Sofía Nevado.- El tradicional “toro de fuego” de Ruidera sobrevive a los embistes y protagoniza las fiestas de Ruidera, donde los jóvenes ruidereños portan la estructura cargada de pólvora. Tras ser declarados de Interés Turístico Local, estos originales “toros” salen cada noche en las fiestas de la Blanca para convertirse en el principal atractivo de esta feria.
Tres toros cada noche, desde la una de la madrugada, mantienen a todos los vecinos y allegados en vela hasta casi el amanecer. La madrugada de Ruidera está cargada de pólvora y cierto temor para los que no conocen este temido y emblemático “toro” ruidereño.
El cohete marca la salida de este astado incendiado, bajo una estructura metálica portada por jóvenes bien abrigados. Para evitar quemaduras los más intrépidos visten sudaderas, capuchas y pantalones largos, que a pesar de las altas temperaturas protegen sus pieles de de los filamentos volátiles del fuego.
El silencio reina en los rincones
Las miradas se agolpan en una plaza ruidereña desierta, tras el estruendo del cohete inicial, que indica la salida del toro. El silencio reina en los rincones de este recorrido taurino, para dejar sonar los petardos y el palpitar de cada uno de los valientes que ponen su cuerpo a merced de este temido y amado “toro de fuego”.
La madrugada del domingo puso fin a estas ferias y fiestas ruidereñas en honor a la Virgen de la Blanca. Jóvenes, vecinos, allegados y “toros de fuego” tendrán que esperar otro año para volver a las calles de Ruidera.