José Manuel Molina García (Presidente del PP de Castilla-La Mancha)
Fue a la entrada del Teatro Buero Vallejo de Guadalajara donde un grupo de trabajadores con pancartas me explicó la situación que padecían. Ahora hace un año. En sus rostros se notaba una honda preocupación y desesperanza y en sus intenciones un fuerte deseo de hacerse oír por quien pudiera dar soluciones el cierre de la empresa en la que trabajaban desde hacía años. Era el Día de la Región de 2004. Mientras se celebraba en el interior del auditorio el solemne y pomposo acto institucional, un nutrido grupo de trabajadores pedía respetuosamente en la calle que se evitara la destrucción, de una tacada, de trescientos cincuenta puestos de trabajo. No tuvieron suerte.
Un año después asistimos en Toledo a una situación similar. Una gran empresa, sucesora de la legendaria Fábrica de Armas de la capital toledana, se encuentra en un proceso de cierre que por desgracia parece cada vez más inminente. Otras setenta familias viven la incertidumbre de un futuro marcado por la falta de actividad laboral y de todo el drama que acompaña a la situación de desempleo de las personas que se encuentran en plena facultad vital y profesional.
Porque ese es el aspecto del problema que pasa más desapercibido para las estadísticas. Los gobiernos dan las cifras del paro –suba o baje- como si se refirieran a cosas inanimadas. Datos sin corazón, como la forma de gobernar de aquellos que sólo piensan en clave publicitaria. Dicen: “vamos a solucionar el paro”, pero no lo solucionan. Dicen: “Esta región estará dentro de diez años a la cabeza de España en creación de empleo”, y pasan los diez años y, efectivamente, estamos a la cabeza de España, pero no en número de empleados sino de desempleados.
En el PP entendemos que gobernar no es gastarse el dinero público en pagar continuamente para que nos saquen en la foto y nos traten bien los medios de comunicación. Gobernar es que nos den cancha en los medios de comunicación porque hacemos las cosas bien. Gobernar, mientras hay tanta gente en el paro, no puede consistir en gastarse diez mil millones de pesetas en un año para disponer de una televisión pública y salir hasta tres veces en cada uno de los informativos para convencer a la audiencia de que vivimos en la más idílica región del mundo mundial.
Yo sé que estamos en la mejor región del mundo. Porque sé que tenemos a hombres y mujeres de primera, empresarios y trabajadores de primera y una situación geográfica de primera. Y sin embargo, nuestros índices de desarrollo y bienestar, comparados con otros territorios de España, no son de primera. Sin ir más lejos, y al hilo de este 1 de Mayo, Castilla-La Mancha registra un índice de paro superior a la media española y es la Comunidad autónoma con la tasa de paro femenino más alta de todo el país.
¿Y por qué ocurre esto si el Gobierno regional no para de decir que en su gestión tienen prioridad absoluta las políticas destinadas a la mujer? Pues muy fácil: porque en el caso de la mujer, como en todo lo demás, la única política que practican es la publicitaria. A fuerza de repetir que se preocupan por la mujer terminamos creyendo que es verdad. Pero los datos demuestran que es mentira.
Por eso nos pasa lo que nos pasa. Y por eso los castellano-manchegos debemos aspirar a que nos gobierne gente seria, no un equipo de agentes publicitarios amparados bajo las siglas de un partido político centenario. Así evitaremos que el 64 por ciento de los parados de Castilla-La Mancha tengan, como ahora, nombre de mujer.
Como presidente de una organización con cincuenta mil militantes y un respaldo electoral de medio millón de ciudadanos, quiero expresar mi más profundo convencimiento de que hay otras políticas y otras formas de gobernar más eficaces para nuestra región. Estamos seguros de que la mejor política social es la del pleno empleo y así lo han demostrado los ochos años del PP al frente del Gobierno de la Nación.
En nuestro programa y en nuestro quehacer diario damos absoluta prioridad a conseguir ese objetivo. Igual que se la damos a la necesidad de acabar con la siniestralidad laboral, con la precariedad en el empleo, el desplazamiento diario de tantos y tantos castellano-manchegos que tienen su trabajo fuera de la región, el aumento del paro en las zonas rurales o la sangría de la emigración que no para –sobre todo en los pueblos y el trágico abandono que provoca-. Y nos preocupa también la inmigración y los graves problemas de integración que conllevan porque el Gobierno no tiene claras las medidas que debe aplicar en este campo. Como tampoco las tienen en el caso de la crisis por la que atraviesan sectores económicos punteros en la región como el calzado o el textil.
En este primero de mayo nos solidarizamos con todos aquellos trabajadores que pasan por situaciones como las de Promek o los de la antigua Fábrica de Armas de Toledo, con el colectivo de mujeres que buscan trabajo, con los cientos de jóvenes que aspiran a encauzar su vida laboral, con los que tienen dificultades para reincorporarse al empleo por la edad o cualquier otra circunstancia que se lo impide… Y felicitamos a todos los trabajadores y a todos los castellano-manchegos en esta celebración del Primero de Mayo en la que, ahora más que nunca, debemos reivindicar algo que no es ni ha sido nunca utópico para nosotros: el pleno empleo.