El método Márquez

Tras rematar el GP de Indianápolis con una aplastante y convincente victoria ante sus rivales más directos, ahora sí en pista, Marc Márquez nos deja como conclusión con este tercer triunfo consecutivo que su plan para alcanzar el mundial está trazado a partir de lo que llamaremos, en lo sucesivo, “método Márquez”. Igual que en la F-1 las carreras ganadas “a lo Clark” (en referencia al mítico piloto escocés) eran aquellas en que, partiendo de la “pole”, jamás se abandonaba el liderato, hasta la bandera a cuadros, el “método Márquez” también tiene un exquisito diseño, más estratégico, más sutil y, por tanto, más deleitoso para el espectador; su cenit se pudo contemplar ayer en la décima carrera del Mundial de Moto GP.

  Exposición
Como en el teatro del Siglo de Oro, el “método Márquez” plantea una situación después de conseguir “poles” estratosféricas que obligan a Lorenzo y Pedrosa (en realidad sus únicos rivales en el Campeonato) a forzar desde el principio sus brillantes cualidades de “riders” para minimizar los daños. En la salida, Márquez, suele tomárselo con tanta calma que cede hasta cuatro posiciones en la largada, para recuperar hasta la tercera, detrás de su compañero Pedrosa, en el primer o segundo paso por meta. El resto de vueltas hasta completar el primer tercio del GP las dará detrás de Dani como una sombra cansina y expectante, mientras que Lorenzo, desbocado como un alazán, cree ganar décimas a la parejita de Hondas.

Nudo
El segundo tercio de carrera (siete u ocho vueltas) los dedica Marc a acosar a Pedrosa que, dada su experiencia y categoría, se lo pone crudo en cada frenada pero acaba cediendo en esas curvas de imposible trazo que Márquez negocia por el sitio más inverosímil. Pasado Dani, Márquez enfila en pos de Lorenzo llevándose tras de sí a su compañero que, por un momento, parece poder devolverle la pasada y restituir el anterior “statu quo”; esta situación de “caza a la Yamaha” levanta al personal de sus asientos y ya no se sienta hasta que la voracidad de Márquez engulle al bicampeón mallorquín que ahora sólo piensa en salvar los muebles ante la segunda Honda, la de Dani Pedrosa, que se toma su tiempo para “robarle la cartera”.

Desenlace
Como en el adelantamiento a la segunda plaza, cuando se ve líder, Márquez, no tira bestialmente desde ese momento, parece como si calibrara a su adversario por si le queda algún arma más que oponer a su hegemonía y, ante la falta de resistencia por omisión, Marc pone de tierra de por medio con un ritmo de carrera inalcanzable para Lorenzo y Pedrosa, ni que decir tiene para el resto de la concurrencia, y cruza la bandera a cuadros exultante. En el podio y la sala de prensa hay que mantener la humildad del debutante, un debutante que, por cierto, vuelve a batir registros de precocidad, en esta ocasión el de victorias en primera temporada, hasta ayer en posesión del “marciano” Kenny Roberts (tres en su debut de 1978), colocándolo en cuatro, tres de ellas consecutivas, aunque cuando “King Kenny” corría había una docena de GGPP y no casi veinte como hoy, pero es que Marc todavía tiene ocho para reventar sus datos. Otro hito del piloto de Cervera es haber ganado las tres carreras americanas del año: Austin, Laguna Seca e Indianápolis. Bien es cierto que Pedrosa, Lorenzo y Stoner ya ganaron tres carreras en un mismo país, España, pero también lo es que, en esas temporadas, como en la actual, en España se disputan cuatro carreras puntuables con lo cual no podría hablarse de “pleno nacional”, apelativo que sí valdría para el registro yanqui de Márquez.

Y los demás
Mención aparte del trío de magníficos entre los que se encuentra el campeón 2013, hay otro cuarteto desaforado en busca del podio perdido: Crutchlow, Rossi, Bautista y Bradl, aunque no necesariamente por este orden, como se pudo observar ayer, cuando un inconmensurable Bautista resistía como un jabato al británico de Yamaha con el mantuvo un electrizante duelo por la cuarta plaza a base de pasadas y repasadas, primero con Bradl de testigo impasible y luego con un envenenado Valentino Rossi que, viniendo desde muy atrás (la zona Ducati) no sólo alcanzó al talaverano y al “british”, sino que se los merendó con patatas y pepinillos al mejor estilo de la “hamburguesa cajuna”. La fase final de carrera, entre el duelo Lorenzo-Pedrosa por la segunda plaza y el espectáculo Crutchlow-Rossi-Bautista, por la tercera, demostró que la categoría goza de muy buena salud, incluido el duelo fratricida entre Hayden y Dovizioso en el alborotado gallinero de Ducati.

Nuevo triplete español esta vez con Rabat y Rins en Moto2 y Moto3 respectivamente y con los aspirantes, Espargaró y Salom, minimizando daños y esperando el regreso a Europa el próximo fin de semana en el histórico circuito de Brno (República Checa) donde los esperanzadores ensayos de Yamaha, hace quince días, auguran un poder notable con el que enfrentarse a Márquez, Pedrosa y el método Honda.

Juanma Núñez