Manuel Valero.- No es nuevo. Ciudad Real es territorio finquero de las grandes fortunas de España y del duque de Westminster. Esta provincia hasta ayer atrasada hasta las trancas, con una secuela del NO-DO rural, tiene la preclara y antipática singularidad de ser casi un tercio-calculando a ojo- una provincia privada.
Si se pusieran en feliz colindancia toda la tierra a nombre de apellidos que no describo por no contaminar el teclado que me mantiene, se llegaría a un mar de tierra en el corazón ibérico. Aquel apellido de caudales incontables que no tenga unos miles de hectáreas en Castilla-La Mancha, y mejor aún, en el distrito de Ciudad Real, es como si estuviera a punto del desclasamiento así fuera su fortuna tan inmensa como la estupidez humana. Son apellidos de renombre, marchamo de grandes empresas del ladrillo y de bancos amables en los anuncios de la televisión. Las dos baderas que han llevado a España, junto a la codicia ancestral de cada uno, a la situación en la que estamos.
Si se pusieran en feliz colindancia toda la tierra a nombre de apellidos que no describo por no contaminar el teclado que me mantiene, se llegaría a un mar de tierra en el corazón ibérico. Aquel apellido de caudales incontables que no tenga unos miles de hectáreas en Castilla-La Mancha, y mejor aún, en el distrito de Ciudad Real, es como si estuviera a punto del desclasamiento así fuera su fortuna tan inmensa como la estupidez humana. Son apellidos de renombre, marchamo de grandes empresas del ladrillo y de bancos amables en los anuncios de la televisión. Las dos baderas que han llevado a España, junto a la codicia ancestral de cada uno, a la situación en la que estamos.
Pero no hay ningún problema. La propiedad privada está garantizada en este nuestro país democrático y civilizado y la tierra es susceptible de terratenencia con los papeles en regla. Esa posesión de antipática querencia medieval se refuerza con las relaciones, casi siempre, cinegéticas con la Casa Real. No trato de hacer un alegato contra la caza simplemente constato lo que todo el mundo sabe: que mucha tierra en pocas manos ricas hasta el aburrimiento siempre desembocan en esa actividad, que los expertos, según y cuáles, dicen que aporta PIB por el PUN de las escopetas. Pero una cosa es la incómoda antipatía de los ricos de tener, que aunque legales, disfrutan de la vida a su manera -con su champán se lo beban- y otra, que se hagan dueños y señores de caminos públicos, vías pecuarias y de todo lo que se menea, y alambren el campo aprisionando el hilo de propiedad pública por el que pasan las personas sin más tierras que la del suelo que hay bajo el techo de sus casas.
Ir al campo hoy es como ir a un laberinto de cable espinado, de portezuelas infames. Porque esta gente, gente, gente fungible al fin y al cabo, tan miserable y defectuosa como cualquier otra clase del género humano, piensa que puede ponerle puertas al campo y al mismo cielo, si en sus manos estuviera.
Es una costumbre que se viene practicando desde décadas sin que la España social y socialista que se amaneció en este páramo en todos los niveles de la socialdemocracia rediviva: Gobierno central, Junta, Diputación y ayuntamientos, ni la episódica y ahora retornada Administración popular, hayan variado un ápice el mapa feudal de la provincia. Quizá por eso sea la única que se denomina real, que no es de realidad, sino de realeza.
Hay un duque – lo de señor lo dejo para el humilde jubilado que se solaza al sol si le pregunto por una calle- que ha dado un paso más, dada la sensación de impunidad con la que se mueven los terratenientes de la vergüenza. Ha puesto una cancela en el camino de acceso al Viaducto que atajaba una garganta cuando se construyó el ferrocarril de Puertollano a Conquista cuando el esplendor de los carbones mineros. Ha puesto una puerta y la prohibición de pasar, gimnasia muy suelta de estos congéneres tan ricos que sólo tienen dinero.
Claro, es legal, la Finca La Garganta una de las mayores de España que está en Ciudad Real, -dónde si no-, es una de las más grandes de España y pertenece a una de las más grandes fortunas de Inglaterra, todo grande, muy grande, tan grande que pisa lo chico como el ogro tonto de los cuentos.
Pues bien, hasta aquí hemos llegado. Cerrar el acceso a un viaducto construido en su momento por el Estado, sellar un camino que es gloria bendita para el senderismo y hurtar de la belleza de un paisaje en medio de la cochambre humana con la que nos desayunamos todos los días, es sencillamente intolerable, por mucho que las escrituras de la propiedad estén escritas en verso. Estamos en un país libre y en un Estado democrático, y una Administración al servicio de los ciudadanos, se supone, que debe atender sobre todo y principalmente los intereses generales e incluso posibilitar que un ciudadano con salario mínimo interprofesional pueda ir al Viaducto, si no a tirarse de cabeza, si al menos aliviar sus penas mirando las flores algodonadas de la jara
La Junta de Comunidades competente en vías pecuarias debe poner al duque en su sitio activando los mecanismos legales y democráticos del Bien de Interés Cultural y los ayuntamientos y los alcaldes de los ayuntamientos pequeños – hormigas sin nombre frente a la magna (por decir algo) sociedad Villamagna SA, al frente de la cual está el de Westminster, posiblemente ajeno a todo y contento y ancho de no acertar a contar su fortuna mientras toma él te- tengan la dignidad suficiente de subirse a los ridículos bigotes de estos aristócratas.
Por mucho que paguen sus impuestos, faltaría más. El Viaducto debe ser BIC ya, de inmediato, y atajar de un tajo esa insolente rémora medieval. No me cae simpático Gordillo, el andaluz, pero en ocasiones uno desea tener una versión en Castilla-La Mancha.
Muy bueno. Gracias por decir lo que todos pensamos. El ejercicio abusivo del poder y la riqueza es algo que da grima.
Más claro, el agua.
Mucha tierra vacía,ignorada, en la que se cuecen los negocios más importantes…Siempre me sobrecogió saber que aun palmo de nuestras narices,16 km, no más y que en paz descansa, al menos de momento,….aterrizaban de incógnito…los magnates más importantes de la tierra…Gadafi…y CIA, para pegar tiros a las perdices, a los ciervos..y al futuro del mundo. Y nosotros…empeñados en salvarlo…de no sé qué…Buen artículo, maestro.
Aqui en minas del horcajo siempre pasa lo mismo.nos cortan TODOS los caminos de acceso al pueblo dejan solo el tunel, claro lo dejan por que no pasa por su territorio.cortan el camino de acceso de toda la vida el camino de puertollano por el cerro de los ladrones (tambien tienen escrituras)cortan el camino real de la plata desde el inicio con su finca hasta el final los noventa metros q tiene esta cañada real tambien deben tenerlos escriturados
cortan el camino de fuencaliente q sale desde lo que era la plaza de toros pasa por debajo del famoso viaducto y sigue todo el arroyo del nacedero .que decir de este camino q es maravilloso pasear por el.tiene sitios con grandes abetos q debe de hacer años q no da el sol.bueno y asi podria seguir hasta un total de doce o catorce caminos todos ellos cortados y nadie a movido un dedo para solucionarlo.eso mismo pasara con el viaducto q de aqui a unos dias o unas semanas se olvidara y nosotros tendremos un sitio menos para ir a bueno a olvidarnos por un rato de los problemas contenplando las vistas desde este puente.y por ultimo este señor ingles de cuyo nombre no quiero (ni puedo) acordarme ha adquirido el coto del termino de minas del horcajo (le hara falta mas terreno con 1500 hectareas q tiene) bueno pues no creo q lo haga por la caza q tiene el coto si no por tener a sus guardas todo el dia dando vueltas por el pueblo.en fin gracias a quien intentan ayudar de buena fe pero ojala me equivoque el viaducto quedara cerrado como todo lo demas gracias por todo señor valero un saludo de un horcajeño