Los reputados baloncestistas de la NBA, hermanos Gassol, han entrado a disputar los rebotes de canasta, producidos por dos colaboradores de Miciudadreal, con un visible hilo conductor. Consistente, a mi juicio, en dos flancos del rebote. Así: “Menos integrismo –mantiene Marc –y más dejar hacer [porque] la reforma beneficiará a la mayoría” [de ciudadanos, se sobreentiende]. Y además, toda transformación ha sido elemento común en las reformas anteriores y en la historia misma; historia y transformaciones, que introdujeron modificaciones sucesivas, como se aprecia en las colecciones de imágenes aportadas; porque a juicio de Pau, “el DNI [ciudadano] lo tienen las generaciones de Ciudadrealeños que han visto cambiar la ciudad”. Que es una actualización de lo afirmado por San Isidoro de Sevilla, cuando afirmaba que “la ciudad son la gente que la habita”. Pero esa gente debe de tener voz propia y merece ser oída, y más en cuestiones tan evanescentes como estas suscitadas.
Dicho todo lo anterior, viene el enredo de la canasta. En primer lugar, el de saber cómo se definen “los beneficios de la mayoría”, para evitar que ésta sea una mayoría exigua, frente a la “inmensa minoría” juanramoniana. Y en segundo lugar, la duda no menos grande del optimismo del llamado, por Gonzalo Fernández de la Mora ministro franquista que fuera, del ‘Estado de Obras’, al afirmarse que todo obra “mejora la ciudad y que sientes que Ciudad Real es un buen sitio donde vivir”. En un encadenado no demostrado entre Patrimonio, Transformación y Cambio. Todo ello, a propósito de la polémica, que se alarga y dura, sobre las reformas de los jardines de El Prado, que precisa de algunas matizaciones sobre las mismas obras y su significado.
- Voluntad y compromiso. Las obras citadas según nos han repetido los rectores municipales, nacen del compromiso expresado con el Programa Electoral Municipal Propio de 2011. Cuando bien sabemos, que no todos los Programas Electorales nacen y se ofrecen para ser cumplidos. Más aún, por mucho que se alardee en los cómputos de gestión, las omisiones son superiores a los cumplimientos.
- La necesidad. La zona necesitaba la actuación perseguida con las obras, se afirma desde las mismas plataformas. Cosa discutible en su totalidad, y máxime si se las compara con otras necesidades de zonas no menos centrales. Por no citar a las periféricas. La zona ha sido un estandarte de muchas procesiones de su abandono, en los últimos años. Centralidad de botellones en las zurras pandorgueras –no hace tanto tiempo –y sede acumulada de marginales hasta antes de ayer. Y ahora, de súbito, descubrimos que la almendra patrimonial y caracteriológica, duerme en El Prado junto a las palomas y a un santo bebedor.
- La Unicidad y el vacio. El Equipo de Gobierno, ha sido sobrepasado por los acontecimientos y por las opiniones encontradas frente a su parecer. Careciendo de plan B o de alternativas negociables. No basta con afirmar, como se hace, que ha sido oído el Consejo Local de Accesibilidad y opiniones relevantes que no han salido a la palestra. Habiendo fallado, estrepitosamente el Equipo de Gobierno, tanto en la Comunicación como en la transmisión de los contenidos afectados por las obras promovidas.
- Patrimonio a la carta. Más allá de las afirmaciones sobre la procedencia/improcedencia del trámite aprobatorio, ante la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico Artístico, se ha producido un filibusterismo político de calado. Parece cierto que la Catedral, al ser su declaración (del 3 de junio de 1931) anterior a la Ley del Patrimonio Español de 1985, carece de entorno; por lo que habría que estar a lo señalado en otras disposiciones. Cosa que, por cierto no ocurre y nadie ha dicho y citado, con la casa de Hernán Pérez de Pulgar (Resolución de 5 de junio de 1990), que cuenta con un visible y apreciable entorno, que señala a los Jardines objeto del debate. Por lo que toda actuación deberá de someterse al trámite informativo y vinculante de la CPPHA. Que por cierto no ha abierto la boca ni ha formulado opinión alguna al respecto.
- Entidad y diversidad. Parte de la innecesaridad de la consulta se esconde en la escasa entidad de lo pretendido: actuar a ras de suelo, sustituyendo albero por piedra y llenando un parterre de cachivaches para juegos infantiles. Históricamente El Prado ha acumulado todo tipo de piruetas similares y la reacción ha sido muy otra; como si mostrara una rara flexibilidad o una extraña capacidad de fagocitar formas y señales. Desde el solado del perímetro, con un vibrazo industrial horrible (por muchas enseñas de Órdenes Militares que se tatúen) a una estatuaría disonante que se agrega sin programa establecido; desde la colocación del Monumento a los Caídos a su traslado al cementerio ya en los años ochenta; también la disposición forzada del templete proveniente de los balnearios de Villar del Pozo.
- Otra entidad. No menos diferente en esas alteraciones históricas, ha sido toda la producción del borde edificado, que ya mereciera el reproche temprano de la Baronesa de Sansaldo en 1964, al hablara de la fisaciana Casa de la Cultura “Una línea moderna de níqueles y cristales en un venerable conjunto antañón”. Borde edificado que ha venido experimentado intervenciones llamativas y aún estrambóticas en ese “conjunto antañón”, sin que se hubieran levantado voces en su contra. Lo que debe dar qué pensar, en otros tiempos y en otras actitudes. Pero también en que “los tiempos cambian una barbaridad”.
- Convencimiento y poder. El Equipo de Gobierno Municipal no sólo ha fallado en lo citado en el punto 3º, Comunicación y Alternativas, sino que no ha sabido convencer de sus razones y argumentos a sus oponentes, Oposición Municipal incluida. Dando muestras de extrañeza ante la crítica sostenida y practicando un enroque “a la turca”, por su actualidad vibrante.
- Crítica y verdad. Cabe formular la extrañeza mostrada por el Portavoz Municipal Martín y otros agregados como los hermanos Gassol: “¿cómo se critica, cuando se mejora la ciudad?”. Cuando lo que habría que plantearse antes, es el concepto mismo de la mejora urbana y de su atributos. Más allá de un territorio compartido y común, lo normal es que todo, en estos territorios sean desavenencias.
- De los juicios. Lo que parece evidente en todo esto, es la dificultad de consensuar los juicios estéticos y políticos. Por otra parte y como la verdad está repartida, ni el pasado sangra ni el futuro mata. Porque “ni todo tiempo pasado fue mejor; ni tampoco todo el futuro es Jauja”.
- De vera veritatis. De igual forma que la acumulación del pasado no es historia por sí sola; de la misma forma podríamos advertir que no todo lo que se realiza con buenas intenciones tiene que ver con buenos resultados.
Si yo fuera el fiscal, tenía ya el trabajo hecho. Ctr+c y ctr+v y paralización automática de las obras.
Gracias Rivero!
Me parecía que debía darte las gracias, José Rivero, por tu artículo y como parte «afectada» por los comentarios de la «NBA», así lo hago.
Y termíno con este «copio-pego» de la R.A.E.:
integrismo.
(De íntegro).
1. m. Actitud de ciertos sectores religiosos, ideológicos o políticos, partidarios de la intangibilidad de la doctrina tradicional.
2. m. Movimiento ideológico español de fines del siglo XIX basado en principios antiliberales y que propugnaba la aplicación inflexible de la doctrina tradicional católica.
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Afirmo que no me identifico con nada de esto.
Gracias.
Quién me iba a decir a mí que unos parientes tan inmensamente ricos y famosos se acabaran acordando de unos culipardos del tres al cuarto y de un aficionado a plumilla del quinto al sexto.
Este artículo lo guardo para mis descendientes.
Gracias Pepe.
se acabaran acordando de unos parientes» culipardos,
del tres al cuarto y de un aficionado a plumilla del quinto al sexto.
¡¡¡Ahora sí….!!!! Ha sido el susto.