomaturas e ingenierías técnicas- pasando ya en el curso 2008/09 a alcanzar en Ciudad Real los casi cuarenta títulos universitarios, más la Universidad de Mayores José Saramago. A ello cabe añadir la oferta de más de 40 programas de doctorado, y, de manera sobresaliente, destaca la creación de centros de investigación como son los siguientes: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha; los Institutos de Teatro Clásico (Almagro), de Derecho Penal, Europeo e Internacional, de Investigación en Recursos Cinegéticos, de Matemáticas Aplicadas a la Ciencia y la Ingeniería (IMACI), Regional de Investigación Científica Aplicada, de Resolución de Conflictos, y de Tecnología Química y Medioambiental-

Junto al incremento de estas titulaciones, también hay que destacar el incremento de la creación de nuevos centros. Así, en el nacimiento de la UCLM, año 1982, sólo existían cinco centros integrados y adscritos dependientes de otras universidades, y eran los siguientes:

• La Escuela Universitaria de Profesorado de E.G.B., que había sido creada en 1857 y que tras diversos avatares legislativos, se configuró como centro de enseñanza superior. Ubicada en el actual edificio “Lorenzo Luzuriaga”, que acoge la Facultad de Educación, que comienza su andadura académica por decreto 172/2010, de 16/06/2010 de la Consejería de Educación, Ciencia y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y publicado en el DO. de fecha 18 de junio de 2010. Los grados de Educación Infantil y de Primaria se impartieron por primera vez en el curso 2009/2010.
• La Escuela Universitaria Politécnica de Ingeniería Técnica Minera e Industrial de Almadén, que excede el término municipal en el que nos encontramos y no incidiré más en el mismo.
• La Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola, cuyos orígenes se sitúan en 1917 y desde 1972 aparece integrada en la Universidad Politécnica de Madrid.
• El Colegio Universitario, eje central del presente artículo, creado en 1974, que fue dependiente de la Universidad Complutense de Madrid, primero como centro adscrito y desde 1977 constituiría la sede de las Facultades de Ciencias Químicas y de Letras (que en la actualidad tienen su ubicación en la Avenida de Camilo José Cela), siendo este edificio la actual sede de la Escuela Superior de Informática, edificio “Fermín Caballero”, y
• La Escuela Universitaria de Enfermería, que surgiría a partir de la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios Femeninos y sería transformada en Escuela Universitaria de Enfermería, integrándose en la UCLM al inicio del curso 1978/79.

  

Llegada la década de los noventa, la oferta universitaria se verá incrementada de manera notable a raíz de que fueran creados otros seis nuevos centros:

• La Escuela Universitaria de Informática (EUI), que pasaría a adquirir su actual denominación de Escuela Superior de Informática (ESI) en 1998, y que hoy en día se halla en el antiguo Colegio Universitario, hoy edificio “Fermín Caballero”. Fue creada por Real Decreto 1025/1989 (BOE nº 190 de 10 de agosto). El día 6 de octubre siguiente apareció en el BOE la autorización para iniciar las enseñanzas en el curso 1989/1990 y el 14 de octubre se publicó el primer plan de estudios conducente a la obtención del título de Diplomado en Informática. Con el fin de adaptarse a la reforma de los estudios universitarios, a principios de 1992 se elaboran unos nuevos planes de estudios que, publicados en el BOE el 20 de octubre, suponen el cambio de la anterior Diplomatura a dos nuevas titulaciones que empiezan a impartirse desde el curso 1992/1993: Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas, e Ingeniería Técnica en Informática de Gestión. En 1992, la Junta de Gobierno y el Consejo Social de la Universidad Regional aprobaron la propuesta de nuevas titulaciones para el futuro, incluyendo los estudios de Ingeniería Superior en Informática en el campus de Ciudad Real. El 28 de mayo de 1998 y según decreto 52/1998 de la Junta de Comunidades, publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, la anterior Escuela Universitaria de Informática (EUI) se transforma en la actual Escuela Superior de Informática (ESI).
• El Centro de Estudios Jurídico-Empresariales –que se encontraba en la Avenida de Camilo José Cela-, creado en 1990 y adscrito a la UCLM, aunque en sus comienzos estaba regido por un Patronato que desaparecerá, en 1998 al crearse la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real (1990), actualmente ubicada en el Rectorado y frente al IREC, en la Ronda de Toledo.
• La Escuela Universitaria de Relaciones Laborales (1990).
• La Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (1998), ubicada en la Avenida de Camilo José Cela, y
• El Centro de Estudios Universitarios de Puertollano (2002), con lo que se completa considerablemente el campus de Ciudad Real.

El incremento de titulaciones y centros universitarios se verían acompañados por el aumento de alumnos y profesores, población que requería de una morada donde residir, un incremento en la demanda de la vivienda que cristalizaría en la creación de residencias universitarias y una mayor demanda de alquiler de pisos.

Las residencias universitarias llegan a un total de ocho, cinco gestionadas por la institución autonómica (Don Quijote, José Maestro, Francisco Nieva, José Castillejo y El Doncel), una por la provincial (Santo Tomás de Villanueva) y las dos restantes por congregaciones religiosas (Teatinas y María Inmaculada).

De las mismas, dos han sido construidas de nueva planta con el proyecto del Campus Universitario (José Maestro y Francisco Nieva); otras dos obedecen a la rehabilitación de otros edificios (las de José Castillejo y Santo Tomás de Villanueva tienen su base en los edificios de la antigua Casa Cuna y Hospicio Provincial, y del Reformatorio de menores provincial, respectivamente), o El Doncel y María Inmaculada, las más antiguas de la ciudad, que han sufrido un proceso de remodelación pues con anterioridad alojaban a estudiantes no universitarios. Y en cuanto a su localización, Francisco Nieva, José Maestro, Don Quijote y José Castillejo se encuentran en las inmediaciones del campus, fuera de Rondas; Teatinas, María Inmaculada y Santo Tomás de Villanueva se hallan próximas al centro de la ciudad; y El Doncel, se encuentra en la entrada sur de la ciudad, la carretera de Badajoz.

De todas formas, la demanda de vivienda por parte de los universitarios no ha podido ser cubierta solamente por la construcción de diversas residencias universitarias sino que también ha incidido en este aspecto el necesario incremento de las viviendas de alquiler, el cual se incrementaba de forma progresiva desde la ronda hacia el interior, ocupando las calles del Lirio, Plaza de María Inmaculada, el entorno de la iglesia de Santiago o la Calle de Altagracia. Toda esta zona está cercana al campus y sus pisos de forma habitual fueron alquilados por grupos de estudiantes, actividad de alquiler que tendría a la oficina de “Vivienda Joven” como acicate y órgano gestor de la oferta y demanda de la misma.

No obstante, cabe señalar que el número máximo de alumnos alcanzó el final de pasado siglo y comienzo del presente, iniciando a partir de ese momento un decrecimiento continuo –salvo ligeras oscilaciones en los cursos 2005/06 y 2008/09- hasta nuestros días –agudizado por la actual crisis y las mayores dificultades económicas de la población universitaria para continuar con sus estudios-

Así pues, tal como señala la Sra. Rodríguez, “en la localización de estas dos modalidades de alojamiento estudiantil se puede observar una tendencia en las preferencias: la instalación de residencias universitarias en la zona este y sur, y el alquiler de pisos en la zona más occidental y norte de la ciudad.”

En segundo lugar, por lo que se refiere a lo efectos que sobre el planeamiento urbano de Ciudad Real ha generado el Campus Universitario, cabe indicar que: la fisonomía urbana se ha modificado, los usos del suelo se han cambiado en la zona de su ubicación y de su entorno (el actual uso de equipamiento y residencial era en origen de tolerancia industrial), se generaron nuevas necesidades de accesibilidad por el incremento considerable del tráfico rodado y peatonal, provocando las transformaciones morfológicas urbanas encaminadas a facilitar estos accesos.

Su ubicación en la periferia ha llevado consigo tres aspectos a destacar, tal y como indica doña Mª. Ángeles Rodríguez:

“1) El desarrollo urbanístico del campus a través de actuaciones puntuales contempladas en los PGOU de la ciudad;

2) La generación de problemas de accesibilidad con el espacio consolidado; y

Junto a la actividad económica del alquiler de viviendas para residencia de estudiantes y de construcción de viviendas en las inmediaciones del campus se ha operado una gran transformación en lo que se refiere a la prestación de servicios (bares, cafeterías, restaurantes, librerías, copisterías…) que, sin duda, han dinamizado la zona y con ello a la ciudad, puesto que aunque no han aumentado en número de locales, si se ha producido un cambio de actividad en los mismos, hacia una mayor terciarización.

Nos encontramos con que han descendido las actividades industriales, comerciales, de almacén y asistenciales; mientras que se han incrementado las educacionales, las oficinas, las de régimen especial, sanitarias y deportivas. Esto pone de manifiesto cómo se orientan las actividades a la prestación de servicios a unos residentes más terciarizados.

Estos cambios de actividad han ido acompañados de una cierta especialización por calles que, de forma genérica, ha seguido el siguiente esquema:

–       Las rondas de Calatrava y Toledo, donde se han incrementado considerablemente el número de copisterías, papelerías, autoescuelas, tiendas de informática y telefonía móvil, además de la existencia de un supermercado que da servicio a esta parte de la ciudad.

–       La carretera de Toledo, de uso originariamente industrial, está viendose modificado hacia un uso más residencial y de equipamientos.

–       En la calle de Calatrava, una de las grandes arterias de comunicación del campus al centro de la ciudad, proliferan las papelerías, copisterías, bancos y cajas de ahorro. Además, se ha revitalizado en su parte norte, dándose un uso más especializado, con equipamiento de uso universitario. Lo mismo ocurre en calles que llegan hasta la Ronda de Calatrava y paralelas o perpendiculares a la misma, aunque el proceso se haya producido de forma desigual.

–       La calle de la Mata, otra de las grandes arterias de acceso al campus, tiene vinculada fundamentalmente las calles Libertad (de importante actividad comercial a ubicarse EUITA justo enfrente), Quevedo, Felipe II y María Inmaculada (estas dos últimas igualmente vinculada con la calle de Calatrava, muy transformadas y que tienen su desembocadura en el mismo campus). La calle Mata está poco influida por la universidad, porque el comercio que tiene es el propio de cualquier arteria de ciudad y no el específico de una zona universitaria

–       Y, por último, en el mismo campus y las calles que lo conforman –Carlos López Bustos y Camilo José Cela-, muestran la transformación propia del mismo campus al ser parte integrante del mismo y no existir con anterioridad, estando ocupadas por edificaciones oficiales: Colegio de Arquitectos, centros docentes y de investigación universitarios, y el Instituto de Enseñanza Secundaria Maestro Juan de Ávila, recientemente transformado y con acceso por la Ronda de Toledo.

Cuando se eligió la ubicación del Campus, según nos indica la Sra. Rodríguez “se optó por una zona universitaria situada al Noreste, entre la Ronda y el trazado del ferrocarril. El encargo del proyecto de ordenación y construcción se hizo al arquitecto Antonio Fernández Alba. En 1996 ya estaban construidos los edificios de Químicas y Facultad de Letras, el Aulario, la Biblioteca General del campus y el Edificio de Investigación e Instrumentación. En los extremos del campus se construyó el Edificio de Estudios Jurídico-Empresariales, según proyecto del arquitecto José Rivero, y en el entorno próximo (en ambos extremos) las residencias universitarias, proyectos de Ramón Ruiz Valdepeñas (Viviendas Francisco Nieva) y José María Puyol y Luís de la Puente (Residencia José Maestro). El campus ha seguido ampliando sus edificios, manteniendo la estructura inicial del proyecto de Fernández Alba.

La intervención en la Real Casa de la Caridad y posterior Cuartel de la Misericordia fue encargado el arquitecto Francisco Javier García de Jaime en 1990, patrocinado por el Patronato de la Universidad de Castilla-La Mancha, la Junta de Comunidades, el Ayuntamiento de Ciudad Real y la Diputación provincial. El proyecto consistió en rehabilitar el edificio como sede del Rectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha.” Y además, “Ciudad Real posee un Parque Científico ubicado en el propio Campus universitario: Instituto de Tecnologías Química y Ambiental, Instituto de Matemática Aplicada a la Ciencia e Ingeniería en la E.T.S. Ingenieros Industriales; Instituto de Investigaciones Energéticas y Aplicaciones Industriales; Instituto de Derecho Penal Europeo e Institucional; Instituto Regional de Investigación Científica Aplicada…), y en las inmediaciones del Rectorado se ha instalado el Instituto de Recursos Cinegéticos. Este parque Científico no se ha localizado en el área destinada para ese uso, detrás de la estación del AVE, sino en el propio campus.”

En suma, el proyecto encargado a Antonio Fernández Alba del Campus Universitario de Ciudad Real iba encaminado tanto a organizar urbanísticamente el espacio como a configurar el programa de construcciones. Así, el espacio quedaría estructurado a partir de una disposición longitudinal vertebrada en torno a dos vías de circulación, las citadas Avenidas de Camilo José Cela y de los Descubrimientos, y a partir de aquí aparecerían de forma secuenciada concebidos los diferentes espacios: una primera zona con un grupo de edificaciones perfectamente unidas por un eje longitudinal que las vincula, y la segunda, con la implantación que supone los singulares volúmenes de las edificaciones. De este modo se alcanzaría una superficie de unos 130.000 metros cuadrados, a los que habría que unir otros 50.000 del Rectorado de la Universidad y otros 109.000 metros cuadrados al otro lado de la vía del AVE, en el extremo oriental de Ciudad Real.

Aunque el campus aparece desarticulado en tres zonas (núcleo del propio campus, Rectorado e inmediaciones, y laboratorios más allá de la línea férrea), en el propio núcleo pueden distinguirse varias zonas:

a)    La conformada con una estructura rectangular y en medio dejando un espacio central cuyos lados son ocupados por los edificios de Servicios Generales, la Biblioteca del Campus y el Aulario General, y en los extremos las Facultades de Letras y Químicas (originariamente ubicadas en el Colegio Universitario).

b)    Otra zona está conformada por los edificios del CICAT (Centro de Instrumentación Científica, Análisis y Tecnología) y el Centro de Estudios-Jurídico-Empresariales (proyectados por el arquitecto y compañero don José Rivero).

c)    Frente a estas edificaciones y separadas por la Avenida de Camilo José Cela aparece el Edificio de Laboratorios Generales, obra de Antonia Segura y José Antonio Sancho.

d)    En los extremos del campus aparecen las Residencias universitarias dependientes de la Junta de Comuindades de Castilla-La Mancha “José Maestro” (de Luis de la Puente y José María Puyol) y “Francisco Nieva” (Ramón Ruiz Valdepeñas).

e)    Y las últimas construcciones a destacar dentro del propio campus serían: el Politécnico (1998, Fernández Alba), el Centro de Tecnología Informática y Comunicaciones (1999, Asensio, Cabañas, de Matero y Peris), el Centro SOLUZIONA (2002, Simón Soriano y Valverde Caramen); el Instituto de Tecnologías Química y Medioambiental (2002, Peris y Verasteguir); al lado del Rectorado: el Laboratorio de Investigaciones Cinegéticas (IREC) (1996, López-Mateos Ontañón); el edificio de Ciencias Jurídicas (1998, Peris Sánchez); y, al otro lado de la vía del AVE, destacar Hidráulica (1999, García de Jaime) y Aulario de Medicina, entre otras.

A modo de agradecimiento, para la elaboración del presente artículo me remito a fuentes tan diversas con don Cecilio López Pastor (en su “Recuerdos de una vida (74 años de Periodismo activo)”, en su capítulo “La Caja Rural construye el Colegio Universitario”), don Félix Pillet Capdepón (“Geografía urbana de Ciudad Real”), doña M.ª Ángeles Rodríguez Domenech (en su “La nueva realidad urbana de Ciudad Real”) y la página web de la Universidad de Castilla – La Mancha (www.uclm.es).

Universitas Castellana-Laminitana