El Director General de Vivienda, Urbanismo y Planificación Territorial de la Consejería de Fomento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Isidro Javier Zapata Romero, mantuvo en Manzanares una reunión de trabajo con el alcalde de la localidad, Antonio López de la Manzanara, para avanzar en los asuntos de su competencia que el primer edil trató a principios de septiembre en Toledo con la Consejera de Fomento, Marta García de la Calzada.
Zapata y López de la Manzanara, acompañados por el concejal de Obras y Urbanismo, Alfonso Mazarro, despacharon en primer lugar en el Ayuntamiento sobre temas relacionados con la disponibilidad de suelo industrial y con el proyecto de renovación y ampliación del soterramiento del caz del río Azuer a su paso por los Paseos Príncipe de Asturias.
Posteriormente se desplazaron in situ a conocer los terrenos donde el Ayuntamiento pretende acometer estas actuaciones y para las que recaba el apoyo del Gobierno Regional. Una de ellas es la cesión de suelo ante la necesidad que tiene Manzanares de nuevo terreno industrial. Y es que, como ya expuso el alcalde a la Consejera de Fomento, hay empresas interesadas en instalarse y que precisan de suelo en este enclave estratégico, por lo que López de la Manzanara estuvo estudiando sobre el terreno las distintas posibilidades con el Director General de Vivienda, Urbanismo y Planificación Territorial.
Zapata también visitó diferentes tramos del río Azuer, desde el Puente de la Reina y Calicanto hasta el Molino Grande que actualmente está restaurando el Ayuntamiento. El alcalde de Manzanares solicitó a la Consejería de Fomento su apoyo para llevar a cabo las obras necesarias para renovar el soterramiento del caz del río Azuer que pasa bajo los Paseos Príncipe de Asturias.
Esta obra consiste en sustituir la canalización soterrada ya existente, totalmente inservible, deteriorada e inutilizada, por otra de doble línea con mayor capacidad. Quedaría regulada desde el “Calicanto” y en caso de crecidas del río Azuer evitaría que todo el caudal discurriera por la “madre vieja” paralela al Paseo de la Isla Verde, disminuyendo el riesgo de desbordamientos como los ocurridos en los últimos años. Permitiría además aportar agua de forma natural al molino una vez restaurado.