José Vinuesa Rodríguez.- A veces creemos que las buenas prácticas, el raciocinio, el orden, el trabajo, la organización o el buen hacer, son elementos que llevamos inculcados en el ADN del ser humano, pero, en muchas circunstancias, detectamos que existen personas que las aplastan como apisonadora enloquecida, todo en aras de su beneficio, rédito o egoísmo personal.
Podríamos nombrar cientos de casos que están ocurriendo en nuestra ciudad, donde vemos cómo esa apisonadora convierte en polvo ideas, proyectos, mociones, peticiones, preguntas, ilusiones y necesidades de los ciudadanos, asociaciones y sus representantes políticos en la oposición.
Podríamos nombrar el fantasma del teatro auditorio o el olvidado estercolero del parking del Torreón o el olvidado Cerro de Alarcos, la segunda Ronda prometida y tan necesaria, el abandono de los Anejos y el deterioro de todo el pavimento y ornamentación de la ciudad, sumida en una falta de ese trabajo y buen hacer que decíamos antes.
Y junto a ello, el deterioro de la participación ciudadana y los problemas surgidos por las subidas de impuestos y recortes en la dependencia y sectores más vulnerables como ancianos y niños.
Pero nos vamos a centrar hoy en los Jardines del Prado, espacio que hasta hace poco tiempo, por su peculiaridad, era un espacio donde se podía andar sobre tierra, con un ambiente bioclimático que no encontrábamos ya en el centro de la ciudad, era un espacio para relajarse, sin ruidos, incitando a perderse en las aventuras de cualquier libro.
Pero la obstinación, la falta de criterio, la no percepción de las ventajas de este espacio y, cómo no, el desconocimiento y la osadía, harán que el día 31 de Julio cuando los vecinos de Ciudad Real acudan a hacer la ofrenda floral a su Virgen del Prado, encontrarán un Prado vallado, deteriorado, levantado por las máquinas e inutilizado para este fin.
Incluso, si ese día escuchamos atentamente, oiremos como los árboles lloran, han sido mutilados, arrancando parte de sus raíces por los voraces y destructivos dientes de las maquinas excavadoras. Se les oirá gemir, suplicar y no entender cómo después de tanto tiempo de convivencia, de servicio a la comunidad, de cobijo y protección, desde la más tierna infancia hasta los ocasos de la vida de tantas y tantas personas bajo sus ramas y hojas, siendo sufridores, cómplices y espectadores de primera fila de hechos relevantes, religiosos, militares, políticos y festivos, ahora son maltratados expoliados y mutilados.
¡Pero todo pasará! y aunque las obras no tengan los permisos pertinentes de la Comisión de Patrimonio, ¡ya los conseguirán, apretando allí y aquí! pero la filosofía del Prado cambiará, y se convertirá en algo indeseado por la mayoría de los ciudadanos.
Veremos como el pavimento desprenderá mucho más calor, que los chicles aparecerán como setas en años de lluvia, que los árboles irán muriendo poco a poco en agonía lenta y casi inapreciable, que la tranquilidad desaparecerá y el griterío y bullicio del uso de unos juegos infantiles inapropiados, inundará este espacio, lanzando por los aires a la deseada tranquilidad y que las sillas y mesas de las terrazas se extenderán al olor del negocio
¿Quién decide cuando se inician las obras y el momento inadecuado?
¿Quién decide la ornamentación y colocar juegos infantiles para esta obra?
¿Quién decide pavimentar y romper la esencia de este espacio emblemático?
¿Quién decide convertir nuestro Prado en carne de terrazas?
Preguntas que nos podría contestar nuestra alcaldesa Rosa Romero, pero creo que las buenas prácticas, el raciocinio, el orden, el trabajo, la organización o el buen hacer, son elementos que no tiene inculcados en su ADN.
Adiós amigo Prado, no volveremos a vernos y, si lo hacemos, no nos conoceremos.
Pues insisto en que ya era hora arreglar el Prado, también hay que respetar a los que lo estábamos pidiendo hace años
ABSOLUTAMENTE DE ACUERDO, VINUESA. Ya le hemos dado tantas vueltas a esa sinrazón que, lo único que nos queda, es esperar a que Rosa Romero salga del Ayuntamiento y llevar a un vertedero las baldosas del Prado y el helicóptero para que haya un poco menos de sinsentido en la ciudad.
¡Muy bien Pepe!, las obras se van haciendo sin haber sido consultadas al pueblo. Un gasto innecesario, sabiendo como están las arcas municipales, ademas de realizar algo que la ciudadanía no veía prioritario. hubiera sido más racional acometer estas obras en otros lugares, que más lo necesitan.
Lo de que los tontos siguen…es una «bonita» manera de descalificar a otras opiniones…pero a lo que voy.
Ayer llegaron a mis oídos que cierto concejal se va jactando de que las protestas ya han cesado y de que el proyecto sigue…que las protestas se debían a falta de información.
Esa chulería es propia de un premio Nobel pero al revés, pero que muy al revés…vamos…de sonrojarse. Los cacho de adoquines que están poniendo son una barbaridad en un piso arbolado que se denomina Prado. Que cargarse las plantas de un jardín para poner unos toboganes…eso no lo hace ni el más cateto del pueblo más atrasado del mundo.
Prado adoquinado,… que sí, que sí que lo hace el más cateto del pueblo más atrasado del mundo…, ya lo están haciendo nuestros lumbreras del ayuntamiento apoyados por cuatro a quienes deben favores electorales….. y encima alguno habla de tontos, y no sé qué más…. llamarles catetos es poco,… seguro que a alguno como el R Gar Gar le compras una entrada pa los toros y le das un bocata salchichón y se va a la Plaza tan contento… je je je.
Impaciente por ver finalizada la reforma… y llena de Rayos y R Gar Gares dándole esa vida que injustificadamente dicen que le falta a ese, antes jardín, ahora zona urbana embaldosada.
Ya me lo imagino lleno de gentecilla variopinta sobre la flema de las baldosas…. je je.
Algunos pensamos y pensaremos que la Rosita se ha columpiado pero bien con esta historia. Es lo que tiene hacer las cosas sin querer escuchar nada más que a los cuatro lameculos que tiene alrededor. Lo lamentará pero lo malo es que ahí va a dejar la joya…y nos la vamos a comer con pimientos. Hatajo de inútiles !
Josué, de comérnosla nada. Yo espero que en el programa electoral de los partidos de la oposición quede reflejada la retirada de esas baldosas y la reposición de un suelo natural. Me da igual si es Albero o rayadura de diamante pero, que no haya ni una baldosa en El Prado. Porque los grandes parques españoles lo que tienen son buenos drenajes, no baldosas.
El Prado tenía un microclima y un frescor que los adoquines recalentados no van a procurar, lo que seguramente traiga como consecuencia la muerte del arbolado. Por no hablar del hielo en invierno, que nos olvidamos muy pronto de cómo hay que poner sal en invierno en la Plaza Mayor.
Y el que no lleve eso en el programa que lo vote Rita la Cantaora.
PD: y que que el camión que lleve las baldosas esas al vertedero, que se lleve tambiën eñ helicóptero.
Solo falta que pongan baldosas en el Gasset.
Ya se ha iniciado el adoquinado y podemos ver como algunas enormes raices sobresalen del adoquín, o no se han atrevido a cortarlas o no sabemos como van a disimular tal tropiezo.
Pero la verdad es que perderá su ambiante fresco y quedará hecho una era.
Entre la flama,el griterio, las terrazas y los chicles, habremos ganado en inversión publica como dice R Gar Gar, no sabemos que tiene que ver la inversión publica con esto, pero ¡sí el lo dice, será verdad!, ¡como está en el montón de los listos!
Estimado Sr. Gar Gar: Los criterios economicistas no siempre justifican cualquier tipo de obra, no siempre la cantidad debe estar por encima de la calidad. Así pues, en el caso de los jardines del Prado, hubiese bastado la realización de las rampas de acceso para discapacitados físicos y una mejora del albero, antes que convertir en un nuevo desierto lunar otra zona de ocio y esparcimiento de la ciudad, como ya ocurriese con su vecina la plaza mayor, en la cual sólo se puede estar debajo de los soportales a ciertas horas del día, porque el resto está a la intemperie y ya está.