Leo en estos días de post-celebraciones romeriles (y no por la Alcaldesa que de suyo es Romero, pero no Romera de romería), que la Virgen de Alárcos se nos presenta, o es presentada como ‘Co-patrona’ de la ciudad. Y parece, por la repetición sostenida y aireada, que la idea gusta o ha gustado en el respetable, que piensa y cree lo del dicho viejo, aquello de que “Lo que abunda no daña”. Que a fin de cuenta eso es un copatrocinio: una dupla, o una dobleta. Además de que a la ‘Co-patrona’, la Alcaldesa Romero, ahora sí en la romería, le encomendó el encargo, desproporcionado, de la lucha contra el paro local, desde los farallones del cerro. ¡Menudo encargo!
Porque más allá de ello, no se sabe qué cosa puede ser y significar eso del copatronato o del copatrocinio; más allá de la advocación dual y de la doble protección. Hace ya algún tiempo escribí la extrañeza de que muchas ciudades tuvieran en su almarios y santorales, un Patrón y una Patrona que le guardaban las espaldas y las cabezas. Y que Ciudad Real, sólo contara con la segunda de las advocaciones, vinculadas a la llamada, en otros tiempos, Virgen de las Batallas hoy Virgen del Prado. Que careciera la ciudad, en suma, de un doble patrocinio o patronazgo, y de una mano varonil que le ahormase las protecciones y le aliviara de los pesares y malos tragos. Un Santo Varón, y nunca mejor dicho, que nos cuidara y alentara, como lo hacen de hecho los miembros del Santoral masculino, ya fueran Isidros, Santiagos, Roques, Bartolomés o cualquier otro.
Ahora por mor de la abundancia, hemos cubierto el puesto del Patrón ausente, con el de una sobrevenida ‘Co-patrona’, a favor de la Virgen de Alárcos. Olvidando las rivalidades y afrentas sostenidas históricamente, entre el Pozuelo Seco, donde aparecida fuera la Virgen de las Batallas, y el lugar a la vera del río conocido como Alárcos, que contaría con patrocinio propio y autónomo. Más aún, la extinción de un lugar, suponía el florecimiento del otro y su inversa; por lo que vivirían una rara y extraña rivalidad, que haría difícilmente creíble lo del copatrocinio de sus Vírgenes protectoras. Como si lo que fuera de Alárcos no pudiera serlo del Pozuelo y luego Villa Real, y su inversa cierta.
Aunque rareza por rareza, ya sea más rara la confusión existente entre el patrono y la patrona, que más bien y tratándose de mujeres deberían ser matronas. Porque por mucho que omitan y silencien, una Patrona, como un Patronato, como un Patrocinio y como Patronímico, bebe las aguas, no del Guadiana, sino de la raíz latina de ‘Pater’, que se vincula con paternidad como todos ustedes pueden observar. Mientras que una mujer elevada a la categoría de Patrona protectora y emblemática, debería de serlo bajo la carpa del Matronato, del Matrocinio y, obviamente, de la Matrona. Que a fin de cuentas explica mejor la relevancia del género del patrocinio. Y de los encargos delirantes.
José Rivero
Ese Vicente Fernández..
El santo me dicen todos
por que alas guercas yo santifico
les pido cierren los ojos
y que me pongan cerquita el pico
con dos besos modelones
se quedan quietas como angelitos
y luego me piden otro y otro
y otro besitoo
el diablo ya se ahh sabdio
que ami me dicen por donde quiera
sera por que amis rivales
siempre les pinto su calavera
duiabluras como las que ago
asen que muchas ami me quieran
y a mi tu no te me escapas
vas a quererme de mil maneras
soy tonto tontito tonto
y de pilon me atarantan tanto
si quiero llorar no lloro
y aunque me duela nomas me aguanto
tratandose ya de amores
nia los talones me van llegando
camino yo con bandera de tonto
tonto pero no tanto
el santo el diablo y el tonto
somos tres gallos que no se rajan
si un dia de amor morimos el mismo amor nos levanta
hay riata no te revientes nomas un jalon nos falta