Después de tres años, la ceremonia de entrega de premios del Certamen Poético Internacional de la Orden Literaria “Francisco de Quevedo”, ha vuelto a celebrarse en los Claustros de Santo Domingo de Villanueva de los Infantes. El acto, que se realiza con ceremonial, usos y costumbres del siglo XVII, contó como mantenedor con el escritor Antonio Gómez Rufo.
Comenzó este XXXIII certamen con el depósito de la corona de flores junto al busto de Quevedo y el obsequio de un ramo de flores por parte del Gran Maestre y sendos caballeros de la Orden a la Lisi y Damas de la Feria y Fiestas.
A continuación, Juan José Guardia Polaino, Gran Maestre de la Orden Literaria, entonaba el discurso de apertura con una semblanza de Don Francisco de Quevedo y seguidamente, Presentación Pérez, escribana mayor de la Orden, leía el acta del jurado calificador. Este año han concurrido 441 trabajos, procedentes de una gran variedad de lugares de la geografía nacional, Europa y América. El jurado calificador estuvo presidido por Don Juan José Guardia Polaino, Gran Maestre de la Orden. Formaron parte del mismo Miguel Blasco Alberite, periodista, escritor y ex director General de Canales Temáticos y de los Centros Territoriales de TVE; Antonio Gómez Rufo, escritor; Juana Pinés Maeso, poeta, escritora y ex-directora del grupo literario Guadiana y Presentación Pérez González, poeta y Escribana Mayor de la Orden Literaria, que actuó como secretaria.
Siguiendo el ceremonial tradicional de este certamen, en el que el miembro de la Orden, Clemente Plaza, actuaba como maestro de ceremonias, uno por uno, los ganadores de cada categoría subieron al escenario para jurar o prometer su cargo, recitar las obras galardonadas y recibir sus premios.
El Premio “El Buscón”, para menores de treinta años, con investidura de Dama, entrega de pergamino y 300 euros, fue para el poeta “Metrópolis” de la poetisa Lola Borges Blázquez, natural de Valencia. Premio que fue recogido por su padre.
El siguiente premiado en subir fue José Miguel Molero Cid, residente en Estepona, Málaga y natural de Villa de Don Fadrique, Toledo, que ha sido galardonado con el premio Tema Libre, dedicado al poeta infanteño fundador de la Orden, Rafael Simarro, con investidura de Comendador, entrega de pergamino y 600 euros al poema titulado “El veneno del rufián”.
A continuación se recibió al ganador del premio “Don Francisco de Quevedo”, el mayor que concede este certamen, dotado con 900 euros e investidura con el grado de Gran Comendador. Este año el premio ha recaído en el poema ““Mors-Amor”, cuyo autor resultó ser el poeta Daniel Cotta Lobato natural de Córdoba.
Finalizada la lectura de las obras ganadoras, llegaba el turno del mantenedor de esta edición del certamen, el escritor y guionista Antonio Gómez Rufo, en cuya alocución no faltaron referencias a la sátira y al humor, parafraseando a Giovanni Mosca y William M.Thackeray, entre otros. Un discurso que sirvió de introducción para el visionado del cortometraje ‘El aprovechamiento industrial de los cadáveres’, dirigido por Gómez Rufo sobre una idea de Luís García Berlanga, y para cuyo rodaje se han utilizado numerosas localizaciones en Villanueva de los Infantes. El mantenedor agradeció a particulares, entidades y al Ayuntamiento su colaboración para que este proyecto cinematográfico sea una realidad.
El maestro de ceremonias clausuró entonces el XXXIII certamen poético, que ha estado marcado por la agilidad y la buena organización. Respetando el ceremonial tradicional de este acto, los caballeros de la Orden Literaria, acompañados de la Lisi y Damas, abandonaron el convento de Santo Domingo para llevar la corona de flores al busto de Don Francisco de Quevedo que se encuentra en la cercana Plaza de San Juan.