Entrevista con la escritora Esther Ginés: «Las mentiras, las máscaras y los engaños son habituales y forman parte del juego de esta nueva sociedad»

El periodista y escritor Manuel Valero entrevista a la periodista literaria Esther Ginés (Ciudad Real, 1982), que se estrena en la narrativa con “El sol de Argel” (Ediciones Carena). Muy bien acogida por la crítica literaria, “El sol de Argel” es una novela psicológica sobre el trasfondo de una historia detectivesca. En la entrevista, la joven autora aborda las dificultades que salen al paso en el camino de la literatura, y reflexiona sobre el oficio de escribir como ejercicio de crítica ante la sociedad actual.
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M. Valero.- ¿Cuándo fue que sentiste la necesidad de escribir?

E. Ginés.- Empecé a escribir muy joven, en la época del instituto. Lo que más me llenaba en esos momentos era la poesía. Después me animé con los relatos, pero creo que mi ritmo narrativo pronto me empujó a la novela, y de hecho es el género en el que me siento más cómoda. Como mucha otra gente que escribe, empecé por soledad, para entenderme mejor y buscar respuestas a todo aquello que no comprendía o no me gustaba del mundo que me rodeaba. Los escritores somos unos grandes inadaptados, nos pasamos la vida cuestionando y analizando todo.

Escribir conlleva el riesgo de descubrirnos a los demás. ¿Nos hacemos más vulnerables?

Creo que todos los artistas siempre se exponen, por supuesto. Mostrar tu trabajo al público implica desnudarse de una forma casi física y a veces es doloroso, sobre todo cuando uno es tímido. Pero también lo entiendo como una exposición buscada, ya que el autor necesita y quiere ser leído. Lograr una cosa implica aceptar la otra y asumir que la exposición a veces es dañina.

En todas tus entrevistas has especulado con las máscaras que ocultan identidades verdaderas,que la gente no se ofrece tal cual es. ¿Crees que la máscara, la doble identidad-moral regresa ahora con más fuerzas a través de la red?

Sí, por supuesto. Creo que en general internet tiene esa gran desventaja, que todo puede ser tan irreal…Y cuando hablamos de redes sociales, las mentiras, las máscaras y los engaños son habituales y forman parte del juego de esta nueva sociedad que nos ha tocado vivir.

«Ahora mismo apenas hay compañerismo entre escritores, una auténtica pena»

Ya no hay grandes amistades ni grandes amores entre literatos como entonces… Perdona, pero soy un fan del siglo XIX y de la Literatura que se hacía entonces y cómo los autores se conocían e influían.

Estoy de acuerdo en que ahora mismo apenas hay compañerismo entre escritores, una auténtica pena. Los ya consolidados, generalmente, no quieren ni oír hablar de los que empezamos, y no hablo de apadrinar o recomendar las obras, sino de prestar atención a cómo está el terreno de los autores noveles. Nunca lo entendí y ahora, que he publicado, lo entiendo aún menos.  Siempre hay excepciones, por supuesto. Paradójicamente, he encontrado un gran apoyo en varios autores debutantes, y me quedo con la experiencia de saber que sí hay escritores  solidarios que en un futuro ya no serán noveles y sin embargo no dudarán en ayudar a los que  vayan llegando.

Por cierto, ¿qué significa la red, las TIC para un escritor contemporáneo…?

Un gran campo de oportunidades. Creo que hoy en día se ha eliminado la barrera que existía entre el escritor  –a quien se tomaba por alguien permanentemente enclaustrado – y el lector, y eso quiere decir que el escritor tiene que entrar en ese “juego” de relacionarse, de mostrar su obra ante todos. Las redes sociales, aunque esclavizan, también son muy gratificantes, ya que a través de ellas se puede estar en contacto con lectores de países lejanos.  Para mí, tanto Facebook como Twitter son herramientas muy valiosas, aunque reconozco que quitan bastante tiempo.Esther2

Si me permites, Esther, como escritor y colega tuyo en el oficio, sostengo que hoy no se escriben buenos libros de Literatura, sino libros de betsellers, y alguno sale bueno.

Aquí creo que no estoy del todo de acuerdo. Quizás soy una romántica de la literatura…Creo que hay muchos autores que nos lanzamos con temas poco o nada comerciales. A mí, con El sol de Argel, más de un editor me rechazó por no ser el libro, a su juicio, una novela “vendible”. Cuando un editor utiliza este término realmente te está diciendo que necesita vampiros, novelas eróticas de muy dudosa calidad o un Dan Brown a la española. Pero creo que muchos de los que escribimos no lo hacemos con intención de ser un best-seller, sino simplemente porque creemos en lo que hacemos y le ponemos honestidad. Pienso que un autor debe ser, ante todo, honesto consigo mismo y con la literatura que quiere hacer.  Dicho lo cual, hay novelas excelentes que son superventas…pero el término se ha maltratado tanto que a veces nos olvidamos de que Cortázar, Tolkien, García Márquez o Hemingway son autores de masas y con excelente calidad.

Un escritor es, sobre todo, su estilo. ¿Has comenzado a esbozar ya el tuyo en tu primera obra?

Creo que sí, que tengo mi estilo muy definido, ya que llevo muchos años escribiendo y realmente El sol de Argel es mi tercera novela (las otras dos las veo precisamente como ejercicios de estilo). No obstante, al igual que todo en la vida, los años nos hacen evolucionar y espero ir puliendo todo aquello que no domino.

«No cambiaría la litaratura por nada, ¡aunque en este país se valore mucho más a cualquier futbolista!»

También tenemos la facilidad de crear mundos, situaciones, incluso de fabricarnos nuestro alter ego. Eso es fantástico… Si estoy enamorado de una chica y su correspondencia es imposible y soy escritor, puedo curar las heridas escribiendo una buena historia…

Muy cierto. Alguien dijo una vez una frase que me encanta: “Si no puedes olvidar a una persona, conviértela en literatura”. Creo que la escritura tiene ese algo tan especial. Revivir lo vivido desde otra perspectiva, imaginar otros mundos, dialogar con los fantasmas personales que todos llevamos dentro, enamorar a lectores desconocidos…No lo cambiaría por nada, ¡aunque en este país se valore mucho más a cualquier futbolista!

¿Qué tal por la Feria de Madrid?

Está siendo una experiencia inolvidable…afortunadamente, había vivido la de Ciudad Real, que me hacía mucha ilusión por ser mi tierra, y Guadalajara, donde me han tratado fenomenal, pero Madrid era un sueño, algo que casi me parecía imposible al no tener caseta mi editorial. He tenido la suerte de contar con el apoyo de dos pequeñas pero valientes librerías: Cervantes y Compañía y La Marabunta. A ellas les debo ese privilegio de encontrarme con nuevos lectores en esta feria tan importante.

¿Cuándo vuelves a firmar?

 Firmaré el próximo miércoles, 12 de junio, a las 19 horas en la caseta 118, de la librería La Marabunta.

¿Cómo va El sol de Argel, sigue luciendo y bien?

Sigue muy vivo,  lo cual es una gran noticia en estos tiempos, donde los libros se vuelven invisibles a los dos meses de publicarse (salvo los grandes, claro). El día 15 viajo a Segovia a presentarlo, a una librería –café muy especial.

¿Qué has aprendido como escritora de todo cuanto te ha ocurrido desde que publicaste el libro hasta ahora?

Que la escritura es una auténtica carrera de fondo y las prisas no son buenas compañeras para este oficio; y también que antes de conocer en primera persona este mundo lo idealizaba mucho, y ahora le veo bastantes cosas negativas; quizás antes era mucho más ingenua. Han sido seis meses desde que salió el libro, pero tengo la sensación de haber crecido mucho en experiencia y en madurez.

Dicen que los escritores somos muy celosillos y que cuando vemos que alguien acierta con un buen boom editorial, creemos que se trata de cualquier cosa menos de calidad literaria. Yo te soy sincero, suele ocurrir más veces de las habituales….

Yo también soy recelosa ante estos fenómenos que, de la noche a la mañana, se cuelan en todos lados. Voluntariamente, nunca leo estas novedades tan comerciales que nos meten por los ojos hasta en las gasolineras, a no ser que alguien de cuyo criterio me fíe me las recomiende o sea de un autor que respete.  Por desgracia, creo que es lo que hacen los autores consolidados con gente como yo…(risas)
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¿Cómo será tu nuevo trabajo? ¿Puedes adelantar?

 ¡Soy muy supersticiosa con eso! Tengo la sensación de que si cuento de qué irá mi próximo libro, alguien me dirá: ¿cómo te atreves con esa historia? Con El sol de Argel ya me pasó, y a veces me hizo sentir dudas de si era una historia que merecía la pena ser contada.

 ¿Sueñas con llegar a  ser un día rica, famosa, reconocida, leída y admirada? Sí, todo seguido…

Jajaja. Como tantísimos otros españoles, por desgracia sueño con tener un trabajo digno, que me permita llegar a fin de mes sin cruzar los dedos, y que me deje tiempo libre para organizarme y escribir. ¡Ya es mucho pedir! Sí me encantaría, por supuesto, ser leída y no rica, pero sí poder dedicarme a la literatura a tiempo completo, pero sé que eso es una utopía en este país. Muy pocos lo logran, y normalmente el precio que han de pagar por ello es muy elevado.

¿Qué libro reciente te dejó sin habla?

Estoy terminando una novela maravillosa y durísima que se llama Respirar por la herida, de Víctor del Árbol. Una obra  de las que no te deja indiferente y que seguro no olvidaré en mucho tiempo, lo cual me parece una de las experiencias más bonitas de ser lector y escritor.

En Ciudad Real hablamos de los premios, yo mismo escribí un artículo sobre el particular en este medio y no me duelen prendas: son un fiasco. ¿Qué opinas, tú? ¿Hay que pasar por el aro de los premios para ser alguien en el mundo editorial?

No conozco todos los premios literarios que hay en España, pero la gran mayoría están previamente dados, y esto lo sabemos todos los que nos movemos en este mundillo, bien como periodistas culturales, bien como autores. Otra cosa es que se pueda o se deba decir en voz alta. No me queda duda de que habrá pequeños premios limpios, pero su repercusión mediática es tan limitada que puede que no resulten interesantes para cierto perfil de autor. El problema es que la crisis ha hecho desaparecer la mayoría de esos galardones, pero nos sigue dejando los “gordos”, que son los poco o nada fiables…Como lectora, no me interesan nada esos premios. Algún autor al que respetaba mucho ha ganado un premio que ha hecho que me replantee qué tipo de escritor era y si quiero leer a alguien así, pero prefiero no pensarlo mucho. Y, como autora, a día de hoy no me planteo presentarme a ningún concurso.

¿Todo está ya contado y por lo tanto hay que contarlo de otro modo o todavía existen por ahí historias inéditas o insólitas esperando a ser contadas?

Soy de las que piensan que todo se ha contado, pero el cómo se cuenta es lo importante. Siempre cito el ejemplo de la fabulosa saga Harry Potter. Su autora, J.K. Rowling, confiesa que sin Tolkien o C.S. Lewis, autores de El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia, nunca hubiera podido crear Harry Potter. Pero lo creó, inspirándose en ellos, pero al mismo tiempo dándole un enfoque personal y tan original que cautiva hasta a los adultos. Considero que mi novela, El sol de Argel, toca temas que ya se han tratado, empezando por el viaje personal del “héroe”, que es lo que se nos cuenta en La Odisea…pero si pensáramos eso, dejaríamos de escribir y nos perderíamos obras tan bien criticadas como la reciente Intemperie, el debut literario de Jesús Carrasco, que ha logrado las mejores críticas en todos los suplementos culturales de España.

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2 COMENTARIOS

  1. Pues tiene muy buena pinta la novela. Me han hablado de ella y bien, habrá que pillarla porque estará en las librerias de Ciudad Real. Alquien sabe donde?

    • Está disponible en Litec, y también la he visto en Cilsa y en Birdy. Yo la compré en Navidad y se lee del tirón, así que la recomiendo

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