España a la deriva

Carmen Quintanilla Barba (Diputada del Partido Popular)

   Los españoles hemos asistido sin aliento a la aprobación en el Congreso de una resolución que emana del Partido Socialista, según la cual nuestro ejecutivo negociará con la banda terrorista ETA si ésta depone las armas. Con esta salvaje decisión, el PSOE ha logrado romper en unas horas un pacto antiterrorista suscrito con el Partido Popular en el año 2000 (el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo), que gozaba de un consenso mayoritario y que desde su existencia ha debilitado notablemente a la banda terrorista.

   Ha conseguido también poner en jaque a las víctimas del terrorismo y las ha humillado diciéndoles en su cara que negociarán con los que un día sesgaron sus vidas llevándose a base de violencia gratuita y mortal a sus seres queridos, y que es legítimo que Otegui y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, apoyo político innegable de ETA, tengan representación y papel clave en la gobernabilidad del País Vasco gracias al impulso y la dejadez de Patxi López y su homónimo en el gobierno central, el Sr. Rodríguez Zapatero, porque así lo ha querido el pueblo vasco.

   Con esta decisión, también ha correspondido de manera servil y totalmente ciega a los que un día le apoyaron en su llegada al poder. El Sr. Rodríguez Zapatero no hace gobierno, no manda ni acuerda, sólo acata, dejando a España en una situación confusa y sin medidas concretas para nada, salvo para los asuntos que le dejan encima de la mesa sus socios del tripartito, esos que le dieron la llave de su actual despacho. El Partido Socialista, con esta resolución, le ha devuelto el favor a Ezquerra Republicana de Cataluña admitiendo propuestas de corte separatista y nacionalista que conducen a España a un destino sin rumbo, a un futuro incierto en el que vale todo lo que se proponga de ahora en adelante y no vale nada lo que, tras siglos de historia, es España.

   El Sr. Rodríguez Zapatero tiene desde ese fatídico día su hueco en la historia. Es lo que quería. No podía conformarse con dar continuidad a un pacto que funcionaba y que firmó con el Partido Popular en el gobierno y como aliados, como partidos democráticos y por la libertad que perseguían un objetivo común: la derrota incondicional y el final concreto de ETA. No. El quería salir en los papeles y marcarse con el devenir de los años que, dejando fuera al Partido Popular y el pacto más consensuado contra el terrorismo, abrió un diálogo del que no sabemos nada, ni siquiera qué demonios va a negociar con unos señores que han estado matando concejales del Partido Popular y del Partido Socialista, civiles y representantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado casi 50 años porque quieren lograr la independencia del País Vasco. ¿Qué hay de común entre su diálogo y el de ETA, Sr. Rodríguez Zapatero? Para negociar hay que estar de acuerdo en las premisas aunque no en las condiciones. ¿En qué premisas está Usted de acuerdo con los terroristas, o con el Plan Ibarretxe o con el Partido Comunista de las Tierras Vascas, fiel sirviente de ETA, colado a su antojo en el juego electoral vasco gracias a la inacción del Partido Socialista?

   Y después de esta barbarie, de esta huelga de cabezas agachadas ante socios vascos y catalanes, de este espíritu que veta todo lo que provenga del Partido Popular (se les ha olvidado la de veces que juntos hemos asistido a los funerales de nuestros compañeros, unidos en el dolor y haciendo causa común) y de convertir a ETA en un interlocutor que ahora marcará los ritmos del futuro político cercano, aún hay quién se atreve a decir que el Partido Popular crispa a los españoles o que somos de ultra-derecha. Juzguen ustedes mismos quien está apoyando nacionalismos sin condiciones y aplaudiendo u obviando como si de anécdotas se tratara, reuniones como las de Estella y Perpignan en las que los terroristas gozaron del favor de los actuales socios del gobierno para volver a decir que seguirán matando mientras no se acepten sus condiciones. ¿Quién ejerce de ultra? ¿Por qué se nos falta el respeto a los que hemos luchado sin hipotecas políticas contra el terror y hemos defendido la democracia y la libertad?

   En España, ETA ha logrado convertirse en pieza clave; los que mataron ahora celebran la pleitesía del ejecutivo socialista. Las víctimas lloran a los suyos sabiendo que la memoria de sus muertos, el dolor y las palmadas en la espalda no fueron más que gestos vacíos. En la acción, que es donde se demuestra la determinación de un Estado de derecho y democrático como España, el gobierno del PSOE ha resultado ser el títere en manos de muchos titiriteros, el que se afana por conseguir el equilibrio de muchos intereses políticos, algunos minoritarios, que, estrujando al máximo a la nación, están al tiempo reclamando la retirada de la bandera nacional en actos de corte internacional o renunciando al castellano como si fuera una lengua maldita. Curiosas paradojas se producen en esto de ser nacionalista.

   Todo su gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero, ha cambiado el rumbo de un pacto que ya funcionaba (“Llevan dos años sin matar” como reconocían los señores Rubalcaba y Blanco). Desde el anuncio de la aprobación de la maldita resolución, han hecho explosión varios artefactos en el País Vasco; esta debe ser la forma que tiene ETA de demostrarle su más sincera alegría y regocijo por las medidas anunciadas. No sé si deseo ver lo que está por venir.

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