miciudadreal.es entrevistaba ayer a uno de los mayores inversores de internet en España, José Martín Cabiedes, minutos antes de que participara como invitado en la edición de septiembre de Iniciador Ciudad Real. El emprendimiento, el papel de los políticos en su promoción, y la vertiente social de este fenómeno, fueron las cuestiones abordadas en el encuentro.
José Martín Cabiedes participa en varias proyectos de emprendimiento social, como la Fundación Hazlo Posible o UEIA.com, la primera incubadora de proyectos de emprendimiento social de base tecnológica de Europa. Como inversor, participa en varias decenas de empresas de internet a través de Cabiedes & Partners, el fondo de inversión que gestiona junto al resto de sus socios. Entre sus inversiones más destacadas se encuentran Privalia o Trovit, que actualmente arrojan un beneficio de varios millones de euros al año.
¿Qué es para ti ser un emprendedor?
Un emprendedor es una persona lo suficientemente valiente como para asumir un riesgo que el resto de los mortales probablemente no asumiríamos. Un emprendedor es una persona que está dispuesta asumir un riesgo anormalmente alto para tratar de obtener un retorno también anormalmente alto. Un emprendedor es una persona valiente, trabajadora, inteligente y flexible.
Los políticos citan constantemente el emprendimiento pero ¿saben de verdad de lo que hablan?
Los políticos no saben de lo que hablan porque uno no sabe de lo que no haya probado. Que yo sepa, no hay ningún político haya hecho algo en cuanto a creación de modelos de negocio antes de ser político. Me puedo equivocar pero, en general, tengo esa sensación.
Hay que diferenciar el discurso político en cuanto a dos tipos de emprendimiento. Hay un emprendimiento sociológico, que es decirle a la gente oye, más allá de trabajar para una gran empresa o para el estado como funcionario, también te puedes sacar tú las castañas del fuego. Ese discurso está muy bien. Y, honestamente, creo que es positivo que haya calado en la sociedad. De ahí a todo lo que se está creando, hay una gran diferencia, porque luego hay otro tipo de emprendimiento, que es un emprendimiento mucho más agresivo, en cuanto a la ambición económica y empresarial, que no es para todo el mundo y que tiene unos costes personales y económicos muy altos.
Por otro lado, es un emprendimiento enormemente respetable, y desde un punto de vista sociológico, enormemente positivo, el de la persona que, en vez de estar tirada en un sofá, crea una pequeña peluquería de barrio. ¿Ese es el emprendimiento que saldrá en las portadas de la prensa salmón y del telediario? Pues no, pero es un emprendimiento muy interesante y el que hay que fomentar.
¿Comprendes que haya cierto hartazgo con la cuestión del emprendimiento?
Hemos vendido la idea de que la solución a la economía de este país, y al desempleo, es el emprendimiento, y no es verdad. De hecho no es solución a ninguna de esas dos cosas. El impacto económico del emprendimiento es a muy largo plazo y, por lo menos el emprendimiento tecnológico, no es creador neto de trabajo, sino más bien destructor neto de trabajo. Están radicalmente equivocados los discursos políticos que creen que la economía o el desempleo se pueden solucionar con el emprendimiento tecnológico. Sí se podría solucionar a través del otro tipo de emprendimiento, el que desarrolla actividades económicas locales, que son enormemente interesantes y enormemente sanas.
En el ciclo económico anterior, el nivel de seguridad que una gran empresa te ofrecía, o incluso el nivel de seguridad que el estado te ofrecía, hacía que el riesgo asumido por un emprendedor fuera muy grande. Porque, si trabajabas para una empresa grande tenías básicamente el trabajo asegurado, si trabajabas para el estado era de por vida y, a cambio, había unos pocos locos que eran los emprendedores. Cuando la empresa ya no te ofrece un trabajo ni digno ni asegurado, el riesgo de emprender es mucho más bajo. Es muy normal que la gente ya vea el emprendimiento como una alternativa viable en cuanto a riesgo respecto a ponerse a trabajar con un contrato basura en una empresa grande. Eso hace que mucha gente afronte el emprendimiento como una escapatoria a una realidad no positiva, pero ese emprendimiento no es el que tiene más probabilidades de éxito.
¿Qué opinas del emprendimiento social?
La importancia del emprendimiento social parte de una realidad y es que el Estado ya no puede financiar las labores asistenciales que hacía el sector social. Habíamos creado en la última década un sector conformado por las ong´s que se financiaban del Estado y actuaban en la sociedad; muy eficientemente y muy bien, y hacían una labor social maravillosa. De la noche a la mañana papá Estado ha dicho ya no os voy a dar ni un duro. Entonces, tenemos un sector social roto, que lo está pasando muy mal y cuyo único modo de sobrevivir es continuar con su actuación social pero con unos criterios económicamente viables; y eso es lo que se llama emprendimiento social. Solucionar un problema social pero con una viabilidad económica intrínseca al propio modelo, sin tener que recurrir a papá Estado cada año. Es necesario, es incuestionable que tenemos que crear emprendimientos social si queremos tener asistencia social. De lo contrario, desaparecerá la asistencia social y eso es un lujo que no nos podemos permitir, porque las injusticias sociales están ahí y las diferencias sociales cada vez son más grandes. No es discutible, es una necesidad y lo que tenemos que hacer es trabajar, cada uno desde nuestros pequeños ámbitos, para intentar fomentar una cultura de emprendimiento social que reconvierta un sector asistencialista y dependiente del estado en un sector económicamente viable.
Discrepo. Así en bruto es una boutade. El emprendimienro puede realmente ser una solución -una más, no la panacea- para el desempleo. Lo que ocurre es que del dicho al hecho hay un trecho. La clave está en leyes y politicas reales que alivien al emprendedor de ataduras fiscales para que casi todos los recursos los invierta en su proyecto. Y luego claro hay valores inmedibles como la creatividad, el talento, la inteligencia y los reflejos de quien quiere convertirse en su propio jefe, lo cual me parece encomiable. Las sociedades anglosajonas son mas empremdedoras que las meridionales y por ello más democráticas e incluso más ricas con una sociedad civil mucho más musculada, por otro lado. Leyéndolo desanima a cualquiera que quiera buscarse la vida. Sorprende la contradicción entre el concepto de emprendedor y su hiperbólica definicióncon la infravaloración social y económica del emprendimiento… salvo que hable de un empredimiento social, cuyo concepto no me queda claro: ¿hacer negocio con el altruismo? ¿Ataca o encomia al Estado por desentenderse de las ong,s entre las cuales las hay también que no resistirían una auditoría. Porque nadie emprende por nada, salvo quien tenga ese compromiso moral. Por otro lado, detecto cierta diletancia en quien es un gigantesco inversos en empresas en internet. Hay cierta impostura, o es una impresión mía. Porque lo que subyace es la pela, que en ocasiones tenemos que edulcorarla con unas manos de pintura social. Hay un refrán muy español que relaciona el tamaño del miembro con el arte amatoria. Pues eso.El verdadero compromiso social es el que se practica sin esperar nada a cambio, en caso contrario es negocio, le pongamos el calificativo que le pongamos.
Salvo por algún matiz, de acuerdo contigo, Manuel. Nuestra sociedad menosprecia e incluso desprecia todo lo que huele a emprendedor, y puedo entender una cierta desafección y escepticismo con los modos y maneras de ciertas macroempresas, pero que los dardos envenenados se dirijan a un simple autónomo que pone todo su talento y esfuerzo para crear su negocio sin pedir nada a nadie resulta cuando menos escalofriante. No lo entiendo. Deben existir algunos resabios atávicos de otras épocas, de tiempos de hidalgos muertos de hambre. Y este país necesita muchos y buenos emprendedores.
Yo también discrepo Valero. Hay toda una sombra del Emprendedor que es alargada y coquetea, con el más soberbio de los individualismos. Incluso hay cierta concepción del soporte moral del Emprendedor, que casa mal con la idea de ‘Estructuras colectivas’ o Societarias.
Por otra parte, es evidente como se dice, que la solución a los problemas económicos, no radica en el número de emprendedores en movimiento. Por mucho que jure y perjure el Gobierno de turno.
Hay muchos mas problemas, que las recetas de Monopoly del tipo de ‘Hagáselo usted mismo’. Y es que todo se va complicando: la política, las comunicaciones, la economía, las tecnologías, la globalización, el medio ambiente, la cultura, la universidad y hasta el Mundo Islámico.
El emprendimiento es una pulsión que lleva al hombre al triunfo o al fracaso. Entre un país de tenerarios o de funcionarios, creo que me sentiría más cómodo en el primero. Pero creo que el sol, el calor, los dias largos, el sur, el meridión, y el catolicismo integrista nos aboca a todo a buscar una prqueña ubre en la Administración. Lo que no me queda claro es cómo hacer negocio tecnológico-social y enriquecerte en el intento
Manuel V., pues yo me sentiría más cómodo en un país con tenerarios HONRADOS y funcionarios CUMPLIDORES, de tal forma que así no deberían haber ubres de donde agarrarse en la administración ni sobres azabaches entre aquellos en los que al parecer dices sentirte más cómodo en tu elección.
Joder perseguidor parece que todos tengamos que querer a los funcionarios porque tu eres funcionario y que todos tengamos que pensar como tu piensas y que…nos tnega que gustar el equipo que a ti te gusta …y sigo?
En absoluto ops, se trata de hacer ver que todos los empleos, privados ó públicos, deben tener cabida en la sociedad y que cada uno elija la opción que quiera, sin presiones, eso sí, hay que conseguir que ambos cumplan en lo concerniente a la fiscalidad, unos, y a su eficiencia y eficacia otros.. ¿o no?. ¿Continúo?…
Parte de razón llevas, que la razón no está del todo de un lado