El miembro de la Ejecutiva provincial del PSOE en la provincia de Ciudad Real, Eduardo del Valle, ha asegurado que cuando vuelvan a gobernar los socialistas recuperarán los orientadores laborales así como la figura de los CLIPE (Centros Locales de Intermediación y Promoción de Empleo) suprimidas por Ejecutivo regional de Castilla-La Mancha.
Un compromiso que adquieren debido al “trabajo fundamental y extraordinario” que realizaban en la intermediación con las empresas, que en el caso de la provincia ciudadrealeña se cifraba en 1.200 personas colocadas al año. “1.200 personas son muchísimas, y no se puede dejar tirar por la borda el trabajo de estos profesionales”, ha indicado Del Valle.
Esa labor, tal y como ha detallado el dirigente socialista, era desarrollada en los CLIPE existentes en Alcázar de San Juan, Daimiel, La Solana, Manzanares, Tomelloso y Valdepeñas, además del de Almadén, algo que ahora desaparece tras “el duro revés” que ha supuesto la Orden del 21 de mayo de 2013 de la Consejería de Empleo y Economía “pese a que se trataba de organismos eficaces y con datos magníficos en cuanto a la creación de empresas y a la gestión de empleos”.
«Y es que, tras esa Orden, los CLIPE quedan excluidos de las líneas de ayudas que concede el Gobierno regional, lo que lleva irremediablemente a la desaparición de un tejido que durante ocho años ha estado trabajando por la inserción de las personas desempleadas», asegura.
Del Valle ha recordado que ya el Gobierno de Dolores de Cospedal “hizo desaparecer la red de orientadores laborales”. Desde el PSOE hablan de «una gran pérdida de expertos que lograban colocar a más de 2.000 parados de la provincia de Ciudad Real en el mercado de trabajo».
Del Valle ha hecho especial hincapié en «el impacto de ese tijeretazo», al poner sobre la mesa que en el año 2011 el Servicio Público de Empleo gestionaba el 11% de las ofertas del mercado de trabajo, mientras que en mayo de 2013 ya solo gestiona el 4%, «siete puntos porcentuales de reducción que llevan a que Castilla-La Mancha tenga los peores indicadores de toda la historia de la Consejería de Empleo desde que se transfirieron las competencias en el año 2003».
Para ilustrar el efecto de la pérdida de los orientadores laborales, Eduardo del Valle ha relatado el “desastre” y la “confusión” de la tramitación de las pocas ofertas de empleo, «las cuales se tramitan por teléfono, un procedimiento que para empezar deja fuera a todas aquellas personas que no tengan un teléfono móvil, pero es que, además, en las familias donde hay más de un miembro en paro lo normal es que se dé un único número de teléfono, y las ofertas van sin especificar el destinatario, lo que está suponiendo en ocasiones es que responda a la oferta el que no debe y no tiene los requisitos».
