Que alguien te salve, María

No hay sección más fácil que la de obituarios. Basta con desgranar un amplio catálogo de elogios al pobre fallecido para que todo el mundo acabe de acuerdo en esto o en aquello. Si, encima, se trata de alguien público, popular y (vamos a decirlo) mujer y deportista, pues miel sobre hojuelas.

A41Quede claro desde el principio que lamentamos la muerte (y la forma de la muerte) de María de Villota, piloto de monoplazas que, por mor del destino, sufrió hace poco más de un año un absurdo y poco aclarado accidente mientras probaba un F-1 de Marussia en lo que se puede probar: registros de velocidades punta en aeródromos.  María, hija del contumaz Emilio de Villota, aspirante casi eterno en los setenta a un volante en el Gran Circo, que nunca consiguió y que le desvió a la desprestigiada F-5000 británica donde se las vio con una mujer de armas tomar (Divina Galica) a la venció en un campeonato con no más de media docena de coches en parrilla, heredó de su padre esa aspiración por conducir un F-1, cuestión esta que tratándose de una mujer, y por muy en el s.XXI que nos movamos, no dejar de ser una utopía. Aún así, y como la pasta es la pasta y los chicos de Marussia están más que necesitados, la hicieron probadora para engullir los euros de D. Emilio y captar un marketing interesante ya que la Formula One está en la cresta de la ola mediática en España. Tras el terrible accidente que, en contra de lo que muchos puedan escribir ahora, no cortó ninguna trayectoria profesional (María, es triste decirlo, jamás tuvo futuro en F-1), la irreductible madrileña se puso un parche en el ojo (actitud por la que la admiraré siempre), eso sí combinado con los modelitos “ad hoc”, y recorrió media España explicando lo mal que lo pasó, y lo bonita que es la vida (ambas cosas totalmente ciertas).

Ahora bien, si alguien paseamos por la Red nos daremos cuenta de la cantidad de notas, elogios, charlatanería dedicada a la figura de un ser humano que resultó caer en gracia antes que ser gracioso (graciosa). Hipócritamente nos arrogamos decenas de elogios, valoraciones hagiográficas, verbeneo almibarado sobre una deportista de medio pelo que ahora van y la premian con la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, “¿et pour-quoi?”. Insistimos, esa mujer de treinta y tres años, muerta en Sevilla no tiene la culpa de las estupideces que se están diciendo de ella. La culpa es nuestra.

Juanma Núñez

ElchiringuitoA41

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4 COMENTARIOS

  1. Por más paréntesis que pongas para intentar suavizar tus cometarios, se nota que esté artículo está escrito con mala baba. No me gusta. Ha muerto una mujer jóven y es una lástima. Deberías dejarlo ahí.

  2. No puedo estar mas de acuerdo con el Autor de este articulo Juanma Nuñez. Para mi, incluso te has quedado un poco corto.

    Para empezar, decir que la muerte de una persona en estas circunstancias ya es trágica, y mas si tiene 33 años, sea quien sea, conocido o anónimo.

    Yo tengo claro, que esta chica ha sido victima de los anhelos de su padre Emilio Villota Ruíz (por que lo del «de» vino después). El marketing, los intereses y la pasta, pueden hacer milagros, y en España mas. No se porqué, se está empecinando en medios de comunicación en decir que Maria Villota era piloto de F-1 cuando no lo era. Que yo sepa y según las informaciones, Maria Villota no era poseedora de la SUPERLICENCIA, documento que acredita ser piloto de F-1, y que tampoco en el caso de tener esa licencia, es sinónimo de ser piloto, porque alomejor, tampoco pilotas un F-1. Pero bueno, al parecer interesa mentir a pesar de lo evidente.

    – «Medalla al merito Deportivo».- Que alguien explique, que meritos deportivos a cosechado Maria Villota, que no vayan mas allá de correr en los Karting de Padre y en carreras privadas de marcas auspiciadas por D. Emilio. ¿Qué ha ganado Maria Villota, donde y como?. Según su curriculum, nada. Pero al parecer, le darán la medalla al merito deportivo. Sinceramente, sin comentarios. Merito, inmerecido por lo discriminatorio con otros que si son merecedores de tal Titulo, y con un curriculum infinitamente superior por meritos reales al de Maria Villota, que no los tiene.

    – «Ejemplo de superación».- Ejemplo de superación son las MADRES de los años 50-60-70 que con un sueldo miserable del marido, tenían que sacar adelante familias de 5 o 6 hijos, esos si son ejemplos de superación. Ejemplo de superación, es un vecino mio que tuvo un accidente de trabajo dejándolo incapacitado para el resto de su vida por amputación de una pierna, quedándole una misera paga la cual no le pemitia ni pagar el alquiler. Esos si son ejemplos de superación, como otros miles. Tampoco tenia sanidad privada ni los mejores medicos del país ni de EEUU.

    Quiero decir, que independientemente de la desgraciada noticia de la muerte de esta mujer, el tratar el tema como lo están haciendo, pues me niego, ni quiero que me mientan, ni quiero que me «vendan motos». Maria, ni fue piloto de F-1 ni tiene meritos deportivos para ninguna medalla. Solo que una mujer joven y con toda la vida por delante, a muerto por secuelas de un accidente que tal vez nunca debió tener.

  3. Estoy totalmente de acuerdo con el artículo.Ejemplos de superación hay muchos , a diario.Es una lástima que nos abandone una persona tan joven y llena de vida , pero vamos a entender en que terreno nos movemos.

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