Un año más, con la llegada de las labores agrícolas de carácter temporal, Cáritas Diocesana de Ciudad Real vuelve a lanzar su campaña «Temporeros 2013» con la que pretende hacer reflexionar a toda la sociedad sobre las situaciones que se viven en muchas de nuestras localidades con la llegada de la época de recolección, en la que es necesaria la contratación de mano de obra para la realización de las tareas agrícolas.
Esto supone la llegada de personas temporeras, tanto extranjeras como de otros puntos de nuestro país, que buscan en estos días una oportunidad de trabajo. «Son meses en los que temporeros y agricultores deben trabajar unidos y en armonía, ya que unas condiciones de trabajo dignas y justas significan futuro y beneficio para ambas partes».
«Cáritas no puede permitir que existan condiciones de trabajo indignas y degradantes, que reduzcan y rebajen a la persona temporera que se desplaza a realizar una labor agrícola, a ser un mero instrumento de lucro».
La Campaña de Temporeros no es únicamente un dispositivo en el que Cáritas, sola o en coordinación con otras entidades, organiza la ayuda que se va a prestar durante los meses de recolección, sino que también supone la denuncia de la situación en la que muchas de estas personas viven o los abusos que se cometen.
Este año, a pesar de los «escasos» apoyos institucionales que se tienen, Cáritas va a seguir prestando ayuda a las personas temporeras que lleguen, en la medida de las posibilidades de la Cáritas de cada localidad, ya que esta institución de la Iglesia Católica entiende, que en tiempos de crisis, al que más hay que apoyar es al que menos tiene.
Por estos motivos, una vez más, Cáritas Diocesana reclama que «la falta de justicia social y los recortes que se están produciendo, están mermando los derechos de todos, especialmente de los más empobrecidos, que ven en muchas ocasiones como se va minando la dignidad en las condiciones de trabajo y su dignidad como persona».
Esta institución afirma que la persona que contrata no puede tener en cuenta exclusivamente su propio interés, sino que también tiene que velar por las condiciones de sus trabajadores, y pide a los empleadores que se facilite el adecuado alojamiento en los casos en que los temporeros no dispongan de un domicilio al que regresar al concluir su jornada laboral.
En este sentido Cáritas también quiere hacer un llamamiento para que la situación de crisis no suponga la pérdida de derechos para aquellas personas que buscan estos días trabajo en el campo.
“No podemos consentir situaciones de abuso, en las que se aprovecha la desesperación de las personas por encontrar unos días de trabajo, como es el caso de personas en grave situación de exclusión, personas sin permiso de trabajo o aquellos que no tienen empleo y las labores agrícolas de temporada suponen un pequeño respiro para la familia”.
«Trabajadores sin contrato, salarios por debajo de lo que marca el convenio agrícola, alojamientos que no reúnen unas condiciones mínimas de habitabilidad, otros que ni siquiera tienen donde dormir y asearse, es un claro ejemplo de que no todas los trabajadores temporeros disfrutan plenamente de los derechos, lo que supone en ocasiones enfrenamientos y disputas que no posibilitan la convivencia». Por lo tanto, señalan desde Cáritas, «la vulneración de derechos termina afectando y perjudicando tanto a otros empresarios como al resto de trabajadores temporeros».
Cáritas subraya así que la precariedad en el empleo y la debilidad de los sistemas de protección de los derechos sociales, se están convirtiendo en el motor principal de la pobreza y de la exclusión social.
«La fragilidad social se nota de forma patente en aquellos que se encuentran en situación de desempleo y con cargas familiares y especialmente en las personas inmigrantes, tanto en situación regular como irregular, acogidas sólo como recurso laboral cuando se necesita; en tiempos de crisis los inmigrantes son rechazados, poniendo en cuestión un modelo de convivencia intercultural», añaden desde la institución.
Acciones
Durante la campaña de Temporeros Cáritas va a organizar dispositivos de atención a personas temporeras, desarrollará un servicio de acogida a las personas que llegan en busca de trabajo y dará respuesta a las necesidades básicas como alimentación, aseo personal, higiene, ropa o calzado.
Además, voluntarios y trabajadores escucharán los problemas que plantean: situaciones de abuso, precariedad de las condiciones de trabajo, falta de alojamiento…, informará y/o asesorará sobre la situación planteada y los recursos locales y trabajará con la comunidad para que sea acogedora